Canalización introductoria al Círculo del Doce –
Kryon a través de Lee Carroll
23 de septiembre de 2020
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Permiso para Sanar
Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Lo diré otra vez, y muchas veces lo repetiré: el Espíritu
no está en el vacío. Esta es probablemente la mejor noticia que les pueda decir
a quienes están aquí. Porque a veces, su educación dice algo diferente: Dios
está en un pedestal, y Dios realmente no sabe lo que está pasando, no
necesariamente los detalles de sus vidas. Es justamente lo opuesto, queridos.
Del otro lado del velo, esa Fuente Creadora los conoce, conoce sus nombres.
Incluso en ciertas Escrituras se ha dicho que el Espíritu conoce cada cabello
de sus cabezas. Eso es una metáfora que dice: eres conocido por Dios. No solo
tu nombre, sino tal vez como tú conoces a tus hijos. Un hijo de Dios, dijeron
algunos. Algo así. Ese es el amor que está aquí para ustedes.
Un poco después, cuando entremos en el Círculo del Doce,
y los llevamos otra vez a través de esa meditación y de todas las metáforas, y
te guiamos a otra clase de realidad, esto es lo que enseñamos. Es un tiempo que
tienes para comprender lo cerca que estás del Espíritu. Más cerca que lo que
pensabas. La sanación es el tema, y les hemos dicho que la sanación puede ser
de muchas cosas. Ciertamente no necesitas estar enfermo para sentarte en estos
lugares y pedir sanación. Las clases de sanación de que hablamos van mucho,
mucho más allá incluso que lo corporal. La sanación de los recuerdos; la
sanación de la ansiedad, del miedo, todas estas cosas son disfunciones que
podrían tener al venir aquí a este lugar seguro. Quiero simplemente quedarme en
esto por un rato. Y ciertamente los vemos allí.
Es un tipo interesante de rompecabezas, que yo les diga
otra vez que yo sé lo que está sucediendo. Y el rompecabezas interesante para
ustedes es que las áreas de energía de que hablamos son multidimensionales; no
son lo que ustedes tienen en 3D. La distancia no importa; el tiempo no importa.
Le hablo ahora tal vez a quienes podrían estar escuchando más tarde. Y a ellos
les digo: no es diferente hacerlo ahora o más tarde. Yo sé quién estará
escuchando más tarde. Esta es la belleza de un Dios que puede ver todo y saber
todo; yo soy parte de ese colectivo, queridos, del otro lado del velo. Nunca he
sido humano. Mi socio sabe esto y ve cosas, mientras le estoy hablando, que
ustedes no llegan a ver. A veces hay una majestad que él no puede siquiera
describir. Que el amor que tenemos por ustedes van más allá del tiempo.
Entonces cuando ustedes están escuchando esto ahora, en eso que ustedes llaman
“en vivo”, y puede ser una cosa, y ustedes pueden escucharlo otra vez; otros
pueden venir y escucharlo en otro momento o en otro lugar. La grabación, que es
el sonido, puede ser lo que alguien esté escuchando dentro de un año, pero yo
estoy hablando a ustedes ahora. Ese ahora por lo tanto se
define como tú y yo, mirándonos uno a otro, justo ahora. Ahora. No importa cuándo diga tu reloj, es ahora.
¿Entendiste esto?
Esta es la belleza de una Fuente Creadora
multidimensional. Conocido por Dios sim importar qué hora sea en tu vida, o
cuándo recibas el mensaje. La sanación, queridos, es muy similar a esto. Y es
simplemente la cosa menos simple que puedan imaginar (se ríe). Es compleja; demasiado compleja hasta para
esta discusión de ahora; sumamente compleja. Pero les daré una pista de lo que
quiero contarles aquí.
Hay enigmas en la sanación, ¿no es así? Déjenme hablar al
sanador que está aquí, escuchando o mirando. ¿No es interesante que puedan
desarrollar un protocolo poderoso que es un protocolo sanador, que ustedes han
desarrollado, y han usado, y han visto suceder milagros, ya sea en sus sillas,
o en sus camillas, o aún a la distancia? ¿no es así? Ustedes han visto a aquellos que han venido a
recibir de ustedes ciertas cosas, y ustedes realmente entregaron eso con las
modalidades que tenían, que intuyeron, que estaban usando. ¡Eso es lo que hacen
los sanadores! ¿Y no es interesante que aun cuando hagan las mismas clases de
cosas a cada uno de esos seres humanos según ellos las necesitan, según ustedes
intuyen, algunos van a sanar instantáneamente, y otros no sanarán nunca?
Ustedes saben que tengo razón. ¿No es interesante que haya tal variedad de
diferencias incluso en sus propios pacientes? ¿Cómo funciona eso? Bueno, cada
sanador sabe esto, porque lo ha visto una y otra vez. Y si es sabio – la
mayoría lo son – le pedirán a sus pacientes, o a sus amigos, o a quien sea con
que estén trabajando, que primero den su permiso para sanar. En otras palabras,
allí hay algo, queridos, que requiere que se dé intención o percepción
conciente para la sanación que va a ocurrir.
Esta es la razón, queridos, por la que ustedes pueden rezar,
y rezar, más y más, por un individuo o un grupo, y nunca hay un cambio. Pero si
ese individuo o ese grupo sabe que ustedes rezan por él, o cree que hay
respuesta para las oraciones, y cree que la modalidad de sanación realmente
funciona, ha dado permiso y reconocido lo que puede ocurrir.
Y entonces empieza la sanación, y a veces es una sanación
de bajo nivel, y regresa a buscar más y más. Otras veces es remisión
espontánea. Pero requiere al menos la percepción conciente de que lo estás
haciendo con el paciente para que ocurra un evento de sanación plena.
Eso también explica por qué alguno te dice “Mi hermano
está en problemas. Mi hermano no cree en la oración, mi hermano no cree en nada
de estas cosas. Mi hermano está en problemas. ¿Puedo sanarlo?” Y la respuesta
suele ser: puedes intentarlo si deseas, pero vas a tener que conseguir la
percepción conciente de tu hermano para participar, con objeto de tener la
conexión que se necesita. Incluso podrías decir – y estarías en lo correcto – que
hay una llave y una cerradura, y hay que insertarla y girarla. Y esa llave es
que el que ha de ser sanado tienen que quererlo, entender que tú estás
ciertamente intentándolo, aun cuando no entienda la modalidad; tiene que haber
algo de fe.
La oración funciona muy bien, especialmente cuando
aquellos por quien se está orando se detienen por un momento a cierta hora y
dicen “Yo recibo las oraciones y creo que son poderosas, y estoy dispuesto a
ser sanado.” Y puede ser desde el otro lado del mundo, puede ser por teléfono,
o puede no ser por teléfono; puede que solo tengas un acuerdo de que a cierta
hora, aun si no es a cierta hora del día, puede ser un día específico, donde
dices “Estoy conciente que este día hay algunos rezando por mí, y voy a
sentarme y recibir esas oraciones” ¿Puedes ver esta conexión? Es más que simplemente estar conciente. Es
realmente reconocer que puedes recibir sanación. Esa es la diferencia.
Ahora, volviendo al sanador que no obtiene resultados,
tal vez, en la camilla, y parece que el paciente dio su permiso: realmente no
lo hizo. No lo hizo realmente. En algún lugar tiene una incredulidad que
impide, excluye; la llave nunca entra en la cerradura. Aunque esté diciendo
cosas, la llave no encaja. Esto es lo que lo hace complejo.
¿Cómo puedes
superar eso? ¿Cómo puedes decir “sí”? ¿Cómo es posible poder pelar esa cebolla
de incredulidad y llegar a un lugar que estés tan abierto que la oración
funcione instantáneamente? ¿Qué tal tú contigo? ¿Qué hay de tu capacidad de ir
a un lugar donde no hay un sanador, y hacer que esa misma energía acuda a ti y
funcione? Bienvenido al Círculo del Doce. Esto es lo que estamos haciendo. La
llave entra en la cerradura cuando tú cruces ese puente del que te hablamos, dentro
de un ratito. Lo cruzamos cada vez.
Complejidades; la sanación es así. Y tal vez, cuanto más oyes, y cuanto más
eres capaz de hacer con ella, más fácil será reconocer el hecho de que puedes
hacer cualquier cosa. ¡Cualquier cosa!
Y así es.
Kryon
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