Canalización de Kryon por Lee Carroll
ante la Hermandad Femenina Lemuriana (30)
en Boulder,
Colorado, enero de 2017
Saludos,
queridas damas, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Mi
socio se aleja. Hemos estado dándoles
información durante cierto tiempo con respecto a Lemuria, específicamente lo
que ahora llaman la Hermandad Femenina. Me gustaría continuar dándoles
información - puede que las sorprenda, o tal vez no - acerca de cómo era
entonces, y qué están haciendo ustedes ahora.
Y también una comparación de lo que ahora pueden hacer con lo que nunca
podría haberse hecho entonces.
En
primer lugar, lo que tienen en toda la idea de una Hermandad Femenina es un
verdadero despertar, un rejuvenecimiento de una antigua idea. Literalmente,
desde entonces a ahora, lo que tienen es una sociedad que desechó el núcleo de
su espiritualidad.
En
Lemuria, que fue una de las primeras civilizaciones de la humanidad en obtener
alguna semblanza de un orden espiritual de sus maestros de las estrellas, fue
original, fue nuevo, fue elemental. Pero
tenían un reconocimiento de cuáles eran las tareas específicas de cada
género. No había votos; era innato,
entendido, intuitivo, de sentido común. Las mujeres daban a los hombres el
consejo de las estrellas. Tenían intuición. No se cuestionaba. Nadie cuestionaba
nunca si las mujeres debían hacer lo que hacían, así como los hombres no
cuestionaban por qué las mujeres debían dar a luz.
No
era necesariamente un tema de "tuberías"; es que los cerebros lo
reclamaban. El cerebro de la mujer es el que nutre y da cuidado, y cría a los
niños y está conectado. La tarea de los
hombres estaba clara, y sus responsabilidades estaban en otras áreas, y ellos
necesitaban de las mujeres. Las mujeres en realidad hacían más trabajo que el
que ahora hacen. Estaban encargadas de
saber qué iba a pasar: cuándo el clima estaría bien; cuándo los océanos
estarían propicios para la pesca. Ya les
he pintado este cuadro antes. Pero donde se diferencia de lo que ustedes
piensan, es en lo que ahora les contaré.
Ustedes
viven en una sociedad elegante, que está habilitada. En la Lemuria de esos
tiempos estaban en una sociedad muy, muy básica, que no tenía historia en
absoluto. No se había experimentado con nada siquiera cercano a la democracia.
Ninguna de estas cosas estaba allí; de hecho todo era super lineal, como se
puede esperar de algo en su comienzo.
Puede
que les parezca gracioso, pero en lo referente a la Hermandad Femenina no había
círculo. La única vez que trabajaban en círculo era cuando asistían en un
nacimiento bajo el agua. Esa era la
única vez. Cada una de la reuniones eran en una fila recta: las mayores se
sentaban adelante, las más jóvenes atrás. Había una líder, y esa líder era la
única a la que se permitía hablar. ¡La
idea de que algunas mujeres pudieran pararse y dar su opinión recién llegaría
miles de años después!
Lo
mismo sucedía con los hombres. Los
mayores estaban a cargo; los más jóvenes se sentaban atrás. Los jóvenes siempre
estaban en entrenamiento; ¡ni siquiera se los consideraba parte del grupo!
hasta que se sentaran en la fila de adelante.
Estas
son cosas de las sociedades elementales, de modo que lo primero que les cuento es
que lo que ahora tienen es mucho más grandioso; pueden dirigir cosas en este,
su círculo, de maneras que ellas nunca pudieron. Y entonces no les pedimos que
las imiten o que recuerden. Les pedimos que se gradúen de lo que ha sido a lo
que es.
Esto
es un resurgimiento del chamanismo apropiado de las mujeres. Es un
resurgimiento suave. Al tenerlo, los hombres eventualmente se sentirían atraídos por eso, debido a lo que
hacen y lo que oyen, la suavidad de eso atraería a los hombres hacia lo que
ustedes tienen. Es diferente de lo que podrían esperar.
Podrían
decir: "¿Quién estaba a cargo en la Hermandad Femenina?" En una sociedad lineal, siempre era el
líder. En el caso del que hemos hablado,
Melli-ha hacía todo el trabajo. Ustedes se preguntarán: "Bueno, ¿entonces
cómo se involucraban las mujeres? Es
interesante la manera en que tomaban las decisiones: solo intervenía la fila de
adelante, y lo hacían a través de señales con las manos (se ríe) para indicar quién opinaba por sí o por no hacer una cierta
cosa. Había una decisión colectiva, pero
solo de las mayores, y Melli-ha podía luego sobrescribirla. Esto no era una democracia; era un asunto
cultural muy, muy básico. No es así hoy en día.
Ustedes
tienen la oportunidad de llevar a su Hermandad Femenina desde la iniciación
inmediata de la hermandad, tiene la capacidad de aportar lo que han ganado, la habilitación, la toma de decisiones, la
suavidad, la igualdad.
Pero
lo que realmente quería decirles es que, en esa cultura original, las mujeres
tomaban su poder, y a los hombres les gustaba y lo necesitaban. Y si le preguntaban en ese tiempo a cualquier
mujer "¿Cómo se siente?" les
diría: "¡Se siente correcto! Está
bien. ¿Por qué preguntan?" Nadie
tenía miedo de ser chamán. Y ustedes sí
(se ríe). Y ese es el paso siguiente.
De
modo que si van a emular el pasado, quiero que traten de recordar cómo es
sentir un empoderamiento pleno, saber que les corresponde hacer lo que están
haciendo. Y eso no va volcar ningún carro de las manzanas, como ustedes dirían.
Lo que las mujeres tienen - que los hombres no esperan - es un ejemplo muy
hermoso de cuidado, amor, compasión, que va a conquistar cualquier otra cosa en
el planeta (se ríe).
Mujeres:
tomen su poder, porque el poder es el mismo del que hablamos todo el tiempo: es
el amor.
Y
así es.
Kryon
Desgrabación y
traducción: M. Cristina Cáffaro