La
Verdadera Naturaleza del Miedo; Lo que Todos Debieran Saber, pero No Saben
10
de Febrero de 2025
José
Stevens
¡Miedo! ¿Quién no experimenta miedo? Casi nadie.
Corre sin control como incendio salvaje a través de nuestras vidas. Está allí
cuando despertamos en la mañana y antes de ir a dormir en la noche, y en
nuestros sueños. Está allí, no solicitado, a lo largo del día, va y viene, va y
viene, un tema tan familiar como la tristeza, la ira y sí, el amor. El miedo
definitivamente se encuentra en todo el mundo natural y puede verse
especialmente en el mundo animal, y como tenemos cuerpos animales, nosotros lo
tenemos también. De hecho, si miras bien, verás que el miedo es parte de la
estructura de la naturaleza y tiene sus propiedades, reglas que sigue, y
aspectos altamente predecibles. Sin la vibración del miedo, muchos animales no
podrían conseguir una buena comida. Toma por ejemplo a un ratoncito. El ratón
tiene ojos a los costados de su cara, y entonces vemos que es más bien una
presa que un predador, y es cazado por muchos predadores diferentes. Cuando el
humilde ratón sale en la noche a buscar alimento está en un estado de miedo
constante, los ojos mirando a todos lados, los bigotes temblando, todo el
cuerpo temblando y chillando de ansiedad. Esto es solo parte de la realidad de
cómo es ser un ratón.
La lechuza es un predador temible, buscando su
presa en la noche. Aunque las lechuzas tienen ojos grandes para ver con poca
luz, ese no es el único sentido que usa para encontrar al ratón. De hecho, la
lechuza es como un misil buscando el calor. Es altamente sensible a la
vibración del miedo, y es el miedo del ratón lo que hace saber a la lechuza
exactamente dónde está. La cosa que el ratón cree que lo salvará es lo que le
trae su muerte. Otras presas como los
conejos funcionan del mismo modo. Como están diseñados por la naturaleza para
ser comidos por predadores más grandes, ellos están diseñados con una respuesta
de miedo que los hace notorios para el predador. Usualmente les asegura una
muerte rápida y misericordiosa. De hecho, los ratones y los conejos están atados
muy flojamente a sus cuerpos, de modo que pueden dejarlos vacíos en un segundo.
Ese es el método de la naturaleza.
¿Qué pasaría si hubiera un ratón que no tuviera
ningún miedo de los predadores? La lechuza no estaría interesada en ese ratón
porque estimaría que no está actuando como un ratón real. Los verdaderos
ratones tienen miedo y esos son los únicos ratones que le interesa comer.
Piensa en esto un poco. ¿Qué importancia tiene esto para ti?
Los humanos están en la familia de simios, y son
predadores muy eficientes con sus pulgares oponibles, su capacidad de correr
rápido y lejos, y sus cerebros agudos y estratégicos. También tienen la
característica predadora de tener los ojos apuntando hacia adelante, no en los
costados de la cabeza para detectar amenazas desde atrás. Sin embargo, como sabemos, los humanos, como
todos los predadores, a veces son presas ellos mismos, y esto les provoca
considerable cautela y miedo. De hecho, el mayor miedo de los seres humanos es
la aniquilación. No importa cuál sea la amenaza, ya sea ser asaltado en una
calle oscura, o tener que enfrentar una audiencia para hablar en público, o ser
humillado delante de otros, el miedo secreto o no tan secreto es siempre la
aniquilación. “No sobreviviré a esto”.
Tan grande es este miedo que motiva a la gente a usar toda clase de
estrategias para disminuir los riesgos involucrados. Esto podría significar
evasión, negación, proyección, y una variedad de otros mecanismos de defensa,
todos diseñados para evitar una amenaza percibida para su bienestar. Lo que los
humanos no se dan cuenta, es que estas estrategias son también la cosa misma
que atraerá los peores miedos hacia ellos, tal como a los ratones y a los
conejos. Las estrategias realmente solo enmascaran el miedo en la superficie,
pero la vibración del miedo aún está allí, difundiéndose para que todos la
noten.
Los criminales, ladrones, asaltantes, violadores,
abusadores de niños y demás, son todos predadores que vigilan sus alrededores
buscando vulnerabilidad y debilidad. Admiten esto ante la vigencia de la ley.
Ellos buscan el miedo, la incertidumbre, la baja estima, y demás. Esto es lo
que los conduce a sus víctimas. Otra vez, el miedo es el imán que los lleva a
elegir sus víctimas. La misma cosa sucede con
la fuerza pública que elige a alguien para acosar y hostigar, y este
mismo fenómeno sucede en el ámbito escolar, y en la internet, con los
acosadores y las víctimas.
Los seres humanos han desarrollado la extraña
lógica de que el miedo es lo que los va a salvar del tigre. Lo ven como parte
de la respuesta de lucha o huida, el motivo para alejarse rápido o luchar hasta
morir. La verdad es que la respuesta de
luchar o huir puede ser activada sin que involucre al miedo. No necesitas tener
miedo para buscar evitar al tiburón, al oso, al criminal, etc. Los maestros en
artes marciales saben esto, y entienden que es sumamente importante mantener la
neutralidad cuando se es atacado por un oponente, o terminarás inmovilizado en
el piso. El miedo no es su amigo, y tampoco es el tuyo, nunca. Eres mucho más
eficiente si vienes de la neutralidad que si vienes del miedo. En Japón se
decía entre los Samuráis que el soldado
que ya estaba muerto era el oponente más letal a enfrentar, porque no tenía
miedo de morir.
El miedo tiene un número de características
predecibles y esto permite que sea usado como una herramienta viciosa por
inescrupulosos políticos, tiranos, dictadores y sus secuaces y aduladores.
La primera característica predecible es que el
miedo siempre engendra más miedo. Si tienes miedo de una cosa, eso hace más
probable que tengas miedo de todo lo que entre en esa clase de cosas. Un
hombre que tiene miedo de una mujer, por ejemplo su madre, es más probable que
tenga miedo de todas las mujeres, que un hombre que no teme a ninguna. Esto
incluye a las mujeres que tienen miedo de los hombres, también. Si un perro te
ha mordido cuando niño y tomaste miedo de los perros en general, esto va a
tener un impacto significativo en tu vida aunque sea mayormente una ilusión. No
es probable que todos los perros te muerdan. Aun así, es verdad que las
personas que tienen miedo de los animales es más probable que sean atacadas por
los animales, porque el miedo se transfiere al animal, y este se atemoriza y
muerde para protegerse.
Por ejemplo, una vez yo caminaba con mi perro
Sancho en las montañas detrás de Santa Fe, en un sendero no oficial donde no se
requieren correas. No había gente alrededor, y no vi necesidad de conservarlo
con su correa, especialmente porque yo tenía una lesión en el manguito rotador
y no quería que empeorara. De pronto apareció una mujer desde una curva y
mostró una gran ansiedad. Empezó a gritarme que lo atara con su correa, cosa
que yo ya estaba haciendo, pero ella no se calmaba. Traté de tranquilizarla
diciéndole que era un perro amigable y que nunca había mordido a nadie, pero
ella estaba tan agitada y gritándome, que Sancho empezó a ponerse incómodo con
ella, y empezó a gruñir, y al ver que ella no se calmaba y empezaba a atacarme
verbalmente por ser un hombre tratando de acallar a una mujer, vi que la
situación se deterioraba. Todo lo que pude hacer fue alejarme rápidamente, para
alejar a Sancho de ella y a ella de él. Ella siguió insultándome desde lejos, y
toda esta cosa fue un gran ejemplo del miedo engendrando más miedo, porque incluso
me preocupé por lo que Sancho pudiera hacer si ella fuera a intentar atacarme físicamente, que era una posibilidad
muy real, dada su agresión hacia mí. Se volvió obvio para mí que ella tenía
otros problemas. Un miedo se difunde rápidamente a un número de miedos.
Este ejemplo nos lleva a la segunda característica
predecible, que lo que temes puede fácilmente asociarse con otras cosas
similares pero diferentes. Si te muerde un perro negro cuando niño, y te encuentras con algo que te
recuerda de ese perro, tal vez una cabra negra o un animal diferente que
aparece y te recuerda de aquel perro, el miedo se difundirá a todos los objetos
similares pero diferentes. Antes de darte cuenta, cualquier cosa negra y
peluda, incluyendo a una persona con un estropajo de pelos negros, te va a
recordar de aquel perro y tendrás miedo de ambos. Quizás el miedo real tiene
que ver más con alguien de sexo diferente o con cómo uno fue tratado cuando
niño. Si tienes miedo de las dinámicas
de una teoría conspirativa, puedes fácilmente ser víctima de otros hasta que
esa es tu realidad, todo va a matarte. Si sabes esto, puedes fácilmente armar
trampas para la gente, y darles más y más miedo, y cuanto más miedo tienen, más
puedes tú controlar su conducta.
Una tercera característica del miedo es que es
contagioso desde otros, como un virus. Este es el motivo de la conducta de las
turbas. En Salem, la gente tenía miedo de las brujas porque habían sido
programados por las autoridades religiosas con que las brujas estaban ligadas
con el diablo y por lo tanto, ellos podían perder sus almas si había una bruja
entre ellos; otra vez el miedo a la aniquilación. Entonces, este miedo pasaba
de persona a persona, y las turbas salían a buscar brujas para atraparlas, quemarlas,
matarlas. Esto también puede ser manipulado por los que buscan poder y control
sobre otros. Noten cómo esto es tan operativo hoy en día como lo era en el
pasado.
Ahora vean que, cuanto más joven la edad del alma
de una persona, es más probable que tenga miedo irrazonable. Las almas
infantiles están literalmente atemorizadas por todo lo que consideran “no yo”.
Las almas niñitas tienen un miedo mortal de cualquier cosa que sea diferente de
aquello con que se sienten seguras. Es por esto que los niñitos se aferran a
sus mamás y se apartan de una persona no conocida. Para un niñito este
prejuicio es común y comprensible. Es parte de su etapa de desarrollo. Sin
embargo, un adulto que se aparta de los demás porque tienen piel negra o
marrón, está actuando de modo no diferente del niñito, pero no puede verlo por
sí mismo.
Un niño con retardo tiene miedo de ser acosado o
perder ante un niño de más edad, más fuerte, más inteligente. Las almas jóvenes
temen perder en un juego de alto riesgo donde el ganador se lleva todo, y el
que muere con más juguetes gana. Tienen miedo de no volverse Elon Musk o Jeff
Bezos.
Los adolescentes tienen miedo de no ser
comprendidos, de no conectar con sus pares, o ser considerados raros o nerds.
Las almas adolescentes tienen miedo de las mismas cosas. Los adultos temen no
ser buenos padres, amigos o ciudadanos responsables, porque a veces el ego
interfiere. Las almas antiguas no tienen miedo de mucho, pero lo que realmente
les asusta es entregar el ego de una vez para siempre. Noten que todos ellos
tienen miedo de la aniquilación, de una manera
o de otra. Eso es lo que siempre se esconde detrás de la experiencia
humana. La cura para el miedo a la aniquilación es ser finalmente aniquilado y
descubrir que eso no dolió, que realmente no funcionó, y que estás
perfectamente bien, sin la carga de un ego que está constantemente
amenazándote. Aquí es donde el sabio taoísta se ríe mucho y largo tiempo.
El miedo, entonces, no es necesario para la
supervivencia humana en absoluto. Lo que se necesita es estar consciente,
discernir, y ser prudente en la situación. Si alguien grita “¡Tiburón!” en la playa, sales del agua sin demasiado
chapoteo. No necesitas mostrar pánico. Si alguien en el teatro grita “¡Fuego!”
será mejor que la gente se mueva hacia las salidas de manera consciente y todos
podrán salir con más seguridad que si
cunde el pánico. La emoción del miedo ha existido por un largo, largo tiempo, y
la mayoría de las personas tienen tanto miedo que son incapaces de permanecer
neutrales. Esto es lo que los mata a ellos y a otros, tal como el miedo mata al
ratón y al conejo en último caso.
Para concluir, es útil darse cuenta de que, en
realidad, cada miedo se agrega a una negación del Espíritu. Tener miedo es como
decir, “A nadie le importa nada de mí como para protegerme de la aniquilación;
ni siquiera al Espíritu.” La realidad es
que el Espíritu siempre está protegiéndonos de la aniquilación, infinita y
eternamente. La consciencia es indestructible. La percepción conciente es
permanente. Esta es la verdad que se intentaba dar con la historia de la
resurrección de Jesús. Es la historia arquetípica de “No tengas miedo. Todo
está bien.” Siempre estuvo bien y siempre estará bien. En última instancia,
nuestra misión como seres humanos es trascender el miedo en todas sus formas,
porque es meramente producto del ego, y no es la verdad para nosotros en el
nivel de la esencia. En última instancia, no somos objetos que pueden ser destruidos.
Somos consciencia indestructible.
José Stevens
José Luis Stevens, Dr., es presidente y cofundador
(con su esposa Lena) de los Seminarios de Power Path (N.T. Sendero de Poder), escuela internacional y firma consultora
dedicada al estudio y aplicación del chamanismo y la sabiduría indígena al
comercio y a la vida cotidiana. José completó un aprendizaje de diez años con Huichol (Wixarika) Maracame
(Chamán huichol) en las sierras de Méjico Central, Además, estudia con chamanes
Shipibo en el Amazonas Peruano y con Pagos (chamanes) en los Andes de Perú. En
1983 completó su disertación doctoral en el Instituto de Estudios Integrales de
California enfocada en la interfaz entre el chamanismo y la consultoría
psicológica occidental. Desde entonces, ha estudiado el chamanismo
intercultural alrededor del mundo para destilar los elementos centrales de la
sanación y práctica chamánica. Es autor de veinte libros y numerosos artículos
incluyendo Encuentros con el Poder, Despierta al Chaman Interior, El Sendero
del Poder, Secretos del Chamanismo, Trasformar tus Dragones, y Cómo Orar a la
Manera Chamánica.
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