Canalización de Kryon por Lee Carroll
en Estambul, Turquía, el sábado 11 de abril de 2015
Desgrabación y traducción: M. Cristina Cáffaro
La Historia Desconocida
Saludos,
queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
¿Pueden
sentirlo? Un viento nuevo sopla hacia ustedes. Hay aquí una energía nueva; yo
sé dónde estoy. Queridos, esta noche
quiero darles un poco más de información respecto a dónde están. Para nosotros es muy común, al estar en la
energía de una cierta cultura, dar información sobre ella. Lo hemos hecho en muchos lugares. Recientemente
lo hicimos en medio de un continente que llaman Australia. Lo hicimos en el sur
de Francia, en el Reino Unido, en Bulgaria, en Rusia, y estos son nombres de
países que ustedes conocen hoy. Lo
hicimos en Hungría. Cada vez que les doy
un nombre de éstos, ustedes imaginan dónde está. Sin embargo, el dibujo de las
fronteras y los nombres de los países son recientes. Ustedes sólo los conocen
en el marco de referencia de su propia historia.
Esta
noche quiero darles una historia más grande: les quiero contar una historia
nunca contada. Muchas veces hemos aludido a ella. No será una canalización
larga, pero estará llena de información profunda para ustedes.
Quiero
hacerles una pregunta: ¿Quién creen ser? Almas antiguas. Si han seguido mi información anterior, la
belleza de la humanidad es de larga data. A algunos les han dicho que las
semillas de la civilización - las semillas, los comienzos - se centrarían en
lugares como el valle del Indo, donde se ha encontrado civilización antigua (se ríe); sin embargo eso es sólo la
historia de esta fase.
Quiero
explicarles algo. La humanidad tuvo cinco inicios y cuatro terminaciones.
Cuando digo inicios y terminaciones, quiero decir que una civilización que
ustedes llaman humanidad ha surgido y casi desaparecido. Ahora bien, lo ha hecho cuatro veces. Ustedes están en el quinto inicio.
El
número cinco sólo tiene diez mil años, de modo que cuando celebran lo que creen
que es su historia, sólo están viendo desde el comienzo del período cinco. Tengo razones para contarles esto. Piénsenlo.
Cuatro antes que ustedes. Les voy a hacer una pregunta: ¿Quiénes son? ¿Dónde
han estado? ¿Qué han hecho?
Parece
que fue sólo pocos días atrás que mi socio estuvo en lo que llaman el Centro
Rojo de Australia, donde celebró a una raza de la humanidad que ha sobrevivido
en todas las cinco dispensaciones de la civilización. Los aborígenes; más de cuarenta mil años. Sin
embargo, la historia de ustedes sólo llega a diez mil. Tengo una pregunta: ¿Dónde estaban ustedes
veinte mil años atrás? ¿Alguna vez lo
pensaron? No tienen nada de historia que llegue tan lejos. Pero sí llegó. Y lo hizo justo aquí.
Quiero
contarles qué pasó con el número uno y el número dos. Nunca encontrarán
evidencia de estos dos, sin embargo cada uno de ellos tuvo aproximadamente diez
mil años. ¿Dónde estaban ustedes cuando empezaron los aborígenes? Quiero que piensen en esto, porque ustedes no
se iniciaron diez mil años atrás, almas antiguas. ¿Y si les digo que muchos de
ustedes estaban en un grupo de civilización y se quedaron aquí? Ahora esto va a
complicarse, porque todo lo que conocen hoy son las fronteras y los nombres de
países. Si yo les digo "la Gran Persia" ¿qué significaría? ¿Tres
países, cuatro países? Tal vez cinco.
Hubo nombres y fronteras diferentes, pero no en los períodos uno y dos.
Eran pequeños.
La
humanidad se terminaba por diversas razones. Nunca se destruyeron a sí mismos,
pero estuvieron cerca. Nunca fue Gaia quien lo hizo; siempre fue la
consciencia. La humanidad tenía que
crecer, como crecen los niños; el pensamiento elegante que hoy tienen requirió
largo tiempo para desarrollarse. La baja consciencia fue la razón para que
terminaran el número uno y el número dos. No podían llevarse bien. Y no había
tantos de ustedes. Pero estuvieron aquí,
porque tanto el número uno, como el dos, el tres y el cuatro, todos existieron
aquí.
Otra
vez: ¿dónde es "aquí"? (se ríe). Déjenme dibujarles otro mapa: llega mucho más
lejos; hasta Croacia, Serbia, a lo que ahora llaman Persia, Turquía, Siria,
Irán, piensen en todo eso como uno solo, porque algo pasó en ese lugar durante
el período 4.
Es
muy difícil que alguna vez encuentren el número 3. Los humanos no construían estructuras grandes
en ese período. He aquí el porqué: no era intuitivo. Los que los humanos hicieron en los números
1, 2 y 3, fue seguir los instintos de lo que veían alrededor. El reino animal
no construía estructuras para vivir en ellas; se trasladaban de un lugar a
otro, siguiendo las estaciones, nunca estaban mucho tiempo en un lugar. Esto siempre conducía a batallas
territoriales; pensamiento inmaduro y eventualmente matanzas. Hubo tres de estos períodos, ¡tres! Casi treinta mil años.
Para
cuando llegaron al número 4, ya eran más elegantes. Estaban construyendo estructuras, algunas de
ellas centralizadas, y empezaron a agruparse en ciudades-estado. Eso fue hace veinte mil años. Eso fue el
número cuatro. Sin embargo, todo lo que
ustedes conocen es éste, el número 5, y están en él.
¿Qué
estaba pasando con los aborígenes durante este tiempo? ¡Nada! Permanecían
igual. Nada los tocó. Señalo esto para
probar que la humanidad ha estado aquí al menos durante 40.000 años, o
más. En ciertos lugares de este planeta
se ha documentado hasta sesenta mil años. Y la historia sólo tiene diez. ¿Dónde estaban ustedes hace sólo 20.000 años?
Algunos
de ustedes son almas antiguas. ¿Qué los ha traído aquí hoy? ¿Será que en algún
nivel se acuerdan incluso del número 1? Uno de los nuevos atributos de este
planeta es un akash que despierta. Tal
vez recuerdan estar cerca de los nodos de la Tierra, los hogares originales
pleyadianos donde empezó la civilización. ¿Y dónde empezó la civilización? Uno de ellos está aquí cerca. ¿Dónde estaban ustedes? Me gustaría
impresionarlos con algo. Ustedes han sido parte de este rompecabezas de la
Tierra durante mucho más tiempo de lo que saben.
Quiero
hablar de la civilización del período número cuatro, porque ustedes están
empezando a descubrirla. Queridos, en las regiones que les acabo de nombrar hay
mucho para descubrir, que va a ser muy misterioso para ustedes; pero esa no es
la gran noticia. Les hemos contado que en la reencarnación hay una tendencia.
Ustedes tienden a encarnar en grupos familiares y permanecer en ciertas
regiones una y otra vez. La reencarnación ha cambiado en los últimos 30.000
años. Una humanidad más sofisticada empezaría a encarnar en otros lugares, para
dar variedad al planeta. Eso recién ocurrió en los últimos 10.000 años.
Anteriormente, ustedes se quedaban en la misma familia, una vez y otra y
otra.
Algunos
presentes en este salón tienen gran energía chamánica; ustedes no tienen idea
de lo que hay bajo sus pies. Capas y capas de civilización. Es interesante. En
este momento, políticamente, este es uno de los pocos lugares del planeta donde
se puede cavar y encontrar lo que hay abajo (se ríe). Casi todos los
otros países que mencioné están en conflicto o no tienen recursos. O tal vez el
sistema de creencias les impide hacer descubrimientos, pero no aquí. Hay cosas
que descubrir, queridos, y cuando lo hagan sabrán que su historia no es como
creen. Cuando empiecen a encontrar
artefactos de la historia del período 4, ¡van a ser muy diferentes de los de
estos últimos diez mil años!
Ahora,
¿cómo les cuento estas cosas sin que les suenen muy extrañas? La humanidad
creció como lo hacen los niños, con cambios lentos de consciencia durante miles
de años. Les estoy dando información con la que no están de acuerdo los
historiadores. Ustedes creen que la naturaleza humana siempre ha sido igual.
No. Sólo en los últimos diez mil años la reconocerían de veras. En el período 4 fue muy diferente.
Sus
archivos están bajo sus pies; hay lugares en los que aún no buscaron, incluso
frente a las costas de sus mares.
Revelará quiénes son; va a expandir sus horizontes sobre cuánto han
vivido, ¡y hay muy pocos lugares en la Tierra donde puedo estar y decir esto!
Ustedes tienen aquí un historia grandiosa, y algunos están por
descubrirla. En su período de vida, la tecnología
revelará cosas nunca vistas anteriormente, en lugares que no esperaban revisar
o donde no se lo permitían. Lo que encontrarán será un misterio, y los
arqueólogos se rascarán las cabezas.
Estatuas de figuras nunca vistas; escritura que no conocen; en las
paredes, referencias a los cielos que ustedes creerán que es astrología. No lo
es. ¡Oh, es otra cosa, completamente otra!
La
astrología es una de las ciencias más antiguas del planeta, pero no tiene más
de 12.000 años; es elegante, es un sistema que tuvo que ser desarrollado por
seres humanos elegantes, en el período cinco.
Pero las escrituras en las paredes y las figuras no las reconocerán.
Serán un misterio; algunas tendrán cabezas alargadas, y ustedes creerán que son
sombreros especiales: no lo son. Les
daré una forma de identificar el número 4.
Está aquí para que lo descubran. Pero es más que eso. Ustedes también
estaban. ¿Comprenden lo que les estoy contando? Son antiguos. Esta es la cuna
de la humanidad. En las zonas que nombré antes han vivido más civilizaciones
que en ningún otro lugar del planeta. Es mucho más profundo que lo que ustedes
saben; civilizaciones de las que ustedes no reconocen haber participado.
Ahora
bien: les hablé de la rejilla cristalina del planeta: es una rejilla esotérica
que recuerda a la humanidad. Es complicado. Imagínenlo así: lo que los humanos
hacían y pensaban se recuerda en la rejilla cristalina que cubre el planeta.
Cuando más civilizaciones viven en un lugar, más recuerdo existe de lo sucedido
allí. ¿Cómo les digo esto? ¿Tienen
alguna idea de cuán viejos son? ¿Tienen alguna idea de la impronta que han
dejado aquí durante 30.000 años? Alma antigua, tú anclaste esta tierra. El
polvo te pertenece. Has criado una familia tras otra y estado en una batalla
tras otra justamente aquí. No puedo
expresarte lo que esto significa. Con la nueva energía estas cosas se están
reconociendo y los que han hecho el trabajo de base aquí, que han construido
aquí una civilización tras otra, son los que van a despertar y cambiarlo. Chamanes, ¡son ustedes! ¿No lo sienten?
En
Turquía están soplando vientos que empiezan a cambiar las cosas aquí. ¿Los han
sentido? Algunos de ustedes tienen
miedo. Aquí hay un despertar semejante
al de algunos países a su alrededor. El akash despierta. Algunos de ustedes
están tan conscientes, pero no saben por qué; y entonces hoy se sientan aquí (se ríe) para que yo pueda decirles por
qué.
En
Turquía sopla un viento: en Turquía hay
tolerancia; hay un despertar que no esperaban en algunos jóvenes en Turquía.
Hay quienes no quieren cambios en Turquía. Hay quienes convocarían a la energía
negativa y pelearían para que todo se conserve viejo, que no cambie, para que
no haya ninguna clase de energía nueva, pero no tienen ninguna
oportunidad. Porque el despertar de la
luz aquí representa a aquellos que tienen 30.000 años de antigüedad. Ustedes
son dueños del polvo, de los árboles; los animales los conocen; los sabios los
conocen; los guardianes los conocen; ¡los portales multidimensionales que
ustedes saben que existen aquí, los conocen!
Y
ustedes van a iluminar este lugar. Todas las civilizaciones: ustedes estaban
aquí en ellas. Esto va a demostrarse
pronto (se ríe) porque la evidencia
ya se empieza a descubrir: historia que nadie conocía, excepto ustedes en su
akash.
Lo
diré otra vez: hay muy pocos lugares
donde puedo estar y dar este mensaje. Ya era hora de que mi socio me trajera
aquí para que ustedes pudieran oír esto.
Alma
muy, muy antigua: tienes sabiduría para llevar esta zona a un lugar grandioso.
No te impacientes: la consciencia humana se mueve lentamente pero ya lo está
haciendo. ¿No has sentido al viento que sopla?
Es refrescante y al mismo tiempo intrigante, pero es nuevo.
No
seas uno de los que quieren volver a las viejas costumbres; mira al chamán
dentro de ti, al sabio dentro de ti, que sabe por qué viniste. Algunas de las
almas más antiguas del planeta están aquí mismo. Aquí. ¿Sabes cómo nos hace
sentir eso? Hemos estado contigo desde
el principio. No hay en el planeta muchos lugares como éste. Quiero que esta
noche, al irte de aquí, sepas quién eres.
Y
así es.
Kryon
Desgrabación y
traducción: M. Cristina Cáffaro