Canalización de Kryon por Lee Carroll
Berkeley Springs, W. Va. 2 de mayo de 2020
(2) El Camino Escondido
Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Es el cierre de la reunión, el cierre de este día. Están
mirando esto sin importar el huso horario, y realmente no importa. Es el tiempo
en que decimos adiós a lo que ha ocurrido, que es una serie de mensajes que
trataron de transmitir la compasión y los hechos de cosas que normalmente no se
ven ni se entienden, y hablan de una Fuente Creadora más grande que lo que
jamás les han contado que era, los potenciales y posibilidades de una galaxia
mucho más grande que lo que ustedes hubieran pensado que existía; la idea que
tal vez parece tan increíble y enciende tanta controversia de que quizás haya
allí aquellos que los conocen y los aman y hasta pueden ser las semillas del
ADN de ustedes.
Todas estas cosas que hoy son tan extravagantes, en un
siglo más o menos serán de conocimiento común. Así son las cosas, queridos, y
ustedes lo han visto. Lo han visto incluso en sus propias sociedades, con cosas
que pensaban que eran locas y hoy son su ciencia. Cosas que pensaron que nunca sucederían,
y sucedieron. Cosas que les dijeron que no
podían suceder, sucedieron. Y entonces, esto va así; este es el frente de
avance de potenciales en este momento, de muchas cosas que todavía no han
fructificado, y están viniendo. Les hemos dicho que esto podría ser el comienzo
de invenciones que han estado esperando hasta que las cosas se establecieran;
esto podría ser el comienzo de un nuevo pensamiento. Hay muchos que predijeron
cuestiones para esta época, no necesariamente biológicas. Algunos predijeron
que habría algo que pondría a la Tierra de rodillas, y muchos sintieron que eso
sería el terrorismo, o una guerra, o tal vez un colapso financiero del que no
se pudiera recuperar – y no fue ninguno de esos. No hay un modelo en la
economía para recuperarse de un virus, de una pandemia; simplemente no lo hay.
Y sin embargo hay muchos contándoles cómo va a funcionar, cómo no va a
funcionar, y hay detractores. Queridos, no hay un modelo, ningún modelo para lo
que está sucediendo. Cuán rápido se recupere, qué hará la consciencia. Pero hay
una disposición, una disposición para levantarse y empezar de nuevo. Hay
algunos que anhelan estar en una muchedumbre y tomarse de las manos y abrazar a
todos, porque no pudieron, y ahora lo extrañan, ahora entienden, ahora entienden.
Oh, pero hay mucho más. Lo digo otra vez: no hay modelo
de recuperación para el mercado financiero, no hay modelo de recuperación para
la economía, desde una pandemia. Y los sorprenderá; creará otro modelo. No
permitan que los que no tienen idea y solo están adivinando, les metan miedo en
su corazón porque esto durará y durará y durará, o que nunca se recuperarán. O
que habrá otra depresión como en el año 29 ¡y requerirá docenas de años! Están
comprometidos en meterles miedo, realmente, verdaderamente lo están. Y su
recompensa, queridos, es que más gente sintonizará con ellos, ya se dan cuenta
de eso. Cuanto más miedo causen, más personas sintonizarán. Entonces ellos
tienen oportunidad de venderles cosas. Así es la cosa, y así ha sido, e incluso
eso va a moderarse cuando llegue el día en que los medios tengan que explicar
por qué no les contaron el resto de la historia. Por qué no dieron esperanzas,
porque no mostraron algunas cosas que estaban sucediendo siempre y que pondrían
una sonrisa en sus rostros durante los tiempos en que todos estaban llorando.
Todavía hay cosas por venir; se aproximan buenas noticias. Hay alegría más
adelante, hay recuperación.
Quiero que esta canalización en particular sea una
parábola. Una parábola de tipo diferente de las que dimos antes, la llamaré la
parábola del camino escondido. Para hacer esto correctamente, quiero recordarle
a los norteamericanos la historia de su país en una época profunda de
descubrimiento, de penurias. Fue una época en que simplemente se movían hacia
el oeste, atravesando bosques, praderas, cruzando arroyos, cañones, para
descubrir qué había allá… Piensen en una época en que el continente recién se
estaba descubriendo, y algunos se aventuraban desde el este, sin saber en
absoluto qué encontrarían. Hubo un número de exploradores, algunos famosos, que
iban hacia el oeste y descubrían cosas increíbles, y para poder hacer esto
tenían que atravesar los bosques, y los zarzales, abrirse paso, tallar su
camino a través de lo más espeso de lo espeso, solo para avanzar unas pocas
millas por día. Un número de kilómetros aquí, otro número allá, algunos
viajaron durante años, simplemente para trazar un mapa de lo que allí había.
Dos de ellos se llamaron Lewis y Clark. Si ustedes echan una mirada a eso, y si
los miran a ellos, lo que ellos escribieron, lo que hicieron, y cuanto tiempo
estuvieron afuera, es asombroso. Uno de los más famosos encontró el Gran Cañón.
Ahora ustedes saben, los historiadores les dicen que los españoles lo hicieron,
ellos encontraron el Gran Cañón y dijeron que era un lugar que no se podía
cruzar, se dieron vuelta y regresaron (se
ríe). Lewis y Clark no hicieron eso. Llegaron al océano; luego dieron
vuelta y regresaron y empezó a salir el informe, y durante un período de tiempo
– años y años – se empezó a ver a los que se aventuraban hacia el oeste,
buscando una vida mejor. Y no tenían idea de qué les esperaba a medida que
avanzaban hacia el oeste. Muchas historias. Se escribieron muchos libros
hablando de lo que ellos tuvieron que atravesar para simplemente viajar con la
carreta y los caballos. La mayoría de la gente que no estuvo allí ni siquiera
se da cuenta de que ellos no se sentaban en las carretas. Las carretas llevaban
los suministros. Ellos caminaban hacia la costa oeste. Muchos que eligieron
tener hijos a lo largo del camino sabían muy bien que no debían darle un nombre
al bebé hasta que hubiera permanecido vivo tres meses, porque la tasa de
muertes al nacer era uno de cada tres. ¿Han pensado ustedes en eso? ¿Pensaron
que hubo un tiempo en que los pioneros tenían esa clase de problemas, porque
querían viajar? ¿Pueden imaginar lo que requería llevar una carreta a través de
un bosque sin un camino abierto, lo que tenían que hacer para encontrar cómo
rodear cosas, o cuánto tiempo habrá llevado bajar las cuestas y cruzar los ríos
solo para llegar a ese lugar al que querían ir, que era el Oeste?
Pónganse en su lugar en este momento, supongamos en esta
parábola que ustedes son uno de ellos, gente recia. No sobrevivían a menos que
fueran aptos, hombres y mujeres, niños. Imagínenlos por un momento,
deteniéndose durante el día para un descanso y comer. Imaginen por un momento
que se encuentran con otros viajeros – pero los viajeros que encuentran son
diferentes, y ellos lo saben. Tienen aspecto diferente. En primer lugar, están
limpios, no están embarrados (se ríe),
parece como si recién se hubieran bañado, y no hay nada como eso con estos
viajeros. Tienes suerte si te puedes bañar, a menos que cruces un arroyo o un
río. Los viajeros lucen diferentes; más limpios que lo que deberían, para ser
viajeros, y hablan de manera rara. Algunos se dan cuenta rápidamente que se han
tropezado con algo que tal vez es mágico, o... algunos dicen “Bueno, son del
bosque, finalmente estamos viendo algunos elementales.” Otros dicen que tal vez
sean angélicos y empiezan a hablar con ellos. Y lo que sucede inmediatamente es
interesante, este grupo de almas resistentes, que conocía su camino y las
dificultades, y habían planeado el camino con cuidado, miraron y dijeron, “No
voy a mirar a esa gente, no son parte de mi mundo”. De modo que hubo muchos que
no quisieron ni siquiera hablar con esos viajeros, estos que se habían
encontrado en el camino. Y se fueron. Otros
se quedaron un momento y empezaron a preguntar: “¿quiénes son ustedes realmente?
¿Por qué son tan distintos?”
Y cuando les hicieron preguntas, los viajeros empezaron a
hablar. “¿Quiénes son?” Ellos dijeron: “somos guías”. “¿Y por qué son guías,
por qué están aquí?” Y ellos dijeron: “Todo este tiempo sabíamos sobre ustedes,
verán, hemos estado viajando con ustedes, a una corta distancia, Hemos ido en
paralelo, a lo largo de su viaje.”
Ahora bien, los
más sabios de los viajeros, los que iban haciendo mapas y reparando las
carretas y todo eso, dijeron “Eso es imposible; los hubiéramos oído, lo
hubiéramos sabido, sabemos cómo es atravesar estos bosques, es difícil,
hubiéramos oído lo que hacían, romper ramas, todas las cosas que la dificultad
causa, hubiéramos olido sus fogatas, si realmente hubieran ido en paralelo lo
habríamos sabido.” Y el grupo, que era angélico, no dijo nada. Hasta que les
preguntaron. Interesante, el fenómeno de la comunicación. Hemos hablado de esto
antes, ellos no explicarían si no se les preguntaba. Otra vez algunos se apartaron
de la conversación y dijeron “Esta charla es tonta, hemos bebido demasiado.
Vamos, y prestemos atención a lo que hemos venido a hacer aquí, para atravesar
esta realidad difícil y abramos camino, y lleguemos al siguiente lugar” Y sin
embargo todavía algunos se quedaban y hacían preguntas, más preguntas. “¿Por
qué los encontramos ahora? ¿Por qué se mostraron ahora?” Y entonces estos, que
simplemente casi brillaban, y eran tan diferentes, se irguieron y dijeron:
“Porque estos son tiempos diferentes, y es hora para que ustedes vean algunas
cosas y sepan algunas cosas que son distintas de cualquier cosa que hayan visto
antes. Somos los guías, y si ustedes lo desean les mostraremos algo. Les
mostraremos nuestro camino.”
Ese fue un momento de decisión. Ahora ustedes tienen a
estas personas recias, algunas que se apartaron y otras que se quedaron,
invitadas a ir con ellos, solo por un corto tramo, para ver algo que no
conocían. Otra vez algunos se apartaron diciendo “Es una trampa, esto no es
real, hemos estado aquí afuera demasiado tiempo. Ahora la naturaleza nos tiende
trampas que muy bien podrían conducirnos a un abismo o a un despeñadero.” Toda la mitología, todo lo que les habían
prevenido, todos los miedos de lo que puede haber allí afuera en la noche, y
algunos de ellos no fueron – pero algunos sí fueron.
Los pocos que fueron preguntaron “¿Cuán lejos está?” Y
los guías que los conducían dijeron “No está lejos, solo llevará dos horas.
Vengan con nosotros, caminen dos horas, no es nada para ustedes, déjennos
mostrarles algo que nunca han visto antes”. Y eso hicieron. Los pocos que
fueron con los angélicos, con los guías que habían encontrado y todavía no
sabían quiénes eran, qué eran, no podían saberlo, porque hablaban y actuaban de
modo distinto, lucían distintos, pero con ellos se sentían seguros. Los guías
caminaban adelante y ellos caminaban detrás. Notaron algo, dijeron: “Vemos que
no tienen ningún problema en caminar por este espeso bosque; nosotros sí,
nosotros sí. Ustedes van por lo más espeso, y parece como si caminaran por el
bosque como si este los conociera, se aparta ante su paso, es difícil describirlo.
A veces parece que atravesaran un árbol. Dígannos, guías, qué es esto.” Y los
guías se detuvieron un momento y dijeron: “Esta es una de las cuestiones que
necesitan saber. Este bosque que atraviesan, esta dificultad que han elegido
para su camino, esto que atraviesan y dicen que es tan espeso y difícil, es un
compañero en este planeta. Si supieran que es su compañero, lo tratarían como
tal, como lo harían con alguien de quien están enamorados. Si hicieran eso, el
bosque se apartaría de su camino también. Verán, el bosque es parte de ustedes.
Es más que solo hermoso, más que la Madre Tierra, es su compañero. Este bosque,
les da su oxígeno, ustedes le dan al bosque su dióxido de carbono, es una
relación simbiótica, sin él no existirían y sin ustedes él no existiría. Lo
ven, es un compañero de vida. Este bosque les permite alimentarse de él, les
provee de comida, más tarde reconocerán que les permitirá cultivar cosas, a
partir de sus lomos. El bosque es su compañero, lo alimentan, se alimenta de
ustedes, el bosque les da el agua fresca para beber. Gaia, este planeta, esta
Tierra, es su compañera en todas las cosas: sustento, oxígeno, alimento” Ellos
incluso agregaron: “El bosque les da su madera para sus construcciones y sus
carretas, y luego de una generación o más, regresan y encuentran que toda la
madera volvió a crecer para poder servir otra vez más para la siguiente
generación. Este es un compañero. Y es por eso que ustedes pueden ver que nos movemos
a través con tanta facilidad.” Los humanos estaban perplejos; nunca habían oído
nada como esto, jamás. No lo entendían verdaderamente, pero sí entendían el
principio de la asociación.
Y luego caminaron un poco más, y un poco más, y un poco
más, y llegaron a un claro. Desearía poder describirles esto, queridos.
Llegaron a un claro, pero realmente no era un claro, parecía un claro. Y cuando
esos viajeros que habían partido hacia el oeste llegaron a ese claro, a cada
uno de ellos se le aflojaron las rodillas, al ver lo que vieron. Muchos se
cayeron, algunos llorando, por lo que vieron. Algunos tocaban el suelo al
verlo, porque no podían creer lo que veían. No era un claro; era un camino, una
ruta muy amplia, y al mirar a la izquierda se extendía hacia atrás tan lejos
como podía verse, tal vez incluso hasta la costa este. Y al mirar hacia el otro
lado se extendía todo a lo largo hasta las aguas de la costa oeste. Camino
abierto, sin zarzas, sin rocas, sin árboles, y ellos dijeron “¿Qué es esto?
¿Cómo pudimos habernos perdido esto? ¿Quién lo hizo? ¿Quién lo hizo?” Y los
pobladores, al haber recibido otra pregunta más, se irguieron, los miraron a
los ojos (se ríe) y dijeron: “Lo
hicieron ustedes, pero ha estado oculto toda su vida.” “¿Pero cuál es el significado de esto, cómo
puede ser esto?” Y los pobladores dijeron
“Siéntense y escuchen algo que puede que entiendan, o no. Existen capas de
realidad. Capas de realidad. Y la que ustedes han elegido como viajeros es una
realidad de dificultades; que en su sendero solo haya dificultad. Para esto
firmaron, esto es lo que esperan cuando se van a dormir en la noche y
despiertan el siguiente día. Dificultad. Saben que cuando despierten tendrán
que tallar a través de los árboles, avanzando tal vez solo una milla y luego
tener que descansar, porque es tan difícil. El barro atascará las ruedas de su
carreta una y otra vez, esa es su realidad. Y está fabricada por ustedes. Pero
hay capas de realidad” Y dijeron: “Bienvenidos a otra realidad.”
Querido humano, este es su camino, esta es otra realidad,
es una metáfora de la vida. Ya está allí una ruta, un camino, que ha estado
oculto todo el tiempo, sin ningún obstáculo, para que puedan sentarse en su
carreta en lugar de caminar, pueden encontrar las cosas que necesitan, pueden
viajar distancias, con mucha más facilidad, más velocidad, sin el miedo, sin
las molestias, sin la dificultad, sin el drama, sin las muertes. ¡Es toda suya!
Y está aquí para ustedes.
Podríamos dejarlo allí, pero hay algunos que se volvieron
entonces, diciendo, “Es falso. No es real. No puede ser.” Y luego hubo otros que dijeron: “Quiero este
camino”, y aquellos que habían viajado con ellos nunca más los vieron.
Interesante; tal vez se habrían ido a casa a almorzar en la Costa Este (se ríe) como hoy ustedes lo harían en
un avión. Cuéntenle eso a ellos, hoy podrían hacer algo como viajar de Nueva
York a Los Ángeles para la cena.
Así es, queridos, es igual de asombroso para ellos hoy.
Ustedes fabrican su dificultad en su ruta. ¿Oyeron eso? Esta es su realidad,
porque es la realidad enseñada, es la realidad de sus padres, es la realidad de
quienes les enseñaron qué es real y qué no es real, y en ese surco se
encuentran. Drama, muerte, dificultad, problemas. Y lo triste es que hay
algunos humanos que se despiertan esperándolo así, y esa realidad que esperan
les será entregada a su tiempo, porque los humanos son poderosos en sus
expectativas y en el cambio de la realidad.
“Kryon, ¿qué estás diciéndonos?” Les estoy diciendo que
pueden elegir su realidad; pueden elegir no tener dramas en su vida, pueden
elegir viajar más rápido sin molestias, para no tener que moverse a través de
un bosque que les da pelea; el planeta está enamorado de ustedes. Y cambiará
los paradigmas de su vida; vivirán más tiempo, y este es el momento para que
entiendan todo eso y más. Ahora es el
momento. Esta Tierra ha llegado a una detención, para que ustedes puedan oír
esto.
Y cuando arranque de nuevo, ¿van a crear otra realidad
difícil? ¿O van a detenerse y pensar un momento “qué tal si él tiene
razón”? Esa divinidad tuya es muy
activa, alma antigua; puedes cambiar la realidad del pasado y cambiarte a un
futuro que no esperabas, ahora mismo. El momento es ahora.
Esta es una parábola de la ruta faltante; para muchos es
asombrosa, es verdadera para todos. Esta es la verdad. Algún día verán, incluso
la ciencia les mostrará, que lo que piensan, eso crean; que su camino, según lo
visualizan, sería el camino real. Se darán cuenta de que gastaron mucho de su
vida esperando cosas malas, y que ellas fueron entregadas justo a su hora.
Yo soy Kryon, enamorado de la humanidad, les doy la
verdad. Algunas cosas que no han sucedido aún, pero lo harán, algunas cosas que
están experimentando ahora mismo. Levántense de sus asientos, de sus sofás,
diferentes de cuando se sentaron. Reflexionen sobre estas cosas, porque todas
son verdaderas.
Y así es.
Kryon
Transcripción
y traducción: M. Cristina Cáffaro