Canalización de
Kryon por Lee Carroll en el Monte Shasta (7)
26 de junio de 2022
– En la Montaña
La Alianza con Gaia
Estamos
en un área sagrada. No es un área sagrada porque alguien te haya dicho que lo
era. Tiene su propia sacralidad. Quiero contarles una historia.
Los
indígenas de este planeta han sido vistos, a veces, diferentes de cómo eran. En
la sociedad sofisticada de hoy, ustedes los mirarían y dirían, “Bueno, no
sabían mucho. Eran como niños. Tenían todas estas cosas sucediendo, en ciertas
áreas los volcanes tenían nombres y energías, y diosas. Y la Tierra hablaba de cierta manera, y había
ciertas apariciones, que ocurrían y desaparecían, o había ciertos lugares a los
que no se podía ir porque eran demasiado sagrados.
Y la
sociedad moderna mira eso y dice, “Bueno, una palmadita en la cabeza.” Y les
dicen “Tengan un lindo día.” “Porque ahora somos más sofisticados, sabemos
más”. Y lo que yo he dicho una y otra vez, es que ustedes han sido educados
fuera de las cosas más sagradas que algún humano pudiera saber. Educados en
contra de eso, durante siglos.
Lo
que los indígenas tenían era una alianza con el planeta. No la llaman Madre
Tierra sin razón. Todo lo que tenían provenía del suelo. Ellos entendían cuán
importante era estar con los árboles, no sabían nada de fotosíntesis, no sabían
sobre relaciones simbióticas. Lo que ellos sabían era que, si honraban a la
tierra, ella los honraba en respuesta. Y en ese proceso, ellos se vuelven uno
con la tierra, y su consciencia apoya esta clase de evolución. Y con eso vienen
cosas que ustedes merecen, esto es, que ustedes empiezan a ver dentro de las
rocas, y dentro del suelo, y dentro de los árboles, de una manera que no es
metafórica. Hay algo en 3D y algo no en 3D, pero es muy real.
Entonces,
una y otra vez, esta relación que tenían con la tierra les daba lo que
necesitaba, incluyendo la lluvia, cuando no tenían. Eran capaces de comunicarse
con los elementos. Los elementos les decían cuándo moverse, antes de que los
elementos se volvieran severos, tal vez, por un tiempo. Todas estas cosas no
eran infantiles; eran tal vez las cosas más sabias que alguna vez existieron en
este planeta, en el entendimiento de lo que era Gaia.
Y
entonces hoy hay un Cambio. Y a este Cambio lo llamo un retorno a los
principios lemurianos de verdad central y entendimiento. Un volver a despertar
de algo de aquella sabiduría. Ahora bien; no viene rápido, y no es fácil, para
cualquiera trabajando en la cultura en la que estoy hablando. Una sociedad que,
en primer lugar, no lo cree; piensa que los que lo creen están locos, en
segundo lugar. Y en tercer lugar no quieren realmente probar. De modo que ya
pueden ver el trabajo que está por delante. Iniciar una alianza que nunca antes
tuvieron, requiere algo de confianza.
Primero,
¿les gustaría hacerla? Aun si no lo creen, ¿les gustaría? ¿Ven, tal vez, la
sabiduría que tenían algunos de los antiguos, que tenían los indígenas? Que era
quizás mayor que la que ustedes tienen ahora. ¿Les gustaría reencender un poco
de aquello? Entonces el consejo es:
primero, la intención; sí, quiero. Eso lleva por un largo trecho.
Porque
quienes ustedes llaman las entidades en la Montaña, no son otra cosa que
energías que han estado aquí por muy largo tiempo, que toman la forma de muchas
cosas diferentes. Pero esas metáforas que están aquí, dentro de la Montaña, las
ciudades que ven o sienten, o de las que hablan, les dirán que hay una reunión.
Y esa reunión es sagrada aquí. Y verdaderamente es real.
Y si
ustedes caminan hacia arriba de la Montaña, y no tienen conciencia de ella, y
no lo creen, todos los que están aquí, sosteniendo el amor y la energía para
ustedes, permanecerán aparte de ustedes, como en honor a su creencia. ¿Ustedes
entienden eso? No los invadirán, no los
dominarán. Pero si ustedes fueran a decir “Me gustaría saber más, tal vez,
tomen mi mano por un momento, háganlo suavemente, y denme una validación de que
aquí hay más que solo piedras y árboles.” Entonces algo empieza a ocurrir. Y
ese algo se inicia con la intuición, o una recordación de la Montaña cuando se
van a casa. O desean volver porque
había algo allí, fuera lo que fuera. Tal vez una paz, una alegría. Y cuando
regresan, incluso con su consciencia, cosa que pueden hacer, empiezan a ser
alimentados un poco más, y otro poco más, con algunas verdades centrales que
nunca les habían enseñado.
No
sorprende que una sociedad despierte lentamente, cuando tan firmemente se le
dijo que simplemente eso no está aquí. Pero está. Entonces los que van en esta
aventura, este viaje, empiezan a entenderlo. Una disposición, o intención.
Ponen intención para todo esto, y lentamente, muy lentamente, empezarán a
entender; tal vez tocar su corazón, sonreír y decir: “Nunca supe que estabas
allí.”
Luego,
el paso siguiente, después de la intención y de la percepción conciente, es
estar en el ahora de todo esto, de disfrutarlo, sin siquiera entender “Ahora
adónde va”. Solo decir “Yo soy. Gracias por mostrarme algo en lo que yo no
creía. Gracias por hacerlo fácil para mí; no demasiado extraño ni raro.”
Y
luego el siguiente paso es la aplicación. Llevarlo a casa y aplicarlo a la
cultura. No de una manera extraña, sino de manera que los que los miren digan
“Vaya, ¡eres una persona tan pacífica! ¿Cómo lo haces?” Y puedes decir, sin
vergüenza, “He descubierto algo que los indígenas sabían. Que hay una energía
que realmente está en la Tierra. Está allí siempre. Y estamos aliados con ella.
Tenemos una relación simbiótica con ella. Y me ha dado tal percepción conciente
de paz, y me está enseñando cómo trabajar con otros seres humanos y trabajar
con ella, cómo mirar a los animales de modo diferente, y a los demás de modo
diferente. Cómo mirar cosas que nunca quise mirar, y ver dentro de ellas. En
cosas que yo no quería mirar. Incluso que eran la otra cara de la moneda, en
política, o en otras cosas que no quería mirar. Hay cosas allí. Hay amor en
todos, están haciendo lo mejor que pueden. Pero hay una conexión que descubrí,
que puedo hacerlo mejor que cualquiera de ellos, porque descubrí el amor.”
Este
es el nuevo mantra, es el nuevo descubrimiento; es el nacimiento de un nuevo
niño, podrías decir. Un niño en la Tierra, que va a ser más grande que lo que
nunca fue, un niño con sabiduría. Es una consciencia de renacimiento. Lentamente,
en el planeta, cuando se dé cuenta de que ya no quiere más guerras. Va a
encontrar nuevos recursos que no involucran al planeta en absoluto. Nuevas
maneras para que el planeta dé las cosas que siempre quiso dar, el alimento que
está listo para dar, las medicinas que está listo para dar, las curas que está
listo para dar. Está todo allí y los indígenas lo sabían.
Esto
es el renacimiento de una energía que siempre estuvo aquí, queriendo tomar tu
mano y decir “Déjame mostrarte algo que no esperabas”
Y
así es.
Kryon
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