Canalización de Kryon por Lee Carroll
ante la Hermandad Femenina Lemuriana (54)
Universidad de Delphi, Georgia - 6 de julio
de 2018
Saludos, queridas hermanas de las estrellas, Yo Soy Kryon
del Servicio Magnético.
Muchas de ustedes nunca estuvieron aquí, de modo que les
diré que mi socio se aleja, y por un momento deben suspender la idea de que
están oyendo una voz de hombre, en cambio quiero que piensen en comunicación
angélica. Mi socio no se entera de este mensaje, en cuanto existe un respeto
por el género. Es la misma clase de respeto que estaba presente en Lemuria,
presente de parte de todos. Si ustedes están en la compañía de un sacerdote o
sacerdotisa, en esta sociedad en particular, hay respeto, y tal vez hay un
protocolo, una vestimenta, hay una manera, un arreglo, tal vez hay cosas que
harían o no harían debido a la estatura de ese líder espiritual. Todas ustedes
tienen eso. Cuando digo todas, hablo de miles de años en ese pequeño continente
de Mu, porque la sociedad de Lemuria perduró por largo tiempo, y muchas de
ustedes pasaron por eso. Todas ustedes lo saben.
Mi socio se aleja por respeto al género, así como ustedes
tendrían respeto por una sacerdotisa, y es por eso que no se le permite
recordar esto, y luego tiene que escuchar la grabación (se ríe). Es apropiado, queridas.
Eventualmente estas enseñanzas volverán a lo que todas ya
han experimentado una vez; una vez en todas las vidas que han tenido, y eso es
la Rueda de Enseñanza Lemuriana. Eso eventualmente les dará visiones que tal
vez no les darán las conferencias, y la razón es esta: se les empieza a
solicitar que evoquen información de la verdad central, que realmente las trajo
aquí a la silla hoy. No quiero repetir las cosas una y otra vez, pero hay
muchas de ustedes que son nuevas - es un designio que ustedes fueran mujeres
esta vez, para que pudieran re-encender eso, recuperar lo que es la enseñanza
chamánica. ¿Cómo se sentiría eso? ¿Cómo sería? ¿Qué harían con eso? Y esa es la
razón de que estén en las sillas.
He aquí un concepto. Quiero que desaprendan algo y que
aprendan algo. Y retrocedemos directamente a la verdad central.
Número 1: Ustedes recibieron enseñanza de aquellas que
venían de las estrellas, y las mujeres recibían enseñanza diferente de los
hombres. Quiero que eso se entienda bien. Si estuvieron allí - y sí que
estuvieron - no importa cuántos años, si estuvieron juntas o no, no significa nada, porque todas tienen
esa recordación akáshica central, si eligen encontrarla. Y algunas de estas
cosas pueden sonar a verdad para ustedes, y puede que sepan por qué están en
esas sillas hoy. Algunas están preparadas para esto, otras lo estarán más
tarde.
Les enseñaron las
hermanas de las estrellas; ¿pueden imaginarse algo así? Su voz sí que era
diferente, muy diferente. Si hubiera alguna manera para que yo se la diera
ahora, les garantizo que habría llanto en el salón al recordarla, porque no hay
sonido como ese. Su voz era diferente porque lo que la crea en las cuerdas
vocales es diferente, y crea un tono dual que es muy placentero y muy hermoso.
Y eso es lo que recuerdan primero.
Y lo siguiente que podrían recordar es lo que ella hizo:
enseñó a todas desde la niñez, desde los 6 a los 13 años recibían un lado de la Rueda. De los 13 en adelante el
otro. Y ustedes, mujeres entonces, mujeres ahora, recibían un entrenamiento
especial. Y esa educación especial no necesariamente era sobre lo que
significaban las cosas o cómo funcionaban; era el propósito del género. Y quién
mejor para darles eso que la madre pleyadiana.
Ahora bien, quiero que piensen de nuevo en algo para
desaprender y aprender. Han atravesado miles de años, ahora están en una
sociedad que es bastante moderna. La sociedad lemuriana no lo era, se trataba
del tiempo del comienzo mismo, simplista, y sin embargo esta es una de las
razones centrales por las que la verdad sonaba tan bien. No tenían que
desaprender lo que la sociedad les daba. Hoy tienen que desaprender lo que la
sociedad les dio.
Y esto es lo que quiero decir: muchas de ustedes están
aquí esta noche y de algún modo están en una actitud de que les den algo que
puedan usar para el futuro. Y a esto yo lo llamaría el sesgo o prejuicio
espiritual que ustedes que aprenden de nuevo los caminos chamánicos van a tener
que des-enseñar a quienes las rodean. Porque lo que verdaderamente van a
aprender es el auto empoderamiento.
Vuelvan a Lemuria por un momento. ¿Qué civilización
tenían que las cuidara? Y la respuesta es que no la tenían. Se cuidaban
mutuamente, por cierto, tanto como podían, pero en lo referente a la enseñanza
espiritual, las madres de las estrellas se sentaban frente a ellas y les
decían: "La verdad central es esta: todo lo bueno proviene de ti. Eso que
está en el centro de la Rueda es el Sol, el Gran Sol Central, como lo llamaban
cuando niñas, y ni siquiera ese les provee lo que
necesitan, porque es de él que ustedes provienen." Y la enseñanza central
era esta: en todos los radios, de algún modo, desde el mismo comienzo de sus
vidas, traen a la Tierra todas las herramientas que necesitarán para lograr el
chamanismo. Y lo que ustedes necesitaban hacer era despertarlas dentro de sí,
con objeto de lograr las cosas que las convertirían en maestras. Y lo eran. Y
requería un tiempo. Aun en la cultura simple de Lemuria, requería un tiempo. Y
es por eso que solo las ancianas podían sentarse adelante, porque lo habían
logrado, y sabían, y eran autosuficientes.
Esto es lo que van a desaprender. En su sociedad les dan
las cosas. Se las da la familia, los médicos, los que son espirituales, y
ustedes se sientan y esperan que les entreguen algo que luego puedan usar.
Queridas, en Lemuria, el enfoque era este: ustedes lo llevaban adentro. Y aquí
está. Y la enseñanza decía: y aquí está. Y la enseñanza de cada radio de la
Rueda, que brindaba información diferente, desde que eran niñas hasta que eran
adultas, y luego cambiaba cuando se convertían en chamanas, guardianas, todo
hablaba de lo mismo. Lo que ustedes llevaban dentro de sí es lo que están
activando para sí mismas. ¡Nadie va a darles nada!
Ahora bien, ¿vinieron preparadas para esto? Porque esa es
la verdad central: la activación de lo que ya está adentro. ¿Y qué tienen
dentro de sí hoy que pueda ser diferente de entonces? La respuesta es
¡nada! Son plenamente compatibles con
todo lo que han aprendido desde el comienzo mismo hasta hoy. Y esa bella voz
tranquilizadora de esa madre de las estrellas, ese sonido especial que no puedo
darles pero que está grabado en su akash si pueden encontrarlo, ese bello
sonido era la voz que les hablaba continuamente de su magnificencia, y aun de
niñas ustedes tenían las herramientas de la sacerdotisa femenina en que se iban
a convertir, y que la responsabilidad que tenían era ser cuidadosas y aprender
bien, porque guiarían a la civilización a la que pertenecían. La
responsabilidad era grande, porque la aldea recurriría a ustedes, cuando fueran
mayores y tuvieran que decirles qué clima vendría, qué hacer, cómo prepararse,
dónde ir, cuándo pescar, cuándo no. Cuándo quedarse adentro. Cuándo tener
bebés, cuando no. Todas estas cosas
estaban sobre sus espaldas. Y como mayores, les daban la bienvenida porque
ustedes sabían las respuestas. ¿Y cómo las sabían? Porque habían descubierto
quiénes eran ustedes, y todo estaba en su interior.
Aquellas de ustedes que pasaron por esta escuela de
Lemuria están aquí, todas ustedes, en algún nivel, en alguna época, es lo que
las trae aquí por el interés que puedan tener incluso casualmente: ¿Habré
estado allí? Sí. ¿Aprendí esto? Sí. ¿Realmente oí la voz de la madre de las
estrellas desde más allá de la Tierra? ¡Eso es lo que las hace tan especiales!
Solo hay una fracción de esta Tierra que ha oído esos sonidos alguna vez,
queridas. Los hombres también los
oyeron, pero no en una enseñanza chamánica. Ustedes sí. Ellas cantaban para
ustedes, y nunca recordarán algo más hermoso que eso.
Estas son las cosas que tienen para compartir y recordar
y celebrar.
Que continúe la canalización.
Y así es.
Kryon
Transcripción
y traducción: M. Cristina Cáffaro