18 octubre 2019

¿Cuán grande puede ser el perdón? - Kryon


 Canalización de Kryon por Lee Carroll en Berlín, Alemania, 17 a 22 de Septiembre de 2019
Excursión y Seminario Kryon en Berlín - 30º Aniversario de la Caída del Muro de Berlín
(La grabación comienza con una hermosa canción de Anders Holte, estrenada en ese momento, que habla del perdón.)
¿Cuán grande puede ser el perdón?
Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Este es el quinto mensaje desde Alemania, y hoy el tema es el perdón. El tema también es una celebración de treinta años; el final de un problema grande y el comienzo de una nueva unión. Celebramos la caída del muro y, como dijimos en el primer mensaje, el comienzo de algo que el planeta no esperaba.
Quiero hablar del perdón,  y les voy a contar cómo es realmente el perdón. Me gustaría describir la falta de perdón, me gustaría describir el opuesto del perdón. Esta es la premisa de la canalización, es una pregunta: ¿Cuán grande puede ser el perdón? ¿Puede un individuo perdonar a su cultura por la historia en la que participó o de la que fue víctima? Algo que va más allá que el mero perdonar a otra persona.
Se han escrito muchos libros sobre Berlín, sobre Alemania Oriental, y lo que verdaderamente sucedió y por qué. Pareció desencadenar porciones de la Guerra Fría que estaban muy presentes entonces. Inmediatamente sucedió el transporte aéreo a Berlín, y dos super-poderes se estaban desafiando uno a otro, todo dentro del corazón de Berlín. Se ha preguntado por qué los soviéticos habían venido y la habían ocupado por tanto tiempo. Muchos libros hablan de las personalidades, de lo que crea la guerra, la política de ambos lados tenía aliados. Pero la razón, la verdadera razón, era la falta de perdón. Mayormente, la falta de disposición para perdonar por casi medio siglo, piensen en eso.
¿Qué aspecto tiene?  La falta de perdón crea sufrimiento, es la semilla de su propia decadencia. Si tienes un individuo, un ser humano que no perdona, crea enfermedad dentro de sí mismo. Hay un conflicto sin resolver que consume gran cantidad de energía para sostenerlo. ¿Conocen a esas personas que dicen, "Nunca perdonaré, nunca perdonaré"? Esas van a morir antes que ustedes, porque su falta de perdón crea una energía de no resolución, y el cuerpo la va a llevar aun en la muerte. Ese es el aspecto de la falta de perdón.
Podría decirse que todo el tema de Berlín oriental tenía que ver con la falta de perdón.
Y ahora quiero mostrarles el perdón; puede sorprenderlos Me gustaría describir dos escenarios reales. Pueden haber oído acerca de uno de ellos, o no. Mi socio fue testigo del otro. Déjenme contarles una historia.
Dos hombres se encuentran en una casa, y ambos están en los noventa años de  edad. Uno está en silla de ruedas. Déjenme contar la historia de uno de estos hombres. Muy poco después de la guerra, en 1948, él se convirtió en guardia de Alemania oriental en Berlín. Hizo lo que hacían todos los guardias de Alemania oriental, él era un berlinés del lado oriental. No había nacido allí, pero sí había vivido allí la mayor parte de su vida. Se fue hace 38 años: al volver a su país ni siquiera lo reconoció porque no vivió allí.
El otro hombre, el de la silla de ruedas, era un alemán, atrapado en Alemania oriental como les pasó a muchos en algún momento. También era berlinés. Su madre estaba del otro lado del muro; él quedó atrapado lejos de su familia, como les pasó a muchos. Durante muchos años él saludaba a su madre por encima del muro desde una ventana hasta que incluso clausuraron los edificios desde los que se podía saludar. Recibió mensajes amorosos de ella durante años, por supuesto se perdió todos los cumpleaños y las navidades, hasta que un día no hubo más mensajes, y él recibió de su hermano el mensaje de que ella había partido. A él le robaron esta relación.
Ambos hombres se miran, con edades de unos noventa años, en una habitación. Y entonces sucede el abrazo; se abrazan, se contienen uno a otro, y estos dos hombres muy orgullosos empiezan a llorar. Están perdonándose uno a otro. Se perdonan por una historia en la que parece que quedaron atrapados, haciendo lo que podían para existir en eso que les dijeron, y se perdonaron uno a otro. Y perdonaron a sus culturas y todo lo que había sucedido. Ambos se fueron de esa reunión con salud (se ríe). ¡Noventa años! Y sanos porque sabían que lo habían superado. ¿Es esto posible? Ha sucedido.
Me gustaría contarles lo que mi socio vio, y que nunca olvidará. Él fue a las islas de Hawái cuando tenía 14 años, mucho antes de que cualquier esoterismo llegara a su vida. Cuando llegó, lloró. Estaba con su hermana que dijo que era simplemente la adolescencia. Pero él se sentía en el hogar. Ciertamente, le he dicho a mi socio que él fue un lemuriano. Él no había sido mujer, no le dimos su nombre en Lemuria, no era tan importante. Pero él fue uno de los que se sentaron ante las Madres de las Estrellas, como algunos de ustedes. De modo que el retorno a Hawái le recordó su akash, que él conocía. Y décadas más tarde, cuando él despertó, él supo por qué siempre se sentía diferente en Hawái.
 Durante treinta años, le encantaba ir y visitar Pearl Harbour; eso era muy famoso en la historia de Norteamérica, representaba el comienzo de la guerra en el Pacífico. Hubo un día en que allí, en Pearl Harbour, construyeron un nuevo monumento conmemorativo, hermoso, blanco, colocado sobre el barco hundido Arizona. Nunca se había levantado, porque era casi como un cementerio, todavía había algunos que perdieron sus vidas y quedaron adentro. Y él apenas podía ir a visitar ese nuevo monumento, se tomaba un barco trasbordador para pasar por ahí.  Así es como los turistas pueden llegar aún hoy. Él entró y había mucha gente. Muchos estaban allí mirando el monumento, celebrando; celebrando la novedad, y lo hermoso que era, y cómo honraba a los que perdieron la vida.
Él miró alrededor y vio un grupo de japoneses; él sabía que era un grupo porque todos usaban camisas del mismo color, y había muchos ciudadanos hawaianos y  japoneses, pero estos eran turistas de Japón. Él podía darse cuenta; tenían un intérprete, y eran todos del mismo lugar. Él observó a un hombre en particular. ¿Cuál sería la reacción a este monumento? ¿Por qué estaba allí?
En la pared estaban los nombres de todos los que habían sido atacados. No se podía tocar la pared, aunque en algunos monumentos se puede. Y mi socio observó a este caballero de edad levantar su mano y aparentemente leer todos los nombres. No hablaba inglés, pero podía ver los nombres. Pasó allí un largo rato y se lo podía ver llorar.
Mi socio pensó, "Debe estar aquí para decir que lo siente." (se ríe). Y luego vio su camisa, vio el nombre japonés de la ciudad de donde venía y debajo de este, el nombre en inglés: Hiroshima. Mi socio tuvo que sentarse y darse cuenta de lo que estaba sucediendo. Verdadero perdón para una época oscura por lo que las culturas se habían hecho una a otra. Perdón total para ambas culturas. Él había ido adelante, lo había superado. No tenía idea de lo que este hombre había atravesado, pero estaba allí celebrando con el perdón.
Queridos, este es el secreto de la paz en la Tierra. Verdadera capacidad para mirar dentro de otra cultura y comprenderla. Mucho antes de que se encienda otra guerra tendrán un acuerdo con el Campo con compasión, con paz, con entendimiento de unos con otros.  Esto es lo que él vio.
Les digo esto para que entiendan por qué estamos aquí hoy, por qué se sientan aquí hoy: porque nosotros estamos yendo hacia adelante.
Y así es.
Kryon
Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro