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29 julio 2019

Kryon ante la Hermandad Femenina Lemuriana (66) - Las Hermanas de la Montaña


Canalización de Kryon por Lee Carroll ante la
 Hermandad Femenina Lemuriana (66)
McCloud, 1 de julio de 2019
Las Hermanas de la Montaña
 Saludos, queridas damas, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Mi socio se aparta, eso significa que el varón en la silla no está oyendo esto. Es una de las pocas veces, en las canalizaciones que él hace, en que no se le permite entrar al círculo de lo que está diciendo - y eso es a propósito. La razón para esto - y lo repito - es que es en honor del género que está frente a mí. No hay secretos, pero sí honor, honor a lo femenino, y eso es realmente parte de la discusión, siempre lo es, ya que frente a mí están las hermanas - y uso esa palabra casi literalmente - las hermanas de la montaña. No hace mucho dimos este mensaje, o uno similar, a otras, las hermanas que se reunieron pocos días atrás en lo que llamamos la sombra de la montaña. Ustedes están en la sombra de la montaña, en esta ciudad llamada McCloud. Profundamente, ya que esta ciudad en particular tiene mucha más historia que el lugar donde se reunieron las otras damas y hermanas. Y eso es importante porque aquí no se ha cambiado mucho; eso significa que los indígenas que estaban aquí probablemente vieron muchas de las mismas cosas que ustedes ven ahora en las posiciones en que están, no necesariamente los edificios, tal vez incluso en los caminos.
Ahora bien, lo que quiero decirles ahora se lo dije a las otras. Damas, hay algo que puedo darles, contarles y discutir con ustedes que no puedo normalmente hacerlo con una audiencia de géneros mezclados. Y esta es la razón: ustedes han estado en algún lugar y experimentado algunas cosas que solo ustedes recuerdan, y en este salón ahora mismo hay una coherencia con la que ustedes todas juntas podrían percibir y recordar, incluso oler y sentir ciertas cosas que una audiencia mixta no podría.
¿Cuáles son las probabilidades de que ustedes hayan sido realmente lemurianas? Voy a decir esto de nuevo y quiero que presten atención: no es casualidad que ustedes son mujeres ahora y han llegado a una situación en que tienen oportunidad de experimentar los potenciales aquí. Oportunidad de realmente ver y sentir una Hermandad Femenina donde se reúnen y honran algo que parece muy esotérico pero en este caso particular, como en el de las anteriores, están en la sombra de la montaña. Esto las coloca en una categoría totalmente diferente. La categoría es esta: ahora mismo, como las otras hermanas, ustedes están más cercanas que lo que puedan estar en cualquier otro momento de los recuerdos más profundos que alguna vez puedan tener del Centro. ¿Y qué es el Centro? El Centro tiene varias capas, y la número uno es el amor de las Madres de las Estrellas. Eso es bastante profundo. El segundo centro es la información que recibieron y se les enseñó, para que cuando llegara el tiempo correcto ustedes pudieran desencadenarla con libre albedrío y recordar algunas de las verdades preciosas y únicas de su enseñanza.
Una cosa que les dije a las otras, es esto - y ustedes debieran ponerse en esta posición - pueden ser  de las pocas en el planeta que pueden tener un recuerdo preciso de haberse sentado ante una Madre de las Estrellas. Esta es una criatura, si quieren llamarla así, una entidad,  una inteligencia, una consciencia, si quieren decirlo así, que vino de otro lugar. Que vino y sembró a la humanidad, que le dio los 23 cromosomas en lugar de 24, que los cambió, y ustedes estaban allí mismo. Nuevamente: habrá algunas que dirán "No estoy muy segura, en realidad estoy aquí por casualidad. ¿Estuve realmente en Lemuria?"  Si empiezan a rastrear su camino, y lo que las trajo a este lugar en la sombra de la montaña, cada una puede tener un escenario distinto de qué la trajo aquí, pero les digo: en cada caso parecerá que había un ángel guiándola para estar justo aquí, en el momento correcto, eligiendo las opciones que eligieron, para sentarse en esa silla y oír esto.
Existe una responsabilidad que ustedes tienen, y uso la palabra de una manera que tal vez no sería la que usaría su madre; la responsabilidad - si la quieren - es recordar qué es real. Recuerden qué es real. El amor se derrama hacia ustedes desde esa montaña, ahora mismo, porque han tomado el manto que dice "Yo creo que siento algo, siento una conexión aquí, no estoy segura". Algunas de ustedes nacieron metafísicas, o sea que lo sienten desde el principio. Algunas recién han llegado a ese sentimiento de que tal vez saben. Y ese saber es que están conectadas de algún modo con un propósito más grande. Y ese propósito más grande, para ustedes, en esta época, damas, es su conexión con la montaña. La conexión literal con aquellas que vinieron de las estrellas y las entrenaron y les enseñaron. Más que eso: no se las llama Madres de las Estrellas por accidente; diré esto otra vez para darles una idea profunda de la importancia de lo que está aquí. Lo que diré es esto: Muchas de ustedes son madres, y si por acaso ustedes fueran separadas de sus hijos, y si acaso en ese escenario particular no las conocieran o ustedes no los conocieran por muy largo tiempo, y si acaso en ese escenario ellos volvieran para ver si las pueden encontrar,  esta es la pregunta: "¿Qué les dirían? ¿Qué dirían?
Quiero que se queden sentadas por un momento porque la montaña les está hablando ahora mismo; porque esas Madres de las Estrellas quieren hablarles, y lo primero que van a decir es "¡Bienvenida de regreso, hija!" "Bienvenida de regreso, hija. Bienvenida de regreso, hija, ¡te amo! Tomo tu mano y quiero que me mires a los ojos y escuches mi voz, que es una voz extraña que podrías recordar muy claramente si yo pudiera hablarte, y quiero que recuerdes la información central que te di sobre la alegría y la verdad. Y de toda la información que te di, querida hija, quiero empezar por esta: sabemos quién eres, y estás aquí justo en el momento previsto. Y queremos seguirte en tu vida, y darte la paz, la alegría y la sanación, para que puedas estar en paz con tu presencia y puedas enseñar a otras cómo es eso. Olvida las pequeñeces de una doctrina o alguna de esas cosas, porque estás aquí en la sabiduría de una chamana, para recordar y luego distribuir una consciencia más elevada a quienes te rodean. Tus padres, si todavía están aquí, tus hijos, para poder aconsejar en el dolor, aun dentro de ti. Para aconsejar en la traición aun en ti. Yo sé quién está aquí."
Estas son las Madres, que te mirarán a los ojos y dirán  "si tomas mi mano ahora te irás diferente, cómoda, pacífica, y sabia. Eso es lo que tiene un chamán: la capacidad para superar las cosas del planeta que te suprimirían, que te cansarían." Aquí hay algunas damas cansadas (se ríe); hay hijas en este momento que se preguntan qué hacer en adelante. Y luego la Madre te mirará a los ojos y dirá: "No pienses en estas cosas, porque se resolverán, y pueden pasar, si piensas que te llevarás de este lugar una energía de solución. Hijas de la montaña, no es por accidente que están aquí". ¿Qué dirían ustedes si tuvieran esa responsabilidad de estar en la montaña y mirar hacia abajo a las hijas que tuvieron y enseñaron antes? Eso es lo que ellas quieren decirles a ustedes.
Y en eso hay inmenso amor; hay una belleza que a ellas les gustaría darles, de recordación, de paz, ellas dicen "Relájense y sean amadas" Relájense y sean amadas. Y luego ellas querrían decir "Empecemos otra vez con la enseñanza para que recuerden y recuerden". No hay mejor lugar para esto que en la sombra de la montaña; este es el lugar más poderoso en que se puede dar una Hermandad Femenina, a excepción de Lemuria.
Quiero que sepan estas cosas y las recuerden, todo a lo largo de estas ceremonias y canalización siguiente de las mismas Madres. Quiero que sientan la realidad de la reunión que es ciertamente una re-unión.
Y así es.
Kryon
Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro