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15 agosto 2019

Kryon ante la Hermandad Femenina Lemuriana (68)


Canalización de Kryon por Lee Carroll ante la
Hermandad Femenina Lemuriana
Stamford, Connecticut (68) 27 de julio de 2019
Entrelazamiento de Consciencia con una Madre de las Estrellas
Saludos, queridas damas, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Mi socio se aleja. Esas palabras sencillamente significan que sé quiénes son ustedes, y que el hombre en la silla no está incluido en lo que se dice como normalmente lo está. Hemos dicho antes que en estas canalizaciones para la Hermandad Femenina los mensajes son para las mujeres. Y no son secretos, porque el homenaje es que él los escuchará más tarde, y ustedes los reciben ahora.
Y la razón para todo esto, incluyendo a la Hermandad Femenina y todo lo que está aquí, también es un homenaje. Es en honor del chamanismo de la mujer que se ha perdido. La idea, el concepto, de que las mujeres hacen mejor trabajo en la enseñanza de las cosas espirituales que los hombres, y esto es porque están mucho mejor equipadas para ello. No tiene nada que ver con la igualdad; tiene que ver con las herramientas que ustedes tienen. Y desde el comienzo las hermanas que ustedes llaman las Madres de las Estrellas fueron aquellas de quienes ustedes aprendieron. Y ustedes aprendieron estas cosas de maneras que ellas les dieron y que ustedes contuvieron y sostuvieron y recordaban y las transmitían.
Mucho del equipo que tenían para enseñar a los niños con tanta paciencia, y las ideas que tenían como madres que les hacía querer aprender más, y el entusiasmo por estas cosas, todo eso es necesario en el chamanismo. Porque no importa con qué género se enfrentan, cuando otros están en problemas ven a la madre en ustedes. Y ese es el punto. 
Quiero extender la idea de la canalización de hoy más temprano; sin embargo no todas ustedes estaban allí. Hemos mencionado que hay un nuevo paradigma, un nuevo paradigma que literalmente está ante ustedes y está en camino, y que nunca antes se experimentó en el planeta. Un paradigma de recibir cosas del Espíritu, o de sus ángeles, o sus guías, como quieran llamarlo,  en una transferencia intuitiva que ustedes tendrían y que nunca antes estuvo disponible en esta medida. Y las hemos alentado a sentarse en silencio, a limpiar las pizarras y a escuchar cosas que nunca antes oyeron.
Lo que no dije en la canalización, y sí diré para ustedes, es para todos aquellos para los que hablo, todos, pero las mujeres son las mejores en esto, porque ellas son las que entienden más que los hombres cómo escuchar a la intuición. Y eso es innato, viene con el hecho de ser mujer, es parte de eso con que sintonizan cuando escuchan el llanto en la otra habitación. Cuando están haciendo cosas, tareas domésticas, o conversación, y al mismo tiempo una parte intuitiva de ustedes está pegada al pequeño cuarto con la cuna.
Y muchas veces, como dijimos antes, ustedes van al otro cuarto porque su intuición les dijo que lo deben hacer, y descubren que el bebé las necesita. Entonces este intercambio es algo que ustedes tienen porque lo entienden mejor que cualquier otro. Pero ¿sabían que lo practicaron? Son las únicas, las lemurianas. Y en la Hermandad Femenina especialmente.
Déjenme darles un escenario - otra vez - que nunca les dieron antes. Es hermoso. Es la interacción que tenían estas mujeres en Lemuria con sus maestras. La última vez que estuve ante ustedes les di un escenario de cómo era para las jóvenes mujeres venir a sentarse ante una Madre de las Estrellas. A veces era su primer encuentro, a veces un poco más. Las Madres de las Estrellas no enseñaban regularmente, pero las hijas de las Madres de las Estrellas sí lo hacían. Pero todavía había momentos para hacer ceremonias, sentadas ante aquellas que se mostraban, y no había nada igual.
Les dijimos que no era un ser humano; se sentaban ante una Maestra Ascendida, ¿cómo se sentirían si su Maestro Ascendido favorito se sentara delante de ustedes ahora mismo? Pregunta: ¿creen que lo sentirían? Respuesta: ¡Oh, sí! Y las que lo sentirían primero serían las mujeres; porque lo experimentaron antes,  está escrito en su akash, no se   pueden quitar ciertas cosas. Quedan allí para siempre.
Es interesante que  Lemuria no era diferente de cualquier otra sociedad o civilización; había cuestiones y problemas, y muchas veces las mujeres jóvenes que pasaban ese punto en que empezaban a recibir enseñanza de chamanismo, tenían cuestiones. Les enseñaban una cosa en la experiencia y otra en la tribu. Y ellas tenían cuestiones, la misma clase de cuestiones que tendrían en cualquier experiencia de la vida. Cuestiones con sus pares; cuestiones con quienes tal vez se reían de ellas, por no ser muy chamánicos.
La sociedad lemuriana era como cualquier otra. Había matices de libre albedrío, y quienes no querían hacer el trabajo tan bien como los otros. Igual que en cualquier otra. Las mujeres a las que se les enseñaba el chamanismo: algunas lo tomaban en serio; otras simplemente escuchaban. Eso es libre albedrío. Y luego estaban las otras que más tarde saldrían a cambiar el planeta.
Y entonces como en cualquier otra, cualquier otra sociedad, había promedios, había cuestiones, a veces había problemas. A los hombres no se les permitía a esas edades sentarse solos frente a una Madre de las Estrellas, porque la Madre no tendría nada para decirles que favoreciera sus vidas, más allá de lo que se enseñaba en la tribu, en la Rueda de Enseñanza. Pero a la joven chamana en entrenamiento sí. Las mujeres jóvenes que aprendían estas cosas tenían oportunidad de tener una audiencia con la Madre de las Estrellas a solas, especialmente si consideraban que estaban enfrentando cuestiones reales que interrumpían sus vidas o la enseñanza, o su alegría, o cualquier cosa que se les estuviera enseñando regularmente, cualquiera fuera el motivo, ya fuera sus propios pensamientos, o problemas con otros, o cualquier cosa que les pasa a las mujeres jóvenes. Si tenían miedo, iban a las Maestras y decían: me gustaría tener una audiencia con una Madre de las Estrellas. Entonces la Maestra analizaba si era real o no, o si lo podía resolver allí mismo la Maestra, o si necesitaba sentarse ante una Madre de las Estrellas. Pero algunas lo necesitaban, debido a lo que iba a venir.
Déjenme contarles cómo era eso. Una reunión de una frente a la otra; la joven dama entraba en la habitación, la Madre de las Estrellas ya estaba allí. Esto no era diferente de lo que les contamos antes.  La Madre de las Estrellas no quiere resultar intimidante para un adulto o un niño. La Madre de las Estrellas tiene energía que puede cambiar mucho la habitación cuando tú entras, que  hace mucho mejor estar ya en la energía y hacer que el ser humano entre, se siente en la silla y se acostumbre a ella. Nada de intimidación.  De modo que ella estaba allí, lista, sonriendo, alegre. Siempre estaban esos momentos de asombro al ver a esa mujer de colores y darse cuenta de que ella era muy diferente y  sin embargo tan parecida, porque su corazón late como el de ustedes. Y se daban cuenta de que esta era una criatura evolucionada, la biología semilla de todos ustedes, y ella les estaba enseñando a ustedes como ser ella (se ríe).
Pregunta: ¿Quién va primero? Y ahora vamos a eso. Ahora les presento el mismo paradigma que les di hoy más temprano. Porque el estudiante se sienta allí, y ella ha sido instruida para no decir nada. Y la  Madre de las Estrellas se inclina ligeramente hacia adelante; el estudiante empieza a sentir este bello entrelazamiento de las dos consciencias, la de la Maestra Ascendida de las Estrellas y la estudiante humana sobre la Tierra. Y no es intimidante; es hermoso.
La Madre de las Estrellas no dice nada, en todo ese tiempo. En cambio, les digo qué pasa. Lo que pasa es el paradigma que les dije que está cambiando en el planeta y que ustedes, algunas de ustedes, han experimentado todos esos años atrás. El entrelazamiento de consciencia permite a la estudiante alimentarse con sabiduría intuitiva; para mí es cosa difícil de explicar a ustedes, excepto que las mujeres saben esto, de alguna manera lo conocen. Así como ustedes hablan y otra mujer habla y las dos se ríen porque están diciendo la misma cosa. Es común en las mujeres, sonreír una a otra  y saber lo que están pensando y  diciendo y pasar un buen rato haciéndolo. Algo que los hombres nunca entenderían ni lo disfrutarían. Es un tipo de comunicación especial que implica una intuición realzada. Esa estudiante sentada ante una Madre de las Estrellas está recibiendo bellas ideas sobre qué hacer luego en su vida, a través de la pineal que ahora está activa con 23 pares de cromosomas. Y cuando la Madre de las Estrellas ha terminado, sonríe y se aparta. La estudiante se seca sus lágrimas, se pone de pie y se va de esa habitación como una mujer diferente, una joven diferente. Y ella tiene sus herramientas para manejarse a sí misma, sus miedos, y su situación - y no se dijo ni una palabra.
Esto es suyo; es de ustedes primero a medida que las almas antiguas del planeta empiezan a reunirse y usar estas herramientas. Las mujeres serán las primeras en entender cómo es sentarse y ser amadas por Dios sin decir nada, en lugar de un chorro de preguntas, ¿qué voy a hacer?, ¿cómo lo hago?; simplemente hay una sonrisa. Y empiezan a recibir.
Cuento estas historias porque son verdaderas. Que ellas desencadenen en ustedes recuerdos de sus propias experiencias, y cuán reales han sido. El tiempo no es lo que ustedes piensan. Para su akash, sucedió ayer. Piensen en estas cosas y continúen este bello tiempo juntas recordando quiénes son.
Y así es.
Kryon
Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro