Alzar la Valla
Artículo
de José Stevens – 13 de agosto de 2024
Este mes tiene que ver con mejorar,
nivelar hacia arriba, aumentar la capacidad de poseer, mejorar la calidad de tu
vida, e infundir en tus experiencias más alegría, satisfacción y positividad.
Cuando tratas de alcanzar la mejoría, los residuos y la oscuridad de una
situación de baja vibración que puedes haber estado soportando ciertamente
saldrán a la superficie para ser examinados.
Este examen y la reflexión podrían llevar a algunas elecciones duras que
podrían afectar las relaciones, el trabajo, y la comunidad. Agosto es un mes muy dinámico, pero puede que
no sea psicológicamente lo más fácil. Al mismo tiempo que tienes oportunidad de expansión y nivelar
hacia arriba, también tienes necesidad de ir hacia adentro para explorar más
profundamente los patrones y situaciones y actitudes que te han impedido mejorar tu suerte en la vida.
Lo que ayudará es permanecer neutral
ante los disparadores que estimulan la investigación más profunda de lo que
necesitas mejorar. La autocrítica, el juicio, la vergüenza y la culpa solo van
a interferir contra la acción productiva. La curiosidad es otro ingrediente en
el proceso que será muy útil para conservarte mirando hacia adelante con
optimismo en lugar de quedar atrapado en la cavilación obsesiva sobre lo que
podrías haber hecho mejor en el pasado. Y es importante intentar que el proceso
sea divertido. Encontrar humor en esos escenarios de “no salió bien” te pondrá
en una pista rápida de nivelar hacia arriba, a medida que sueltas ese juicio de
“en qué estaba yo pensando” con humor en lugar de vergüenza.
Trata de no quedar atrapado en lo
abrumador de la tarea por delante, y recuérdate que la intención, el plan y el
compromiso son el aspecto más importante. Roma no se construyó en un día, y
nadie espera que el cambio suceda de la noche a la mañana. Es un proceso
gradual que requiere una mirada madura a tus lugares ciegos y un reconocimiento
de lo que necesita cambiar para que puedas aumentar esa capacidad de tener y te
lleves a un nivel más alto de calidad de vida mejor. Alzar la valla es, por
supuesto, una metáfora relacionada con la pista y la cancha, el salto en alto y
el salto con garrocha. Cada vez que un
atleta completa un salto con éxito, la valla es levantada para ver si puede
manejar la altura siguiente.
Entonces, ¿qué implica alzar la
valla? Veamos los ingredientes
necesarios. Primero, alzar la valla no puede provenir del ego o de un deseo de
gratificación personal solamente. ¿Por qué no? Cuando tu motivo es solo la
gratificación personal, estás automáticamente viniendo de una posición más
débil, porque involucra miedo. ¿Qué pasa si alguien me castiga? ¿Qué tal si
fracaso? En el momento en que el miedo está en la escena, estás magnetizándolo
hacia ti mismo. Por lo tanto, la ganancia personal no puede ser tu única
motivación. Tiene que haber un motivo más elevado que viene con una vibración
más alta. “Estoy alzando la valla para experimentar algo que nunca antes
experimenté; la libertad de las limitaciones, una creencia en lograr hacerlo
con facilidad y gracia. La experiencia de decir: ¡Gracias, Dios! Lo hice. Ahora
puedo enseñar a otros a alcanzar su verdadera capacidad también. A ir más allá
de donde yo he ido. Entonces, ellos pueden extenderse hacia abajo y alzarme más
alto y todos podemos celebrar juntos.”
A menudo no sabemos exactamente qué es
para nosotros alzar la valla. Tal vez pienso que alzar la valla es un ascenso
en el trabajo, competir por un sueldo más alto, tener hijos, casarse, volver a
estudiar, o lo que sea. Eso es probablemente lo que el pequeño yo piensa que
sería. A menudo no resulta ser una de esas cosas, sino que termina siendo
enteramente diferente de lo que pensábamos. Entonces, aquí la clave es una
actitud mental de “no sé” al comienzo, hasta que se revele qué aspecto tiene
eso de alzar la valla. Aquí la palabra clave es “revele”.
Alzar la valla no solo requiere fuerza
física y mayor agilidad, sino aumento de confianza y una adaptación
psicológica, una creencia de que es posible. Pero eso tal vez no es
suficiente por sí solo. Nada se hace sin
apoyo de alguna clase o de otra. El apoyo último viene del Espíritu, de modo
que incluye el pedir ayuda para alzar la valla de buena manera. “No sé
exactamente cómo voy a hacer esto. No sé qué aspecto tiene, ni cómo se siente
ir más allá de donde he estado antes. Espíritu: muéstrame”. En este paso ya no puedes negar el rol del
Espíritu. Si pides ayuda al Espíritu,
entonces el Espíritu es un factor.
Y ahora debo permitirme tener la
experiencia de ir más allá de donde he estado antes. La palabra clave aquí es
permitir. Yo soy digno, merecedor; se me
permite ir más allá incluso si va más
allá de donde han ido mis padres, mi familia, mi cultura, mi religión. Está
bien si otros tienen envidia, están molestos, desean que yo no llegue más allá.
Esa es su lección: superar su pequeñez, su miedo, sus limitados yoes egoicos.
Yo me permito ir más allá y no tener ningún miedo real, porque le pedí al
Espíritu que me muestre el camino y lo que sea que suceda está bien, incluso si
parece que fracaso.
Lo que sigue es: “Yo no estoy separado
de mi meta, de mi visión, de lo que pido. Yo soy eso. Eso ya es yo. No hay luz
de día entre nosotros. Alzar la valla es
quien yo soy. Se parece a mí, es yo. Encaja exactamente en quién y qué soy yo,
causando que el viejo yo desaparezca”
Ahora puedo reclamarlo. Ya es mío. Lo
poseo. Quiero lo que el Espíritu tiene en mente para mí. Es lo que el Espíritu
quiere y yo quiero lo que el Espíritu quiere porque siempre es perfecto.
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Traducción: M. Cristina Cáffaro
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