Canalización de Kryon
por Lee Carroll y Adironnda por Marilyn Harper
Glastonbury - 27 de
Mayo de 2018
Jesús y José - Parte A
Marilyn Harper:
De modo que buen día para ustedes, ¿ah? Es tan bueno verlos, su luz, su
brillo, en este maravilloso lugar antiguo. Sí, ustedes han caminado por aquí
anteriormente; han dejado partes de sí mismos por aquí y tal vez estén
pensando, "Bueno, tal vez debiera recuperarlas o quizás no" (se ríe). ¡Noo! Algunos de ustedes han
estado aquí en batallas, algunos han sido el héroe aquí. Algunos han sido
exiliados aquí; algunos han sido juzgados y les dijeron que no podían ser aquí
quienes eran. Hoy es el día para curar todo. Hoy es el día para perdonar todo,
especialmente a sí mismos. Hoy es el día
para caminar por estas piedras y sentir a la Tierra vibrar debajo de ustedes,
vibrar el poder purificador de ustedes, el poder sanador de ustedes. Al moverse
entre estas paredes, oirán voces que los llaman, percibirán la presencia de
muchos otros que dejaron sus cuerpos cien mil años atrás (se ríe) - oh, tal vez
no tanto o tal vez sí. De modo que ya
ven, estos muros, estas piedras, este nodo, ustedes hicieron cita hace mucho
para estar aquí en este día, para ser bendecidos por la lluvia. ¿Saben? La
lluvia puede ser un poco molesta algunas veces, pero sin ella ¿dónde estaríamos
todos? Les pido que presten atención a esa bendición de la lluvia, porque puede
llevarse muchas cosas; puede llevarse esas partes que ustedes están listos para
sanar. Puede ir llevando por las calles las pequeñas partículas de su alma que
están listas para ser integradas y a medida que eso se crea... No, queridísimos
seres de luz, ustedes nacen de nuevo. Nacen otra vez en lo nuevo de ustedes.
Aquí en esta tierra sagrada, en este nodo sagrado, uno de los más
poderosos de la Tierra, por supuesto,
comprenderán el vórtice de energía que es creado por el nodo.
Comprenderán la apertura del amor con los tonos del regreso a casa, con la
canción de cuna de su alma, comprenderán al héroe y a la heroína que todavía
son (se oyen gritos en algún otro lugar.)
¿Qué dije sobre los sonidos? ¡Ustedes realmente oirán voces! (se rie). ¿Ustedes oyeron eso, eh? Por supuesto.
Verán, al caminar por estas calles, al recorrer la abadía, al honrar el
pozo del cáliz, sepan que los maestros han caminado por aquí antes, y ustedes
fueron esos maestros. Ellos prepararon el camino, de modo que al entrar en la
energía ustedes sienten tensa la garganta, y saben que hay algo allí para
sentir y liberar. Cuando caminan atravesando cada pasillo y sienten un dolor en
la espalda, sepan que hay algo allí para sanar y liberar. Y al inhalar las
blancas palomas de la abadía sepan que su corazón se está abriendo.
pausa - cambia la voz
Oh, queridísimos bienamados, es un honor para mí ver sus rostros aquí
nuevamente. Muchos de nosotros hemos caminado por aquí juntos. Sostuvimos el
corazón de la humanidad con nosotros. Y preguntan por qué. Por qué fue como es
(se ríe) y creo que todavía están preguntando.
Ustedes son la verdad, el camino y la luz. Caminamos por aquí con seguridad.
Nosotros, ustedes y yo, devolvemos la seguridad a estas calles, para reconocer
ese amor como solo ustedes pueden cuando yo traigo esa información aquí. Una
parte de mí está aquí, así como una parte de ustedes está aquí. Perdonar, perdonar, esa es la clave. Perdonen
todo. Les imploro. Toda ira, todo dolor, todo miedo que todavía puedan tener en
su corazón. Es hora de perdonar. Ustedes y todos los demás. Son traídos aquí
para ser ustedes; no serán perseguidos ahora. Celebren eso (se ríe). No tendrán dolor ahora, y
sepan que si algunos sienten ahora un
dolor, es un dolor del pasado, no un dolor del presente.
Canten los tonos, la canción de su sanación, y sepan que es por eso que
están aquí: para hacerse recordar que son los que muestran el camino. Para
hacerse acordar que son la luz, de modo
que ya no pueden taparla con una vasija. Ustedes son la tierra, son las
piedras, son los árboles. Son la paloma. Son las canciones de los niños y los
antiguos. Oh, es bueno estar con ustedes otra vez, y estoy agradecido.
pausa - cambia la voz otra vez
¡Ahh! Entonces, al caminar por
esta tierra sabrán, amarán, cantarán, danzarán, jugarán, se quedarán quietos y
sabrán que su corazón está sanando más allá de lo que nunca creyeron posible.
Su corazón está perdonando más, y ustedes incluso estuvieron allí - estuvo
allí. Su amor se expande más, en los caminos de ustedes, porque esta tierra es
su tierra, esta tierra es ustedes. Recuerden, oigan, y luego simplemente sean.
Los amamos profundamente, los vemos, caminamos juntos por las calles
hoy; miramos dentro de sus corazones y compartimos juntos ese amor para todos
los tiempos.
Namasté.
Lee Carroll:
Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Esta es la segunda vez que mi socio me trae a este lugar llamado
Glastonbury. La última vez me senté en el pasto y hablamos de esta área.
Hablamos de la historia de aquí, y todo eso ha sido grabado y también
publicado. Lo que hoy deseo hacer es dar un mensaje que es el mismo en esta
canalización y en la que vendrá más tarde. Y es un mensaje que va más allá de
lo que les dije, y es histórico. Está lleno de información que podría ser
cuestionada. Es tan cuestionable que vamos a llamar a esta canalización la
canalización de la blasfemia (se ríe - risas del público).
Queridos, quiero dejar las cosas claras. Quienes han estudiado la
historia y están comprometidos de manera muy pura en la investigación pueden no
estar de acuerdo, después de más de 2.000 años, en verificar algunas de las
cosas que yo puedo decir. Sin embargo hay belleza en esta historia, y tiene
sentido, y tiene lógica, naturaleza humana, y verdad.
Empecemos por decir que esta es una historia de Jesús y su tío José.
Ahora, bien, ya mismo algunos cuestionarán la relación entre José y Jesús, y
dirían "No hay ninguna prueba de que José fuera de la familia de
Jesús." De modo que digo que dejen de buscar pruebas y busquen cosas
autoevidentes. Cosas que tengan sentido dentro de la historia que realmente
sucedió. Y mientras les cuento esto, les
recordaré este asunto, de por qué les contamos una verdad que, aunque no se
apoye en una prueba lineal, intuitivamente es absolutamente verdadera. Lo verán
en seguida.
Se cuestiona si José visitó esta área en absoluto antes del momento en
que se le dijo: Ven y arma una pequeña iglesia para tu sobrino. Pero queridos,
él no solo vino de visita sino que venía seguido. Verán, José era un hombre de
abundancia y su comercio era el de importación. Él vino a este lugar que
ustedes llaman Inglaterra con la idea de comerciar con un metal, un metal que
Palestina no tenía, y él trajo a su sobrino en varias ocasiones. A ambos les
encantó este lugar; no solo había cosas hermosas para ver, para comerciar y
para descubrir, sino que piensen en dónde vivían ellos, de dónde habían venido,
piensen en la exuberancia de este lugar, la belleza, y la rejilla cristalina.
Ahora bien, ya les hemos contado sobre el poder de la rejilla
cristalina que es más fuerte aquí, en este nodo que en casi cualquier otro
lugar del planeta. Y crea aquí energías específicas que atraen a los humanos y
a la consciencia. Explica las cosas que hay alrededor de aquí que son
distracciones con respecto a la real energía de este lugar. Muchos se sienten
atraídos a este lugar y no tienen idea de por qué. Y llegan y deciden por su
cuenta qué hay aquí; se ponen un negocio y ustedes pueden verlos en el pueblo.
Pero la verdad de lo que realmente pasó aquí va más allá de la rejilla
cristalina; esa fue una de las razones por las que José se sintió atraído a
este lugar. Queridos, los historiadores cuestionarán que él haya estado aquí
alguna vez, y sin embargo las relaciones que inició aquí durante sus visitas
realmente iniciaron las razones por las que él poseía tierra aquí en tanto le
dieron oportunidad para hacer lo que hizo. Eso es intuitivo; es de sentido
común; es autoevidente, porque cuando vino aquí no tuvo problema para
insertarse y hacer lo que quería hacer como mercader conocido.
Permítanme discutir una vez más lo que fueron esos años de Jesús que
han llamado "faltantes". Hace dos días les dije que esos no fueron
años faltantes, fueron años aburridos; no hay registro de lo que Jesús hizo,
porque no hizo nada que fuera espectacular para nadie. No hubo sanaciones, no
hubo sermones, no hubo nada fuera de lo usual, porque este hombre, este Jesús,
todavía no había tomado su manto; no había atravesado su tiempo de
cuestionamiento de lo que era correcto o no; no había llegado allí; eso vino
después.
Eso vino después allá donde él vivía, al darse cuenta lentamente de
quién era él y tomó ese manto del amor que cambió al planeta. Pero en esos
"años faltantes" es autoevidente, ¿no es verdad? que él no
era reconocido. Nadie lo reconoció a partir de la escena del pesebre. Nadie lo
conocía, no realmente. Fueron los años en que él creció.
Ahora viene la parte de blasfemia, ¿están preparados? (risas). Este hombre Jesús no era
célibe. Él no sabía quién era él ni quién debía ser; el celibato, queridos seres
humanos, es un invento de los humanos para argumentar pureza y un poco de
sufrimiento. Porque el sufrimiento los aparta de aquello que es bello y normal.
Algo de esto crea disfunción y desequilibrio ¿tengo que explicarles más? (risas). Y ustedes lo saben y lo ven; es
una invención de los hombres; no había pensamiento de que él tuviera que ser
célibe.
Uno de los dichos favoritos de mi socio se lo dio un sacerdote
cristiano al hablar con los jóvenes frente a él; dijo estas palabras: "El
sexo es una de las cosas más horribles, sucias, inmundas del planeta, y
debieran reservarla para alguien a quien aman." (carcajadas del público). ¿Esto les suena a sentido común? Claro que
no. Debiera ser autoevidente que las relaciones íntimas entre dos seres humanos
que se aman ¡son sagradas! Son hermosas. ¡Es normal! Diseñadas con la belleza
del Creador. Ahora bien, para muchos esto es blasfemia. Jesús el hombre era muy
normal, hasta que tomó el manto y se convirtió en el que ustedes conocen.
Vamos a la información que empezamos a darles y la mejoramos. En esa
sala de arriba, en lo que ustedes llaman la Última Cena, el día final antes de
la crucifixión, hay toda clase de especulaciones, ha sido realzada más y más,
porque ustedes ahora saben que fue la última cena, ¡pero los apóstoles no lo
sabían! Y Jesús se lo dijo, en el discurso que ustedes leen sobre el que muchos
o todos han escrito. Él trató de contarles qué iba a pasar, y ellos no lo
creyeron. Estaban en un pico de celebración de su Maestro, y de quién era y de
lo que había hecho. La idea de que al día siguiente sería arrestado no cabía en
su consciencia, no lo entendían. Incluso durante la traición, durante la
primera comunión, no les resultaba obvio, era simplemente otro drama, otra situación;
no entendieron lo que él estaba diciendo.
Déjenme decirles otra cosa polémica: esa cena no era algo
extraordinario ni especial; era la Pascua, eran todos judíos, y estaban
haciendo lo que siempre hacían, esto no fue armado por Jesús como una ocasión
especial, "Vengan y estén conmigo, porque les diré que voy a partir."
Era la Pascua, donde partían el pan sin levadura, e hicieron lo que era
absolutamente normal en esa fecha - pero él trató de decirles. Ellos no lo
creyeron, no lo entendieron, no lo captaron. Y adivinen quién no estaba allí:
José. De modo que la idea de que él tomó
el cáliz y se lo llevó - sentido común: él no estaba allí. La idea de que en
esta Pascual normal eso hubiera sido atesorado o guardado no estaba. No había
alguien que se diera cuenta de todo y lo guardara en su bolsa, de modo que
fuera comprado más tarde como dice la leyenda. No se hizo eso. Les hemos
contado esa historia, pueden escucharla después, cuando lo deseen.
Esto es lo que quiero contarles:
cuando el hombre fue puesto en el madero - muy interesante, ¿verdad? - ninguno
de sus apóstoles o seguidores estaba allí. ¿Dónde estaban? Esto los tomó por
sorpresa, estaban como cegados, y solo en retrospectiva algunos se dieron
cuenta de que él estaba diciéndoles adiós.
¿Dónde estaban? La mayoría de
ellos, asustados, estaban ocultos. En primer lugar, ellos habían sido vistos en
público como aliados del Maestro; lo peor que podían hacer era mostrarse en la
crucifixión y ser identificados y arrestados. No era eso lo que querían; no se
presentaron. Solo estaban presentes allí los familiares y seres más queridos.
Sea lo que sea que les hayan dicho a ustedes, esos eran los que estaban allí, y
ese era José, su tío. No se cuestionaba
a los familiares, ni a los seres queridos; no se los veía como de interés para
la ley. Se esperaba que estuvieran allí porque eran los que eventualmente
retirarían los cuerpos de los maderos y los llevarían a sus tumbas. Ese era
José.
Entonces, otra vez, el sentido común les dice quién era José. Ni siquiera
en la última cena. Pero amaba a su sobrino, lo había acompañado muchas veces,
tenían planes, tal vez incluso de vivir aquí, en este lugar exuberante donde la
rejilla cristalina es tan poderosa. ¡Tan poderosa!
Lo que sucede después no lo he discutido con ustedes. Estos son hechos simples
que ustedes debieran saber, y son hechos que se pueden investigar y descubrir
en esas cosas que ustedes llaman los rollos del Mar Muerto. Fue escrito,
queridos, pero no es necesariamente parte de lo que a ustedes les dijeron. Les
hemos dicho que aún hoy en Israel hay una ley - que nunca se derogó - que dice
que es contra la ley crucificar después de la puesta del sol. Es parte de la ley judía; está allí. De modo
que saben que todos los cuerpos se quitaban de los maderos antes de caer el
sol, pero en ese día se quitaron aún más temprano porque venían dignatarios a
la ciudad. Y los que estaban a cargo no querían que eso afeara la vista en el
Gólgota cuando los dignatarios pasaran por allí. De modo que el cuerpo de Jesús
fue retirado aún más temprano, y el que estaba allí esperando era José, su tío.
No importaba cuán temprano o tarde; José estaba allí. ¿Y qué pasó después con
José? Ustedes debieran recordar y darse cuenta.
Él retiró el cuerpo del madero; había ayudantes, siempre los había
allí, y ayudantes en los cementerios, pero José ayudó a manejar eso. Y dónde
llevó después a su sobrino, debieran saberlo. Su sobrino todavía no tenía una
tumba; no era lo bastante viejo, no tenía dinero, eso era algo que se compraba.
Se compraba por adelantado, como algunos de ustedes compran parcelas en
cementerios por adelantado. José, un hombre de abundancia, tenía una tumba muy,
muy cerca de la colina donde esto había pasado. Y José sacó a su sobrino del
madero y llevó a su sobrino a su propia
tumba, que él había comprado, que él tenía; esa era la tumba de José. Hermoso,
ese amor de ese hombre, de ese familiar, por su sobrino.
¿Dónde estaban los apóstoles? ¿Dónde estaban los seguidores? El único
otro pariente, el único ser querido, se llamaba María. Ella también estaba
allí; nadie la cuestionaba en absoluto, porque los que estaban allí sabían a
quién pertenecía ella. Esa es la historia.
Pero ustedes están en Glastonbury, ¿qué tiene que ver todo aquello con
esto? Y aquí va: las leyendas son correctas, José regresó aquí. Volvió a este
lugar que su sobrino amaba, con la rejilla cristalina poderosa, donde él sentía
la exuberancia de la tierra, a construir un oratorio, una capilla, un lugar de
oración que se convertiría en la leyenda y en la realidad la primera iglesia de
Cristo. En honor de su sobrino, él construyó esto.
Ustedes hoy oirán a los guías decir muchas cosas y señalar dónde estaba
esto, y qué quedó destruido, y qué se reconstruyó, todo correcto y verdadero,
pero todo empezó con José. Y esto es lo que quiero contarles: esta primera
iglesia cristiana no se parece en nada a lo que se convirtió. Porque José no
hizo su capilla y la iglesia de su sobrino mostrando algo de la crucifixión. No
había hombre en el madero, no había símbolos de duelo y sufrimiento, había
colores brillantes, ¡había oración y celebración! Y la celebración era de las
enseñanzas de Jesús Cristo. Y su muerte no significaba lo que hoy significa.
Hoy cuando ustedes se presentan en muchas organizaciones que se dicen cristianas,
entran y está oscuro, y allí está el madero y el hombre que sufre. Casi una
eternidad, durante cientos y cientos de años; ¡eso no estaba presente en la
primera iglesia cristiana! Porque José sabía que las enseñanzas de su sobrino
eran lo que el mundo necesitaba oír. ¿La crucifixión? Una desgracia. Pero no
era el eje de todo, como lo es hoy.
José tenía un sobrino que enseñaba sobre la alegría, y la belleza y el
amor de Dios, y eso es lo que José puso aquí. Colores vivos, cantos, plegarias
a un Dios que era el Dios del amor, no el Dios de la ley. Esto es una parte
importante de la historia que cambió al planeta. Y cuando ustedes recorran este
lugar, por supuesto estarán las leyendas. Supuestamente hay incluso un lugar
donde está enterrado el Rey Arturo. ¡Uno de los muchos lugares donde está
enterrado el Rey Arturo! (risas) A este lugar lo llamaré "huesos
abundantes convenientes" (risas)
y los guías pueden contarle más.
Es suelo sagrado, realmente lo es. No solo porque la rejilla cristalina
lo recuerda muy bien. Aquí es donde vino José a honrar a su sobrino, y lo hizo
bien.
Y así es.
Kryon
Transcripción
y traducción: M. Cristina Cáffaro