09 agosto 2022

Tus Pensamientos No son Tuyos! - Seminario de Jim Self - Julio 2022

 Tus Pensamientos no son Tuyos

Conferencia

¡Hola! Bienvenidos. Lindo estar aquí. Lindo tenerlos aquí. Un número de ustedes son nuevos, de modo que especialmente bienvenidos-Vamos como a jugar en este espacio, en esta sesión, que está realmente haciendo una pregunta tonta, cuando piensan en la pregunta: ¿es posible que muchos de los pensamientos que piensas – iré más lejos – muchas de las creencias que sostienes, ni siquiera sean tuyas? ¿Es posible? Si haces la pregunta ¿quién soy? O bien ¿cómo llegué aquí? O ¿qué se supone que haga? ¿cuál es mi propósito? ¿Estaré haciendo lo que se supone que haga?

Si haces esas preguntas, interesante, justo donde estas preguntas se hacen, o en donde vamos a enfocarnos aquí, es que esas no son preguntas espirituales. Son preguntas que se relacionan directamente con esta vida, caminando en este cuerpo. Ya sabes, ¿qué estoy haciendo?  ¿Cómo creo lo que quiero? ¿Por qué algunas de estas cosas que intento que funcionen en mi vida, no funcionan? O tal vez puedes encontrar que, al caminar por el mundo, te vuelves alguien que evita al mundo. ¿Te retiras del mundo? “Estoy inseguro del mundo” “¿Por qué pienso los pensamientos que pienso, que dicen que no estoy bien?”

Si alguien tiene esa situación en su vida, o la ha tenido, realmente existe una respuesta muy simple para muchas de esas preguntas. Pero es una respuesta absurda, para una persona común que va por la calle y básicamente vive su vida de un día a otro, vive su vida claramente en una realidad tridimensional, “me levanto, voy a trabajar, tengo estas creencias sobre lo que es el mundo y cómo debiera estar funcionando; sostengo mucha atención en mi pasado; hago lo que se supone que haga; conozco la diferencia entre bien y mal, correcto y equivocado, hago lo que tengo que hacer.” ¿Alguien conoce ese espacio?

Pero la parte absurda de la cuestión es que realmente muchos de los pensamientos que pienso y muchas de las creencias que sostengo, no son míos. Simplemente no son míos.

Y si no son míos ¿de dónde vinieron? Y todos esos pensamientos que tienes en la cabeza, si haces una pausa y lo piensas, y te sientas en quietud, y pones intención en notarlo, lo que pasa es que muchos de esos pensamientos, son pensamientos ruidosos, pensamientos que no significan nada, pensamientos que van y vienen, van y vienen, en tu día, no son tuyos. Son pensamientos reales, pero muchos de ellos solo pasan a través de ti, y son el pensamiento de otras personas.

Ah, eso es bastante absurdo para una persona que anda por la calle. Pero cuando empiezas a hacer una pregunta más seria, ¿quién soy?, ¿qué se supone que haga? ¿Cómo navego mi vida? ¿Qué necesito hacer para empezar a hacer que las cosas funcionen para mi mejor interés? ¿Cómo creo mi realidad de una manera que recibo y experimento mi realidad?

Cuando empiezas a mirar eso, y particularmente aquí, en lo que es Mastering Alchemy, viene la pregunta ¿qué interfiere en mi camino para disfrutar, crear la vida que yo quiero? Y se reduce a un montón de pensamientos y creencias a los que me aferro, que me fueron dados, o que, al observar el mundo desde pensamientos previos que me fueron dados, yo llego a la conclusión de que esta es la verdad, o que esto es lo que es correcto o equivocado, bueno o malo, debiera o no debiera.

Ahora toma una respiración y recuéstate en tu silla, porque donde vamos a empezar a mirar esta cuestión están tus pensamientos, los tuyos. Es algo que no hacemos, que una persona no hace muy a menudo, y de vez en cuando, es como “Vaya, mi vida está en perfecto cambio, realmente voy a evaluarme.” Pero no siendo eso, nosotros realmente no examinamos estos pensamientos.

El propósito de Mastering Alchemy es empezar a reconocer qué es mío y qué no lo es. Qué estoy cargando conmigo, en mi mochila, que he acumulado, que me permite tomar todo un conjunto de decisiones sobre mí mismo y sobre lo que el mundo es, y lo que el mundo debiera ser, etc.

Entonces, ¿de dónde vinieron estos pensamientos que no son míos?

Y si empezamos bien atrás, en un punto temprano de la vida, como en el útero, empiezas a ser el efecto de los pensamientos de la madre. Y una cosa que sucede en el útero es que esa forma de vida que está empezando a formularse hacia un ser humano, empieza a observar lo que es el mundo en que está entrando. No usando su mente racional ni su cerebro, no piensa en palabras; observa vibraciones, observa la energía que corre por el cuerpo, los ritmos de movimiento pasando por el cuerpo de la madre. Y una cosa que hace en ese punto es empezar a evaluar qué está sintiendo, vibraciones, en primera persona. Entonces cuando la madre tiene un mal día, o cuando la madre empieza a enojarse, o alterarse, hacer declaraciones sobre lo que sea, y son vibraciones desequilibrantes, esa forma física que se está formando, y ese espíritu inteligente consciente que empieza a tomar posesión de esa forma, oye todo en primera persona. Entonces, cuando el niño realmente nace, y se corta el cordón, y se libera de la madre, no deja de evaluarse a sí mismo en muchas de esas vibraciones que la madre sostiene.

No es cuestión de malas madres; no estamos viendo malas madres aquí. Es lo que yo conozco y ahora estoy desconectado de la forma física. Y tengo otro rango de vibraciones que empiezo a evaluar, las vibraciones del mundo.

Y a medida que el niño crece, empieza a mirar a un conjunto de bancos de memoria que tiene en su espacio, en la memoria o – llegaremos allí en un minuto – esa estructura de memoria, o estructura de pensamiento, o ¿por qué estoy entrando en esta programación de cuerpo? que es, diciéndolo en positivo, creada por ustedes, empieza a ser notada, y toda esa energía está en esa forma que llamamos aura, todo alrededor del cuerpo. Y a medida que el niño empieza a crecer y volverse más grande, un poco más conciente, empieza a integrar más cosas, empieza acceder a esa percepción conciente de “quién soy yo, qué hago, por qué estoy aquí”, que está en el constructo del aura. Es una mecánica realmente muy, muy fascinante de ver cómo funciona.

Pero algo sucede a lo largo de ese camino. Si miras a los ojos de un pequeño de seis meses, está sonriendo, y se ríe, es como si pudieras mirar dentro del alma del niño. Sus ojos brillan, realmente excitante. Es como “¡Vaya!” Pero si vuelves uno o dos años después, no ves mucho de esa pasión, esa excitación, ese entusiasmo de la experiencia que veías a la edad de seis meses.

Una cosa que empieza a suceder muy tempranamente es, en este caso, la primera relación que el niño tiene con la vida en el cuerpo, en lo físico, fuera del útero. Es con el padre y madre, en su mayor parte la madre. Y una cosa que pasa es que la madre – estoy siendo muy positivo – empieza a decir: “así es como funciona la vida, basada en mi experiencia. Y quiero que sepas como funciona esto, y te amo, pequeño, y quiero que tengas lo mejor.”

Luego el niño sigue creciendo y empieza a tener más relación la madre, el padre, los hermanos, va a la escuela, la maestra dice “te diré qué es bueno o malo, correcto o equivocado, y cómo funciona el mundo, déjame darte la historia – basada en lo que alguien escribió en el pasado – y así funciona el mundo”.

Y en esa estructura familiar, madre, padre, maestra, sacerdote, tenemos que incluir al sacerdote porque usualmente tienen un punto de vista sobre lo que está bien, y esa persona – tú – empieza a crecer y a ser creada a imagen de los otros. Nada de esto es malo, solo es la mecánica. Creado en imagen de otro. Dirán: “Hacemos esto, no hacemos aquello, comemos esta clase de comida, no comemos aquella, nos juntamos con esta gente, no nos juntamos con aquella. Esto es bueno, eso es malo, esto es lo que necesitas saber”. Y como en gran medida somos como una esponja, simplemente decimos “Está bien”. No lo desafiamos, no decimos “Espera un minuto, ¿eso no se llama racismo, sexismo, misoginia?”. No conocemos esa clase de palabras, no tenemos una sensación de discernimiento. Entonces básicamente absorbemos un montón de información, gran cantidad de información, mucho es muy valioso. Pero hay una tajada de la información que a menudo empieza a recibir más atención que otras partes de la información. Y en esas piezas de información suele estar la relación que tengo con esa otra persona. Y muchas veces esa otra persona tiene gran cantidad de malos ratos en un momento particular. O cómo eligen definir al mundo empieza a ser tu manera, cómo tú eliges definir al mundo.

Lo interesante es que viniste con todo un libreto: qué quiero hacer, cómo quiero experimentar, de qué se trata, cómo quiero vivir mi vida. Y de un modo u otro, a medida que empezamos a navegar en el cuerpo, muchas veces, en familias disfuncionales, hay muchas energías de ira, furia, resentimiento, ese tipo de energías. Hay mucho juicio. Hay mucho de “esta es la verdad, tienes que hacerlo así”, ese tipo de mensaje.

Una cosa que empieza a aprenderse tempranamente es el uso del segundo chakra. El segundo chakra tiene que ver con sentir el mundo a mi alrededor. Así, esta pequeña máquina de sonar en el segundo chakra funciona perfectamente; envía un pequeño mensaje, envía un pequeño impulso, y hace una pregunta: ¿Qué es ese sentimiento?  Quiere saber el sentimiento. Entonces envía ese mensaje, que rebota en todo alrededor, pero suele rebotar en alguna persona, y retorna. Particularmente alguna persona que amo, con quien me identifico – el papá/mamá/maestra/sacerdote - y rebota y retorna como enojado, triste, malo, desequilibrado, inseguro, resentido, ¿ven el cuadro? Y al volver a mí, no me gusta ese sentimiento, pero todavía no estoy en un punto de discernir “Esto me gusta. Esto no me gusta.” Es como “eso no se siente bueno”. Pero me doy cuenta, empiezo a darme cuenta de todas estas emociones, estos sentimientos diferentes. Pero a veces, en una familia disfuncional, o una circunstancia disfuncional, suele haber mensajes mezclados. Y en esos mensajes, una persona enojada empieza a dirigirse a ti y enojarse. Esa persona que te ama, esa que amas, empieza a ser mala, a volcar sobre ti su insatisfacción con el mundo.

Toma otra respiración, porque para el momento que terminemos aquí, toda una cantidad de pensamientos van a saltar a tu percepción conciente. Muchos de esos pensamientos son exactamente lo que estoy señalando. Solo nótalos, no te quedes en ellos. Vienen y se van. Se están yendo. En esta conversación mucho de lo que se señala simplemente se está volviendo consciente y se está yendo. Ese es todo el propósito de estas sesiones, de esta conversación.

Una cosa que pasa es que empezamos a sentir cómo es la vibración de ira o de juicio, de opiniones… No se sienten bien; “no me gusta esto”. Pero cuando el mensaje empieza a ser “tú eres mi problema” y a ser “¿qué anda mal contigo?” o “nunca llegarás a nada, nunca tendrás éxito, no eres inteligente. Siéntate, cállate. Después te las verás conmigo. ¿Por qué eres semejante problema?” Toma otra respiración, porque esto es grande.

Y empezamos a estar fuera de equilibrio. Y en ese desequilibrio volvemos a ese segundo chakra y empezamos a encontrar que “necesito estar fuera de esa energía; no me gusta eso.” Entonces pasan varias cosas. Lo primero que pasa es que cambiamos la pregunta en la máquina de sonar; básicamente cambiamos la pregunta desde ¿cuál es ese sentimiento? a ¿cuál es ese sentimiento con respecto a mí?  ¿Enojado, contento, triste, furioso, resentido, celoso? Y de pronto ese mundo que era más a menos neutral, y veíamos las cosas pasar, tiene un propósito muy deliberado: “quiero alejarme de estas emociones que estoy sintiendo”. Y entonces, entramos en súper alerta, y nos empezamos a preocupar por todo lo que pasa. La persona está enojada con otra cosa, pero esa no es la cuestión. ¿Está enojada conmigo? Y de pronto, ves enojo, y es “debe estar enojado conmigo”

Entonces, de pronto el mundo está enojado contigo, infeliz contigo, desequilibrado por tu culpa, y aquel niño pequeño de ojitos brillantes ya no existe de modo visible. Y empezamos a clausurar, a evitar, a alejarnos, empezamos a retirarnos, a escondernos. ¿Alguien conoce a una persona así, conocen a alguien así? Terminamos en un lugar muy incómodo.

Pero simultáneamente, eso no es con todos. Más o menos, todos estamos en ese espacio. Pero una cosa que sucede además, es que “esta es la verdad, así es el mundo, así es como ves al mundo.” Y como viene de mi papá/mamá/maestra/sacerdote, les creo; no tengo razón para no creerles. Ellos me aman. La mayor parte del tiempo me aman.

Entonces empiezo a crear una alineación. No me gusta que estén disgustados conmigo, de modo que voy a hacer lo que me dicen, me voy a ajustar a este entorno, simplemente voy a decir, “Sí, yo también. a mí tampoco me gusta esa gente”. Otra respiración. Y luego crecemos y ni siquiera sabemos realmente de dónde vienen esos pensamientos y emociones y sistemas de creencia, porque muy rara vez los examinamos, si alguna vez lo hacemos.

De modo que todo lo que tienen que hacer es mirar alrededor al mundo de hoy, las culturas, las guerras que estamos viendo, y hay muy poco lugar para la pregunta: ¿de dónde vino ese pensamiento?  ¿Y de quién es este pensamiento, de todos modos? Porque no lo siento muy bueno para mí. Simplemente no lo siento bueno. Pero no tengo suficiente presencia, suficiente quietud, suficiente autoexamen, oportunidad para salir de toda esta energía, salir de la caja, para simplemente mirar. Ese pensamiento, ese sistema de creencia, que no lo siento bueno, ¿es mío? ¿De dónde vino? ¿Y es algo que yo deseo seguir llevando conmigo?

Verán, al vivir en el juego de la 3ª dimensión en que crecimos, uno de los criterios, de la estructura de la caja de lo que llamamos el juego de la 3ª dimensión, hay reglas y estructuras, pero una de las piezas es el tiempo.  Si le preguntas a la gente en la calle, si hay algo además del tiempo lineal, primero te mirarán como que estás loco, y luego tal vez 99 de cada 100 dirían: “No, eso es todo lo que hay, el tiempo lineal. Pasado, presente, futuro, y te mueres.”. Es el juego 3D, así funciona.

Pero cuando empiezas a volverte más consciente de que algo no anda bien en tu vida, “realmente deseo todo este bienestar; realmente me siento bien cuando hago algo bondadoso, cuando río con la gente, cuando me puedo expresar sin temor al ridículo. Me siento bien. Y me gusta eso. Y cuando la gente colabora, cuando se ríen juntos, me gusta eso. Pero no lo hago muy seguido.”  “Me gusta tener amigos que pueda disfrutar, pero tampoco hago eso mucho”

Entonces este espacio de “quién soy yo”, en un gran aspecto de esto, es que yo soy la combinación de pensamientos y creencias que no están en tiempo presente, que fueron creados en el pasado, nunca realmente conseguimos hacer la pregunta, ¿esto tiene algún valor para mí? Esta creencia que tengo ahora. ¿A mí realmente no me gusta aquella gente? Porque en realidad nunca estuve con ninguno de ellos. ¿Esto tiene valor para mí? Este pensamiento, creencia, emoción, que yo llevo conmigo, ¿me hace sentir cómodo? ¿Me permite disfrutar? ¿Alguna vez te hiciste esas preguntas?

Verás, lo que pasa es que cuando empiezas a hacer esas preguntas, hay oportunidad para simplemente armar un punto de vista diferente. Cuando empiezas a salir de esta caja, y te miras desde un lugar diferente, y reconoces que hay cosas que haces, de las que no estás orgulloso, o que no te gustan, hay cosas que no haces porque temes hacerlas, hay cosas en que realmente te gustaría involucrarte pero “no soy lo bastante inteligente para hacer eso”. Pero de hecho, probablemente eres lo bastante inteligente para hacerlo. Entonces, ¿por qué no hago eso? Bueno, no soy lo bastante inteligente, dirías. Y como eso es “la verdad” … ¿Qué quieres decir con que eso es la verdad? “Bueno, eso me dijeron desde que tenía tres años.” “Nunca tendrás éxito; ¿por qué eres tan estúpido?  ¿Cómo es que no haces bien las cosas? ¿Por qué no te gusta esta otra gente?”

Ahora bien, toma una respiración. Fíjate si puedes divertirte un poco con esto, realmente. Porque cuando consigues salir de esto hacia un punto de vista diferente, cuando reconoces o empiezas a reconocer: “¡Esto no es mío! Toda esta creencia que sostengo no me resulta nada cómoda; puedo vivir con ella pero no me gusta” ¿Qué tal si puedes traerla a un momento de tiempo presente y haces una pregunta simple? ¿Esto me sirve? ¿Tiene algún valor?

Cuando empiezas a hacer esa pregunta, empiezas a responder a la pregunta ¿quién soy yo? como un ser espiritual dentro de un cuerpo físico. Empiezas a reconocer: “No, esto no es quien yo soy” Es un gran descubrimiento. Pero en general lo que sigue es: “no sé qué hacer con esto. No sé cómo salir de esto. Todo lo que he estado haciendo durante estos últimos 30 (40, 50, 60) años está basado en esto. Esto es quien yo soy”

Pero si tuvieras otra opción, si pudieras simplemente considerar – esto es escandaloso, son declaraciones escandalosas – que “todo lo que sucedió en mi pasado no es fijo ni permanente y es el fin de la discusión. De hecho, cuando empiezo a estar en tiempo presente, en el ahora mismo, y me pregunto: aquella vergüenza que pasé cuando tenía 14 años, cuando tomé una fuerte decisión de nunca más ofrecer mi opinión, nunca más contaré un chiste, nunca lo haré otra vez, ¿eso me hace feliz? ¿ese ‘nunca’ me sirve bien?” En general, la respuesta será No.

Entonces, la pregunta siguiente es ¿cómo lo saco de mi espacio? ¿Cómo dejo de pensar ese pensamiento? ¿cómo me libro de estas emociones que sostengo y que no me permiten sentirme bien conmigo mismo? En este momento, lo escondo la mayor parte del tiempo, ni siquiera le presto atención, estoy bien generalmente. Pero… todavía está allí, adentro de la mochila. Toma otra respiración.

Ahora bien, otra vez un enunciado escandaloso: ¿Qué tal si el tiempo fuera diferente? ¿Qué tal si esa respuesta, tiempo lineal, es lo que es, lo que piensas, pasado, presente, futuro, y te mueres? ¿Qué tal si esa no es la única forma del tiempo? ¿Qué tal si yo pudiera simplemente reconocer cuando entro en tiempo presente? – como están ustedes aquí, no están pensando en la cena ni en el desayuno ni en el almuerzo, no piensan en el trabajo de mañana ni en lo que hicieron ayer. Están bastante en el presente y en su mayor parte con algún conjunto de pensamientos o creencias que saltan a la superficie y sostienen su atención.

Ahora bien, muy probablemente, saltaron y lo que pasó es “No me gusta esto, solo seguiré escuchando, pero no voy a mirar eso” Pero ¿qué pasaría si en el mismo momento presente pudieras tomar una respiración y empezar a reconocer “Estoy bien y voy a considerar que estos pensamientos y algunas de estas creencias que sostengo, no son mías. Están en mi espacio, pasan por mi cabeza, de algún modo conducen cómo vivo mi vida,” pero ¿qué tal si pudieras salir de eso? ¿Qué tal si de hecho pudieras simplemente preguntar ‘esto es mío’? ¿Tiene algún valor para mí seguir armando mi vida alrededor de esto que hice allá en mi pasado?

Pero entonces la cuestión es, el pasado queda, se pega, se terminó, sucedió, fue veinte años atrás, no puedo hacer nada al respecto. ¿Qué tal si eso no fuera absolutamente correcto? Sí, sucedió un evento; el evento sucedió.  Pero la cosa interesante que nunca se reconoció es que, cuando empiezas a mirar dentro del pasado, eso que sucedió, digamos algo que hiciste, en el minuto que llevas tu atención a eso, una culpa – emoción – surge. Una emoción de culpa, o de resentimiento, o de celos. Desarmemos lo que sucedió. Tuve este evento en mi pasado; cuando pongo mi atención en él en momento presente también siento la emoción de ese evento que tuvo lugar en mi pasado. ¿Qué pasaría si dijéramos, de cierto modo, que en tiempo presente, aquí mismo, no hay pasado? Ahora bien, escuchen. No hay pasado. Lo que sí tienes, es una acumulación de un montón de momentos de tiempo presente – así como este momento es presente ahora mismo – momentos de tiempo presente en el pasado que se han acumulado hasta ahora. Pero cada uno de ellos fue una experiencia de tiempo presente que fue un pensamiento y una emoción y una experiencia.

¿Qué pasaría si simplemente lo miraras de modo diferente? Déjenme conservar esto simple. Mi madre murió hace veinte años, y estoy triste. Oh, yo amaba a mi madre, era maravillosa, realmente la extraño, me emociono y me pone triste. ¿Qué tal si lo miras de modo algo diferente? El pasado es un evento que sucedió en un momento de tiempo presente, y tenía una emoción fijada a él en aquel momento de tiempo presente, hace veinte años.

Pero la información es que una experiencia pasada tiene dos componentes: uno es el evento – mi madre murió. El otro es: cuando sucedió estuve triste y alterado. Pero aquí estoy, veinte años después, y me preguntas por la muerte de mi madre, y lo voy a abordar de modo diferente. Voy a decir: sí, mi madre murió hace veinte años, pero no voy a adherir la emoción de aquel evento pasado. No necesito estar triste y alterado ahora, solo por poner mi atención en la información.  Otra respiración.

Entonces: sí, tu madre murió. Ahora, ¿cómo deseas observar eso? ¿Lo quieres observar desde la emoción “triste y alterado”?  O puedes decir simplemente “Sí, mi madre murió”. Sin emoción.

Y luego la siguiente pregunta es ¿cómo te llevabas con tu madre? Ella era grandiosa, era tan divertida, lo pasábamos muy bien. Ella me dio tanta información, tuve una vida maravillosa. Bueno, eso también es tu experiencia del pasado. Pero cuando llegas a un lugar de estar en tiempo presente, puedes elegir. Y aquí podrías elegir poner esa emoción de incomodidad, o podrías elegir poner una emoción de aprecio, admiración, pensamientos presentes. Ahora bien; quédate en eso un momento.

Porque, verás, tan pronto empiezas a tener este concepto como posibilidad, puedes hacer otro conjunto de preguntas. Sostener esta emoción, en mi cuerpo, que me da mucha tensión, ¿me sirve de algo ahora? Y en el momento que puedes reconocer, “Vaya, he estado sosteniendo esta tensión, esta ansiedad, esta alteración, esta emoción en las células de mi cuerpo durante estos veinte años, sin prestarle atención, aunque ha estado allí todo el tiempo. ¿Quieres decir que puedo cambiar mi pasado eligiendo la emoción que sostengo en el pensamiento?”  Sí, sí, eso estoy diciendo.

Piensa en eso. Porque lo que realmente se está diciendo es que la capacidad de cambiar tu pasado como juega en tu momento presente, es posible. Ahora, si es posible, solo piensa un momento en tu pasado. ¿Dónde estuviste culpable? ¿Dónde te condenaste? ¿Dónde te estás castigando? ¿Dónde te estás culpando, escondiendo, evitando? ¿Dónde tuviste vergüenza? La lista podría seguir y seguir. Reconoce que cada una de estas palabras es una vibración. La parte interesante es que muchas de las vibraciones que están en esa mochila, ni siquiera son tuyas. Una pieza de esto por un momento.

Pero si puedes empezar a crear un constructo, llamémoslo plataforma, para básicamente salir del juego 3D. “Por el momento voy a elegir alinearme de modo diferente. Voy a estar feliz, presente, sentirme capaz. Voy a estar aquí simplemente en mi silla y alinearme en cómo me siento bien conmigo mismo. Y luego miro mi mochila llena de aquellos sentimientos, palabras.

De modo que en un lugar nos quedamos como rehenes de eventos en nuestro pasado, y seguimos llevando esas emociones y pensamientos, muchas veces como “culpa mía”. Es mi culpa.

Pero llevemos esto a otra capa, porque todo sucede en capas. Al mismo tiempo me voy a parar en esa pequeña plataforma y voy a observar cosas que pienso y creencias que sostengo. Y un conjunto de creencias que sostengo es esta acumulación que puede resumirse en “Algo anda mal en mí. No estoy bien, no hice las cosas bien, soy mala persona, no le gusto a nadie, nunca tendré éxito, no soy inteligente” …. Tú eliges. Garantizo que todos tienen una buena lista de “no estoy bien porque…”

Pero hago una sencilla pregunta: ¿cómo llegaste a esa conclusión? Oh, simplemente lo sé, solo tengo que echar una mirada a mi vida.  Sí, sí, ya sé, pero ¿cómo llegaste a esa conclusión? Porque nunca realmente comenzaste en un punto a decir “no estoy bien”. Pero ciertamente está en mi espacio, no estoy bien. No hago las cosas bien, en mi vida no funcionan como pienso que debieran, es culpa mía.” Pero, mira, nunca empezaste a decir “es culpa mía, soy una persona que no está bien.”

Entonces, este “no estar bien”, cualquiera sea la forma que tome, si lo consideras, no es tuyo. Verás, ese papá/mamá/maestra/sacerdote, en tus primeros años, que tenían algún mal día en su vida, y en su resentimiento y el sentimiento en tu segundo chakra “no me gusta esto” ¿De qué se trata esto? No me gusta. Bueno, lo que estás haciendo es sintiendo las emociones de todos los demás. Algunos de ustedes son muy buenos en eso, debido al sistema de protección: no me gusta que yo a ellos no les guste. Oh, tomemos esa frase: no me gusta que yo a ellos no les guste.

Entonces, si tú no te dispones a decir “no estoy bien”, ¿cómo es que tienes tanto “no estoy bien” en la mochila? O aunque sea un poco. ¿Es posible que te hayan entregado un montón de regalitos, o tal vez solo uno? y ese regalito viene de alguien. Del mal rato y la mala vida de alguien en ese justo momento. Simplemente te miraron en ese mal rato o mala vida, y dijeron: “No estás bien, es culpa tuya que pase esto. No eres inteligente. Nunca tendrás éxito. No haces bien las cosas.” Oh, ilumino muchos cuadros.

Pero este es el punto: ¿qué tal si nunca fue idea tuya no estar bien? Sin embargo, le pusiste un marco. Y simplemente, si lo miras, reconocerás que nunca respondiste a la pregunta: ¿Qué hice de malo? ¿En qué me equivoqué? He estado preguntando por varios años y nunca recibí una buena respuesta. Entonces me alejé de eso. Pero, ¿qué tal si lo que hiciste mal fue simplemente el mal día de alguien, arrojado sobre ti, en forma de regalito? “Aquí tienes, un regalito: no estás bien.” Y lo aceptaste, porque fue arrojado energéticamente directamente adentro de tu espacio. Probablemente te volteó. ¿Alguna vez te sentiste como “Oh, Dios, esto no está bueno, me voy a ver en muchos líos”? Bueno, ese es el espacio de “necesito retroceder”, porque aquí viene otra vez, otra vez. Siguen diciéndome que no estoy bien.

Pero si realmente haces una pausa en tiempo presente, y eres capaz de desenredar esa pila de frases, y las tomas de a una por vez desde un lugar cómodo, no tratas de ir a la cuestión “desearía que no hubieras nacido”, sino solo encargarte del “no estoy bien”

Y pasa que, en tiempo presente, cuando reconoces “sí, eso me pasó, ese evento, pero no necesito sentir el sentimiento que acompaña al evento”., empiezas a verlo con ojos diferentes, por así decir, empiezas a reconocer “esto ni siquiera es mío.” Esta energía que te retiene como rehén, ni siquiera es idea tuya. Porque verás, realmente encontrarás que estás bien, estás ok.

Entonces, ¿qué tal si solo miras ese regalo en tiempo presente, cualquiera sea la forma que tome? Y simplemente dices ¿esto me sirve? A los 45 años, a los 60, o lo que sea. A la mañana siguiente: ¿Esto me sirve? ¿Esto brinda algún valor? ¿Me gusto más por medio de este regalo que está frente a mí?  O en la mochila, para no mirarlo y olvidarlo. Verás: está en la mochila porque hago como un trato con el regalo: si no sales de allí para seguir recordándome cuán malo soy o que es mi culpa, prometo que nunca volveré a juntarme con esa gente que me dijo que yo no estaba bien. Oh, me envolveré en bondad y diré “Oh, estoy bien, estoy bien”, y seré mínimo con ellos. ¿Confío en ellos? No, pero igual tengo que ir a la cena del Día de Acción de Gracias con ellos. Tomen otra respiración. Porque hay mucho que se está yendo. Se va, no se atrae a tu percepción conciente para que lo mires fijamente.

¿Qué tal si no tiene nada que ver contigo, excepto que aceptaste este regalo del mal día de otra persona? Y nunca pudiste responder a la pregunta ¿qué hice de malo? Porque verás, nunca hiciste realmente algo mal; nunca arruinaste nada, virtualmente nunca fracasaste. “Bueno, espera un minuto, tú no me conoces”. Y casi nunca cometiste un error, si realmente lo miras. ¿Has hecho cosas que no funcionaron? Oh, sí. Pero ¿lo hiciste porque tu intención fue no hacerlo bien? No, tú nunca haces eso. ¿Lo hiciste porque tenías muchos mensajes de “así es como vives tu vida”? ¿Y no funcionó? Sí, sí, tengo mucho de eso.

¿Qué tal si pudieras dar un paso atrás y desde una plataforma de bienestar, recordar y desde el tiempo presente mirar a muchas cosas de esas que está en la mochila, esos no estoy bien? Y pudieras reconocer: no voy a poner emoción, como siempre lo hago, en un no estoy bien, pegada al pensamiento. Simplemente voy a reconocer que el pensamiento ni siquiera es mi pensamiento.

¿Y qué tal si hay un conjunto de herramientas – mejor llegar allí pronto   – que te permiten simplemente alejarte de eso, des energizarlo, hacerle corto circuito, despejar el lugar, por así decir? Si lo sacas de la mochila, y simplemente reconocer: “Universo: voy a devolver este libro a la biblioteca en el cielo. Muchas gracias, pero ya no necesito andar cargando esto.” ¿Sería útil?

Entonces hay herramientas, y habilidades, y estrategias, y conceptos. Están muy disponibles para reconocer que muchos de los pensamientos que pienso y muchas de las creencias que sostengo, simplemente no son míos. Y porque sigo creyendo o mirando por esos filtros, sigo obteniendo lo que siempre obtuve al usar esos filtros: No estoy bien.

Viene en grandes paquetes con culpa, juicio, viene en paquetes pequeñitos casi demasiado pequeños para verlos. Y sin embargo, evito esto, no voy a vivir mi vida, voy a hacerme a un lado.

La razón por la que queremos llevar tu atención a esto es que los días de hacerse a un lado realmente se están terminando. Y todos los desafíos que hoy observas en el mundo son simplemente los “no estoy bien” que están saliendo en el planeta de todas las mochilas. No puedes llevar este equipaje contigo en tu viaje al Hogar, la vida espiritual. Simplemente no puedes llevar ese “no estoy bien” contigo. Este es el tiempo en que llega este Cambio de consciencia, y realmente tienes la cabeza enterrada en la arena si no te das cuenta de que algo realmente significativo está en proceso de disrumpir el mundo alrededor. No es que esté disrumpiendo al mundo en el sentido de lastimar a alguien. Es disrumpir el mundo porque los celos, la furia, el enojo, el resentimiento, la imposición, el “mejor que”, correcto/equivocado, malo/bueno, esas cosas no suceden en ese lugar, el Hogar, no suceden en el Hogar. Hogar: respeto, dignidad, bondad, consideración, co-creación, cooperación, humildad, risa, aprecio. Allí estamos yendo. Pero no puedes llevar tu “no estoy bien” contigo.

Entonces, ¿qué tal si hay un conjunto de herramientas, una plataforma, con que puedes empezar a desmantelar ese “no estoy bien” sin tener que correrlo por el cuerpo emocional y tener que sentirlo. Es simplemente: “Esto no me sirve. Lo voy a limpiar de mi espacio.”


Tus Pensamientos no son Tuyos
Ejercicio de Energía

Entonces, juguemos aquí por un momento. Una herramienta realmente fabulosa, fundamental, funciona muy, muy bien.

Tome una respiración. Vamos a hacer esto tres veces. Y lo que les voy a pedir es: no estamos realmente buscando respuestas como ¿por qué mi madre no me quiere? No estamos limpiando la mochila allí, es demasiado para este primer paso, pero es muy factible de limpiar.

Vamos a buscar algo realmente simple. ¿Dónde, en tu vida, te encuentras sintiéndote fuera de equilibrio, que tiene que ver con otra persona que tal vez te hace sentir fuera de equilibrio, o que no estás bien?  Ahora bien, hagámoslo realmente simple. Lo haremos tres veces, y buscamos el éxito desde el punto de vista de entender un patrón; entender una herramienta. No estamos buscando hacer goles, es solo “me gustaría librarme de esta pequeña molestia que sostengo, una creencia de no estar bien, fuera de mi mochila”

Aquí, permítanme empezar diciendo que, lo crean o no, ustedes son clarividentes. Viene con el cuerpo; todos la usan todo el día, generalmente es mistificada y no se la usa en términos de “Entiendo lo que es la clarividencia.” Por definición, simplemente significa ver claro. “Veo claramente.”

Juguemos, porque esto se trata de jugar, y lo que quiero que hagan es permitir a su imaginación, su espacio de simular o inventar, que surja a la superficie ahora. Verán, mayormente esa imaginación fue una de las primeras cosas que les han quitado. “Porque si tú puedes imaginar lo que es posible, yo no te puedo controlar. De modo que yo te voy a decir cómo funciona el mundo”. Eso le dicen al pequeño de seis meses.

Entonces, aquí, simulemos; y quiero que recuerdes qué aspecto tiene una rosa roja. Solo recuerda, y al recordar, simplemente ves esa rosa roja. Puede tener hojas, puede tener un tallo, puede que la hayas visto en un negocio, o en el jardín, una rosa roja. Recuérdala.

Ahora tómala de tu espacio de recordar – solo estamos jugando y simulando – e imagina esa rosa roja a unas 12 pulgadas, o sea unos 30 centímetros, allí afuera delante de tu frente. Solo estamos jugando, no puedes hacerlo mal, es imposible, es una rosa roja. Incluso puedes extender la mano y tocarla.

Lo interesante de esta rosa roja es que tiene mucho propósito. Su tarea, la de esta rosa en particular, y la de todas las que sigan, su tarea es vibrar en bienestar e invalidar cualquier cosa que sea inferior al bienestar. Entonces, si tuvieras una sensación de culpa, y pusieras la culpa dentro de la rosa, la rosa simplemente absorbería esa culpa.

Ahora bien, considera esto como una estructura en que jugamos. No es la verdad de otra persona lo que estás oyendo. De hecho voy tan lejos como para decir: no me creas; solo estamos jugando. Crea esa rosa. Y luego, lo siguiente que me gustaría que hagas es hacerla explotar, tal como un fuego artificial. Explota en pequeñas partículas de luz.

Y luego vuelve a crear una rosa. La misma rosa.  Y entonces la haces explotar una vez más. Muy simple. De hecho, un desafío en toda esta posibilidad de limpiar tu mochila, es simple, ridículamente simple, pero no necesariamente fácil. Porque tenemos mucho compromiso en conservar esa mochila quieta.  Entonces, crea esa rosa otra vez, y destrúyela una vez más.

¿Hay un evento que ocurre en tu vida? Alguien simplemente no te oye, tratas de comunicarte con alguien y siempre hay una barrera en medio. Hazlo simple, no alguien profundo en tu realidad, sino que de algún modo siempre hay una confusión cuando hablo a John., Mary, esa es la idea.

Hay una confusión aquí; algo interfiere. Crea otra rosa  y simplemente pon tu atención en la confusión que interfiere en la comunicación.

Y luego haz que la rosa recolecte toda la confusión que interfiere. No pienses: es como tener una esponja y hay una tinta roja en el piso, o leche, o agua, y yo simplemente la junto con la rosa, como si fuera una esponja. Ahora toma otra respiración y siente que se está yendo.  No lleva tiempo, ¡Ahí va! Luego permite que esté completo; no pienses “Oh, no estoy seguro de tenerlo todo”. No, no pienses; solo permite que esté completo, y explota la rosa.

Crea otra rosa. ¿Hay alguien más con quien tienes una confusión, o con quien tu comunicación no es buena, o hay una vacilación, “no tengo permiso para hablar con esa persona”? Más o menos. Solo nota adónde te lleva ese pensamiento. ¿Te gustaría limpiar esa energía que no te permite comunicarte? Lo hacemos muy simple.

Haz que la rosa recolecte toda esa comunicación, o barrera para comunicarte. Toma una respiración. Ahora bien, es interesante que la rosa puede cambiar de color, podría agrandarse o hacerse más pequeña; todo eso está en la imaginación y es parte de lo que está sucediendo, y luego permite que la rosa esté completa, - puede que hasta te sonría en respuesta – y luego explota esa rosa, limpiando el no-permiso para comunicarte. Nota cómo se siente eso. No estás pensando; estás sintiendo.

Y quienquiera fuera esa persona con quien no tenías permiso para comunicarte, la barrera, los bloqueos, simplemente desde estar seguro, di: “Hola. Te veo.” Y te comunicas: “Hola”. Si no te devuelve nada, no buscas. Simplemente asumes el espacio de tu permiso para comunicarte. Realmente simple.

Y luego vamos a crear otra rosa más,  y si hay alguien en tu vida con quien sientes que no te puedes comunicar. Ya sabes, puede ser que “es demasiado importante” o bien “no le gusto”, o “si trato de hablarle me va a gritar”, “me va a maltratar”, hazlo simple, no elijas la peor persona en tu historia; solo alguien.

Y al mirar a esa persona, no hagas nada, solo nota: ¿tiene una buena vida? ¿Está feliz con su manera de vivir?, quiero decir, en esta vida. ¿Está cómoda consigo misma? ¿Tiene muchos juicios sobre todo? ¿Te gustaría vivir “en sus zapatos”?  Si puedes mirar esas cuestiones, ¿notarías que esta persona muy probablemente tiene su mochila muy llena, tiene mucho dolor, miedo? Verás, el miedo y el dolor hablan muy fuerte. El miedo y el dolor crean mucha culpa, mucho culpar a otros, mucha invalidación. Está bien pero tiene dolor. ¿Tú te cambiarías de lugar con esa persona?

Ahora bien; no estamos arreglándola, pero mira otra vez a esa rosa, y donde no tienes permiso para decirle hola a esa persona, no es de tu lado, muy posiblemente. Está en su dolor: “tengo miedo. No me hables. Tengo que simular que soy poderosa porque tengo miedo de que veas mi mochila.” Apuesto a que nunca lo pensaste de ese modo. .Pero lo que está en su mochila no tiene por qué ser lo que está en tu mochila. Entonces, ahora que tienes una mirada a algo que tal vez nunca antes notaste, date permiso para decir hola. Crea esa rosa y toma toda la energía que impide que te sientas bien contigo mismo, en presencia de esa persona. Junta todo eso. A medida que lo recolectas, ten un pensamiento fugaz: “Yo estoy bien. Tal vez estoy bien. Sí, creo que, de hecho, estoy bien” Toma otra respiración. Nota si tus hombros están un poco más livianos, si estás más cómodo, si estás más presente, si puedes tomar una respiración más profunda. Puede que sea todo eso, puede que nada de eso. Estoy bien, y estoy soltando esto fuera de mi mochila. Tal vez no era mío en absoluto. Ahora bien; no pienses; solo explota esa rosa. Date el permiso para simular, aquí, o quizás notar, aquí, “Estoy más liviano. Me siento bien.” No se necesita pensar.

A medida que juegas en esto, hablaremos sobre las otras herramientas, durante las preguntas y respuestas, pero aquí mismo ¿qué tal si no fuera mío? ¿Qué tal si muchos de esos pensamientos y muchas de esas emociones y muchas de esas creencias simplemente pertenecen energéticamente a otros? Y residen en mi espacio porque nunca contesté a la pregunta: ¿Qué está mal en mí? Y aquí, un entendimiento: nunca seré capaz de contestar la pregunta ¿qué está mal en mí? Porque no hay nada mal en ti; son simplemente consideraciones que caen fuera de ti, en términos de ¿quién soy?, ¿cómo funciona el mundo?, ¿qué necesito saber?, y en 3D estás pendiente de todos esos allí afuera para que te digan cómo funciona, y para que te aprueben: “estás bien, estás bien; yo digo que estás bien. pero mejor haz lo que te digo, y seguiré diciendo que estás bien.”

¿Qué tal si estás bien sin su sistema de prueba? Otra respiración. Ahora haz una pausa y di para ti, y fíjate si te vas a permitir una posibilidad: Estoy bien. Me gusto. – Oh, no te apresures con eso; es una herramienta avanzada. Solo tal vez. Y si sucede una sonrisa, ya sabes, es una cosa en que los labios se curvan hacia arriba y casi ríes, si eso sucede, es herramienta avanzada, no nos apresuraremos con ellas. Aquí mismo, “estoy bien” y permítete estar completo por el momento. ¡Buen trabajo!

Mueve los dedos de los pies, abre y cierra las manos, mueve la cabeza a izquierda y derecha. Me gusto – una sensación de eso.

Llegamos a un punto de detenernos, estoy curioso por saber qué han experimentado, porque mucho ha sucedido realmente en esta simpleza de cómo sucede. Cuáles son sus preguntas; cómo puedo ser de más ayuda.

Déjenme entregar esto a Roxane, hay mucha gente nueva en este llamado, de modo que ella explicará cómo hacemos lo que hacemos, y luego, por favor, hagan preguntas. ¿Roxane?

Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro
www.traduccionesparaelcamino.blogspot.com.ar