17 julio 2016

La Transición - Kryon

Canalización de Kryon por Lee Carrol 
en la Universidad de Delphi, Georgia, 9 de julio 2016

La Transición
Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
¿Lo sintieron, al entrar?  El salón les dio la bienvenida.  La Universidad  lleva acertadamente el nombre de Delphi.  Un lugar de conocimiento, un lugar de sabiduría, un centro donde realmente se puede exponer la iluminación, estudiarla, trabajar con ella, practicarla. Uno de los pocos lugares del planeta con un programa de estudios que incluso ofrece la canalización.
Ustedes están sentados en el eje central de un templo construido expresamente para el pensamiento sabio, y quiero que por un momento lo perciban.  Aquí el elemento principal es la madera; proviene de la Tierra, es porosa, habla de Gaia.  La mayor parte de lo que está en las paredes, viviente o que ha vivido; eso es importante. Frente a mí están esos cristales, hemos hablado de eso antes, que difunden lo que yo llamaría energía benévola.  Todo está diseñado para que, cuando ustedes entren, si son sensitivos, cuando entran y si lo permiten, ... este lugar los conoce.  Si nunca estuvieron aquí antes, igual los conoce.
Los principios metafísicos, de los que hemos hablado desde que llegué a mi socio hace 26 años, dicen que existe una alianza, una confluencia de cada ser humano individual con la Fuente Creadora. Corresponde a su libre albedrío permitir que los hilos se conecten o no, pero ellos quieren hacerlo.  Y si se pudiera dibujar una diagrama, verían que cada ser humano individual está conectado a cada otro ser humano, conectado a la Fuente Creadora, conectado a Gaia; cuando llegan a este lugar como forasteros, no son forasteros.
Si ustedes se permiten expandirse en eso, metafísicamente, los otros seres humanos en el salón, a quienes nunca vieron antes, están conectados con ustedes. Incluso podrían decir que habría un bello cordón de plata espiritual que conecta a todos ustedes con el Espíritu.  Y la familia está completa cada vez que ustedes se sientan.  Están en una sociedad de seres humanos singulares, no se conocen unos a otros; conocen a unos pocos.
Sin embargo también les hemos dado algunas lecciones diciendo que no es accidental dónde encarnan y cuándo, a quién conocen a lo largo del camino cuando acceden a entrar en un lugar.  ¿Qué tal si aquí hay alguien a quien tendrían que conocer, que puede tener una respuesta, o tal vez tenga una inquietud que ustedes podrían resolver?  ¿Están dispuestos, son capaces de encontrarse con ellos?  ¿Pueden pasar por alto los protocolos sociales de lo que es adecuado o inadecuado, respecto a quién le dicen hola, a quién conocen, a quién abrazan? Y por un momento suspender todo eso y decir hola  a un amigo.
Y, queridos, la belleza de esto es que, detrás de la escena, el alma antigua es para siempre; ustedes se conocen unos a otros no solamente de aquí, queridos. ¿Saben en cuántos otros planetas han estado y han hecho esto?  Eso es lo que ustedes hacen. Y está completamente oculto para ustedes en esta vida, como debe ser, para su libre albedrío.  
Ya dijimos esto; si este conocimiento fuera ordinario, si pudieran verlo como obvio, simplemente podríamos apagar las luces y cada uno se va a su casa. Tiene que haber algo para que ustedes decidan abrirlo con libre albedrío, o no.  ¡Eso es libre albedrío!  ¡Eso es la dualidad!  La razón de ello, la lógica espiritual, es que sea así para que ustedes decidan, mientras están en la Tierra, unirse a la familia o no.
La transición entre vida y muerte, y vida, y muerte, es bella.  Este mismo día le preguntaron a mi socio si iba a hablar sobre ello.  Mi socio dijo: "Bueno, Kryon no suele hablar sobre eso."  Bueno, pues ahora lo haré, porque quiero que ustedes lo oigan.  Quiero que quede grabado para que lo puedan oir. Intuitivamente - intuitivamente - hasta el alma antigua más iluminada no conoce realmente lo que sucede cuando cierra los ojos por última vez.  Tienen esperanza.  Es su verdad y se aferran a ella, y ustedes lo consideran firme: morir está bien.
Yo les he dicho: más que bien; es un proceso (se ríe).  Es el proceso que utiliza el alma antigua para distribuir sabiduría en el planeta.  Regresan más sabios que cuando se fueron; como ir a la escuela, graduarse y volver al año siguiente. Es absolutamente común. El problema, queridos, es que no viven lo suficiente, y eso va a cambiar.
Pero, ¿qué sucede cuando mueren?  Quiero hablar de eso apenas unos pocos momentos; la razón es que lo puedan celebrar.
La mayoría de las religiones y sistemas de creencia tienen una intuición que dice que su viaje a donde sea que van (se ríe) va a requerir al menos tres días. Está la tradición judía, la tradición musulmana, todas ellas, las más antiguas del planeta; los indígenas también la tienen, tienen un período de tres días de duelo, o en que no se puede perturbar el cuerpo, o... o... o...; las reglas, la regla de los tres días.  Y queridos, eso proviene de una intuición de cuánto se tarda en recalibrar el paso de la consciencia humana corpórea a la presencia angélica de Dios que ustedes son.  Ellos han armado toda clase de cosas con eso, depende de qué crean, o cuál sea el sistema espiritual; algunos han dicho que es un período difícil. Algunos dijeron que ustedes van a un lugar de retención, donde entran en un lugar que dicen que será donde los juzguen, otros dicen que es un agujero plano y que ustedes permanecen allí.  ¿Les suena correcto?  Están regresando a la Fuente Creadora, llamémosle la Fuente paternal, llamémosla el más grande amor del Universo, hacia allí se dirigen, y está dentro de ustedes ahora mismo.
El amor de Dios es puro.  Te esfuerzas en descubrirlo, en conectarte con él toda tu vida, y cuando cierras los ojos por última vez, lo corpóreo tuyo se termina y hay una adaptación, y esos tres días que tienes son para volver a aprender a volar.  Y empiezas a recordar, y la luz se vuelve más brillante, y empieza a volver el júbilo, y la Fuente Creadora empieza a hacer sonar esa música que echabas de menos. Y de algún modo lloras de alegría y recordación, diciendo ¡Estoy de nuevo en casa!  ¡No hay sufrimiento! ¡Es justamente lo contrario!  Hay júbilo increíble y recordación, y canto, y ni siquiera te preocupas por los que quedaron atrás, porque sabes que pronto van a pasar por lo mismo. La visión más amplia empieza a regresar, y luego eres uno con Dios.
Y sí, hay planes para regresar y pasar por todo esto porque no te perderías la graduación, querido, estás en la nueva energía; ¡disfrútala!  Hemos hablado de eso antes, pero la transición es hermosa. Y quiero que recuerdes esto. Para quienes están en este salón preocupados por sí mismos: van a llevar una sonrisa. Quienes los vean dirán: "Qué raro. (se ríe)  No suelen sonreír al morir".  Sí que lo hacen cuando saben lo que vendrá.  Y queridos,  para aquellos que velan junto a alguien que ya no está allí, los desafío a levantar su mano y celebrar el hecho de que todavía está allí en diferente forma, y está celebrando el amor de Dios con ustedes.  No es como piensan.
El único dolor que hay en la muerte es para quienes quedaron atrás, que creen que te has ido y no es así, porque eso es lineal, es el velo que llevan y les impide ver la belleza del sistema.
Este es el templo de la sabiduría, y por eso les pedimos, antes de cerrar, que sean almas antiguas sabias. Un alma antigua sabia no se deja convencer de los sesgos o el miedo de que otros les hablan, sino más bien usan su propio discernimiento, su propia máquina de elección para saber qué es real y qué no lo es. Es la misma que les deja saber si esto es real o no. Ese es realmente el punto crucial, ¿verdad?  ¿Realmente está Dios adentro?  ¿Ya se han dado permiso para creerlo?
Hay una mano extendida hacia ustedes que es suya, llamada Yo Superior, esperando estrechar la mano del yo corpóreo - si lo permiten.  Estará allí toda su vida. No golpeará en la puerta, no empujará ni hará ruido; simplemente espera que abran la puerta y entren.
Esa es la belleza del amor de Dios. Permite al humano que elija si dejará entrar la luz o no.
Y esa es la verdad y la sabiduría del día.
Y así es.
Kryon
Desgrabación y traducción: M. Cristina Cáffaro