Canalización
de Kryon por Lee Carroll
en Israel,
30 de septiembre a 6 de octubre de 2015
Nº 4 - Letra "R"
Saludos,
queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Hemos
esperado largo tiempo para darles esta canalización, y durante más de dos
décadas hemos hablado de esto en porciones y fragmentos. Pero ahora estamos en
un lugar donde podemos honrarlo en forma distinta.
La
letra para este mensaje es una "R" y representa "recordar".
Ahora
bien; si ustedes no estuvieron aquí cuando ascendió el profeta Elías, ¿cómo
podrían recordarlo? La respuesta es que todos ustedes tienen, en algún nivel,
la historia humana en su akash. Nunca dijimos esto exactamente antes, pero el
akash humano es sumamente complejo y está relacionado e interrelacionado con
otros humanos, otras almas, y contigo mismo.
Se podría decir que hay capas de recuerdo akáshico: del alma individual,
planetario, de la historia planetaria, e incluso de lo que sería Gaia. Como
Dios está en cada uno de nosotros, estas complejidades están también allí, y
son hermosas.
Algunos
de ustedes han empezado realmente a despertar al potencial de que puede que
hayan estado aquí. No todos, pero siempre sucede cuando traemos muchas personas
a un lugar o región, que habrá una resonancia a una energía, y la sentirán y la
tocarán.
Quiero
que todos recuerden algo que pasó muy cerca de aquí; fue así; vamos a hablar de Elías. He hablado de Elías durante dos décadas, no
en razón de su Maestría judía, sino por la lección que él enseñó al planeta
sobre el Dios único.
Imaginen
por un instante lo que sucedió aquí. Con todas las veces que he hablado de esta
historia, hoy es más real, porque están sobre la tierra donde ocurrió, muy
cerca de aquí. Piensen por un momento en
un Maestro muy sabio; Elías hizo muchas cosas grandiosas y ciertamente era
sabio, y Dios lo conocía.
Un
hombre era su suplente, el que un día habría de tomar su manto, (palabra que
usamos para representar todo lo que es el conocimiento, el linaje y la
sabiduría de Elías, a eso llamamos su manto, como si fuera una túnica, un saco,
que uno puede quitarse y ponerlo sobre otro ser humano al morir). Y ese hombre tiene un nombre que se pronuncia
de muchas formas. En algunas culturas se
dice Elisha, en otras es Alisha. (N.T. en
la Biblia traducida al español se le llama Eliseo).
Sincronísticamente,
ustedes encontrarán esta historia en el viejo testamento, escrita como Historia
sucedida cerca de aquí. Porque quienes crearon
la Historia de los Judíos son los que la contaron, y se descubrió luego no
lejos de aquí. De modo que se podría
decir que las Sagradas Escrituras son una Historia de un pueblo. En el segundo Libro de los Reyes está la
historia que les cuento.
Elías
sabía que su tiempo acababa. Pero también sabía, en su nivel de vibración como
Maestro, que él no pasaría por la muerte.
Ustedes podría preguntarse, ¿Estas cosas serán exactas y verdaderas?
Porque no se ha registrado que un humano haya hecho esto hasta ahora, después
de Elías. Y entramos en esta clase de
enseñanzas que antes dimos. En aquellos
días lejanos, había Maestros en este planeta que vibraban muchísimo más alto que
ustedes, liderando el camino hacia lo
que ustedes llaman el Maestro Cristo. En
esta tierra aparecieron muchas veces Maestros de alta vibración. Tenía que ser así. Eran ejemplos para el planeta de un Dios
amoroso, uno que se comunica, que es real, y al que le importa. Esto era muy diferente de lo que la humanidad
realmente pensaba que era el Creador.
Y
Elías no era distinto, porque esta era su enseñanza, como gran Maestro que era.
Sabía que podía controlar la hora de su partida. Supo cuándo era el
momento. Y cómo fue exactamente que
sucedió es asunto de Elías, pero él lo sabía. Y lo sabía con suficiente
anticipación para decirle a Eliseo que se preparara.
He
contado la historia muchas veces, es exacta y verdadera. Pero también implica
la naturaleza humana, la percepción humana, y la verdad que nosotros enseñamos
y Elías nos mostró (se ríe). Era
hora.
Y
Elías le dijo a Eliseo: Quédate cerca para observar este proceso y escríbelo,
porque estoy eligiendo el momento de mi partida y voy a ascender. Según la
historia, Elías literalmente se adentró en el campo, en la tierra, esta tierra
en que ustedes están, en la que se sientan, la tierra que está aquí hoy.
Piénsenlo: es la misma tierra, la misma energía. Es el mismo Dios.
Y
luego sucede algo milagroso: Elías empieza a transformarse, y vamos a hacer una
misma pregunta varias veces durante este mensaje. ¿En qué punto bajó Dios a
llevarse a Elías? ¿Fue en este momento?
La respuesta es no. Entonces
continuamos.
De
acuerdo a los escritos de Eliseo, que observaba todo esto y, dicho sea de paso,
que recibiría el manto y haría también grandes cosas, este hombre observó con
ojos bien abiertos las cosas multidimensionales que tenían lugar ante él. Lo que él vio no estaba en 3D. Ningún profeta ni Maestro ha visto a Dios en
3D. Incluso la zarza ardiente fue la
manifestación de la percepción de un humano.
Una zarza incendiada que no se consume es más que una zarza (se ríe).
Algunos dicen que tenía forma angélica, o una voz, pero en esa historia
llamó la atención.
Elías
tuvo su historia y Eliseo la observó. Comenzó la transformación, y si quieren
saber qué sucedió en qué punto, creo que ni el propio Eliseo lo supo. Porque absorbió todo y observó, y lo primero
que vio fue luz. Una luz tan brillante
como él nunca había visto ni siquiera parecida, en realidad le lastimaba los
ojos. Sucedió en el suelo donde estaba parado Eliseo.
Va
la pregunta, por segunda vez. ¿Es este el momento en que Dios bajó y se llevó a
Elías? (se ríe) Y la respuesta es no.
La
historia continúa, ya que según percibió Eliseo, empezó a ver formas e incluso
cosas que ahora les podemos decir que tenían significados numerológicos. Una de
las cosas que vio fue una rueda. No vio una simple rueda: vio una rueda dentro
de una rueda. Ahora bien: esto fue su
percepción multidimensional; allí no había rueda alguna (se ríe). Pero se le mostraba a Eliseo para que lo pudiera escribir.
Te diremos lo que significaba. Muchos
han hecho conjeturas sobre qué significaba.
Muchas son correctas.
El
círculo, o la forma del círculo, es la forma perfecta. La encontrarán a lo
largo de toda la historia espiritual; es la forma del halo. El círculo más grande que vio, representaba
la pureza y el amor interminables de Dios.
Un círculo perfecto no tiene un comienzo ni un final. Pero Eliseo vio dos círculos: uno dentro de
otro más grande. El círculo interior
representaba al alma del ser humano, y era un círculo: interminable, sin
principio ni final. Ligeramente más
pequeño que el círculo mayor, que lo abarcaba completamente en sus brazos.
Los
dos círculos, uno con el otro, empezaron a transformarse en algo distinto, y
Eliseo lo llamó o dijo que parecía un carro (se ríe). Y este carro tenía tres caballos blancos. Deben entonces entender la numerología del
tres. El tres, en tiempos antiguos, en
los que identificaban números con energías, representaba una energía
catalítica. Un catalizador es algo que
siempre está cambiando lo que lo rodea. Los tres caballos blancos, puesto que
había un carro y caballos, significaban que Elías estaba a punto de viajar a
algún lugar.
Eliseo
identificó el carro y le puso un nombre, como la energía de Elías en su
merkaba. Ahora bien, merkaba, en hebreo,
es montar. Ese carro de la ascensión se
identificó entonces, para que toda la humanidad lo comprenda. En la ascensión de Elías, Eliseo estaba
mostrando y contando la historia de la impronta del ser humano, la
multidimensionalidad de lo sagrado del ser humano. Se estaban viendo las partes de Elías: sus
partes sagradas se desplegaban directamente ante los ojos de Eliseo.
Pregunto
por tercera vez: ¿es ya el momento en que
Dios Todopoderoso, el Creador del Universo, finalmente baja y lo toma? Y la respuesta es no. Porque lo que Eliseo dice entonces es que el
carro dejó el suelo, junto con la rueda dentro de la otra rueda, el círculo
dentro del círculo, en el cielo frente a él, y todo se elevó juntamente, y el
observó a su Maestro, Elías, desaparecer en los cielos.
La
lección final, la más importante, la que he estado contándoles durante más de
veinte años: en ustedes está Dios. Dios
no necesitaba bajar a buscar a Elías, porque Dios estaba en Elías. Y la energía
en que Elías se transformó fue lo bastante buena como para llevarlo hacia los
cielos.
Eso
eres tú dentro de ti; no es lo que Dios hace por ti, o contigo, o a ti. ¡Tú
tienes a Dios adentro! Tu ascensión, ese momento de la muerte, es el mismo para
cada humano. Te vas por tu cuenta, y
asciendes por ti mismo. Esta fue la
mayor lección del Maestro Elías, no muy lejos de aquí: a través de Eliseo
identificó la merkaba. Mostró la numerología del alma humana cambiante, que es
una representación del hecho de que el alma regresa. Está siempre cambiando. No se va a un lugar
para quedarse allí, como tampoco Dios está siempre sin cambios. Dios cambia cuando ustedes cambian: lo que
cambia es la relación. El Dios de
Abraham es el Dios de hoy. Pero la
relación de Dios con Abraham ha cambiado mucho en comparación a la de Dios
contigo. Ese es el cambio. Eso es el
catalizador. Eso es el Tres.
He
aguardado largo tiempo para estar donde eso sucedió y revelar finalmente
algunas de las metáforas tan hermosas que Elías nos dio y que Eliseo escribió
con tal orden, de tal manera, con tal claridad, para que pudiéramos darte esta
información, tantos años después.
Quédense
y honren esto, por que sucedió no muy lejos de aquí. El mismo Dios, la misma
tierra, el mismo lugar. Piensen en estas
cosas. Es hermoso.
Y
así es.
Kryon
Desgrabación y
traducción: M Cristina Cáffaro