Canalización de Kryon
por Lee Carroll ante la
Hermandad Femenina
Lemuriana (69)
Ottawa,
Canadá, 19 de agosto de 2019
Se abren las flores de la recordación
Saludos, queridas
hermanas, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Mi
socio se aleja. Les doy un mensaje tras otro para tratar de darles una
sensación de lo que ustedes ya saben, pero que no se refleja en la sociedad, no
hoy en día. Pero está empezando a hacerlo. Existe un papel especial de la
mujer, y no es algo que hoy se repita en absoluto; solo en culturas
específicas, y esas son principalmente las culturas indígenas. Es que el rol de
la mujer va más allá de lo que es la cuidadora, la que da a luz, la que cuida
con una consciencia que es más elevada, porque ustedes tienen hijos. Hemos
hablado sobre eso, lo hemos discutido, hemos hablado de esa segunda capa de
intuición que tendrían todas las mujeres.
Y
luego empieza a tener sentido, como dijimos antes, que las mujeres desempeñen
el papel de líderes espirituales divinos, maestras, chamanas, y que así eran
las cosas. Y si quisieran considerar la razón de la Hermandad Femenina, o la
razón para estos mensajes, es el regreso a ese conocimiento, para que
lentamente haya una comprensión de que esto es verdad. Les dije que
eventualmente habrá organizaciones, organizaciones espirituales que empezarán a
darse cuenta de esto, incluso aquellas que han sido manejadas por hombres
durante cientos de años empezarán a cambiar la estructura, para permitir a las
mujeres tomar esos lugares. Y luego descubrirán algo asombroso: las mujeres lo
hacen mejor.
Esto
es el comienzo, queridas, de un cambio de consciencia que también incluye una
recordación de lo que debería ser obvio. ¿Sabían que hay historia, historia
espiritual, en este planeta, muchísima, que grita esto? ¡Lo grita! Y ustedes
realmente no han pensado mucho en eso. ¿Por qué es eso? ¿Lo han pensado? Si
tuvieran que poner en escena una obra de teatro especial, en la escuela o en el
trabajo, y necesitaran un grupo de ángeles, ¿cuántos hombres alistarían? La
respuesta es: ninguno. Porque todos saben que los ángeles son mujeres (se ríe). ¿De dónde piensan que salió
eso? En un mundo de hombres, ¿por qué los ángeles son mujeres? A lo largo de
toda la historia que se pueda llamar sagrada, o mitología, la mujer siempre fue
el ángel. Oh, hay algunas excepciones, por supuesto, en la jerarquía, pero ¿la
mayoría? Mujeres.
Ahora
bien; eso no es por accidente. Eso es una impronta. Les contamos que los
pleyadianos les dieron mucho, y las Madres de las Estrellas se sentaron frente
a ustedes y les enseñaron, cara a cara, algunas diciéndoles, otras dándoles un
intercambio de consciencia, y no había nada como eso. Les contamos en mensajes
anteriores que ustedes nunca olvidarían eso. Una impronta es un sello
consciente; algo que ustedes llevan consigo vida tras vida. Puede que no
despierte hasta que esté preparada. Y, damas, está preparada.
Y lo
que está preparado es para que ustedes recuerden el rol de sacralidad de las
mujeres en este planeta. Es muy interesante que, aun en las iglesias de los
hombres, manejadas por hombres, los ángeles son mujeres; ¡pintadas en las
paredes! (se ríe) para que las vean.
Y nuevamente: eso es una impronta. Está estampada en toda la humanidad, y eso
debiera decirles algo: ese es el rol.
Hay
un tema que he seguido todo el día, de las cosas que son invisibles. Cosas que
ustedes llevan consigo, multidimensionales, que son invisibles. Y dijimos que
entre ellas está eso que llevan consigo, esa sacralidad de su alma. Que no
nacieron sucias, que todas nacieron magníficas. Oh, pero hay más. ¿Cuántas en
este grupo pueden realmente decir, "Yo fui lemuriana; yo estuve
allá"? "Estuve allá como mujer, como lo soy hoy, y me relaciono con
todo eso". Y sorprendentemente, hay muchas, en este salón, que empezaron a
despertar a una realidad que siempre ha sido invisible. Esa realidad es:
estuvieron allá.
De
modo que quiero que piensen en eso: ¿de dónde ha venido esto? Proviene de ese
sello, esa impronta, que ha estado con ustedes una vida tras otra y simplemente
permaneció allí. Y no había razón para activarla. Ya ven, al no haber pasado
por el Cambio, no habían llegado a un lugar donde se despertaría por alguna
razón. Y con la dirección en que iba este planeta, tal vez nunca se habría
despertado, pero siempre estuvo allí. Era invisible, estaba allí como
impronta, recordaba cómo sonaba una
Madre pleyadiana, recordaba un intercambio de consciencia con una Madre
pleyadiana, recordaba una Madre de las Estrellas y cómo era. Eso ha estado oculto e invisible, en todos
aquellos que se llaman a sí mismos lemurianos aquí. Ha quedado allí hasta
ahora, y empieza a abrirse. No a activarse; eso es diferente. Esto es una apertura. Empieza a abrirse como
una flor, es lo precioso, es darse cuenta de que las cosas son un poco
diferentes, y se vuelve un poco más especial.
Echan
una mirada a su sociedad y a lo que está ocurriendo, que pueden señalar, que es
notablemente distinto. Y dirían: Esa es la reacción a esa conducta hacia las
mujeres (se ríe), ¡aquí viene! Eso no
es algo que hayan visto durante su vida, ni lo han visto sus padres ni sus
madres. Es una relación directa con una flor que se abre. Una comprensión, no
solo con ustedes, de que estuvieron allá, y recibieron la estampa. Con toda un
alma humana antigua que está despertando, hay algo especial, y empiezan a
verlo. Una reverencia, un paso inusual en esta sociedad, y les diré que es
permanente, porque lo que sucede luego no tiene que ver con la igualdad. Lo que
sucede luego en la consciencia de este planeta tiene que ver con la comprensión
del lugar y el rol y la sacralidad de lo que puede traer una mujer, y lo que
ella puede enseñar, debido a la impronta.
Quiero
recordarles que en Lemuria los hombres no estaban expuestos a las Madres de las
Estrellas y a los pleyadianos como estaban ustedes, porque ustedes estaban
entrenándose para hoy en día.
La
flor sigue abriéndose, y ustedes van a ver que eventualmente en la civilización
habrá un lento regreso a la idea de que le corresponde a la mujer la enseñanza
de las cosas sagradas. Porque ella es la que da a luz. Es la que puede calmar a
los niños. Y puede hacer varias cosas a la vez, y puede amar
incondicionalmente. Y ese es su rol.
Hermanas,
despierten, porque muchas flores empiezan a florecer. Son las flores de la
impronta de recordación. Y está pasando en todo el planeta - más lentamente que
lo que ustedes querrían, pero es por eso que están aquí. Para celebrar ese
florecimiento, para darse cuenta de que no es simplemente que las mujeres se
unen, como suelen hacerlo, por camaradería, ¡es que las mujeres se reúnen y
celebran su sacralidad! Y la apertura de algo muy, muy especial. Es por eso que
están sentadas en esas sillas.
Que
empiece la ceremonia.
Y
así es.
Kryon
Transcripción
y traducción: M. Cristina Cáffaro