jueves, 29 de agosto de 2019

Kryon ante la Hermandad Femenina Lemuriana (69)


Canalización de Kryon por Lee Carroll ante la
Hermandad Femenina Lemuriana (69)
Ottawa, Canadá, 19 de agosto de 2019
Se abren las flores de la recordación
 Saludos, queridas hermanas, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Mi socio se aleja. Les doy un mensaje tras otro para tratar de darles una sensación de lo que ustedes ya saben, pero que no se refleja en la sociedad, no hoy en día. Pero está empezando a hacerlo. Existe un papel especial de la mujer, y no es algo que hoy se repita en absoluto; solo en culturas específicas, y esas son principalmente las culturas indígenas. Es que el rol de la mujer va más allá de lo que es la cuidadora, la que da a luz, la que cuida con una consciencia que es más elevada, porque ustedes tienen hijos. Hemos hablado sobre eso, lo hemos discutido, hemos hablado de esa segunda capa de intuición que tendrían todas las mujeres.
Y luego empieza a tener sentido, como dijimos antes, que las mujeres desempeñen el papel de líderes espirituales divinos, maestras, chamanas, y que así eran las cosas. Y si quisieran considerar la razón de la Hermandad Femenina, o la razón para estos mensajes, es el regreso a ese conocimiento, para que lentamente haya una comprensión de que esto es verdad. Les dije que eventualmente habrá organizaciones, organizaciones espirituales que empezarán a darse cuenta de esto, incluso aquellas que han sido manejadas por hombres durante cientos de años empezarán a cambiar la estructura, para permitir a las mujeres tomar esos lugares. Y luego descubrirán algo asombroso: las mujeres lo hacen mejor.
Esto es el comienzo, queridas, de un cambio de consciencia que también incluye una recordación de lo que debería ser obvio. ¿Sabían que hay historia, historia espiritual, en este planeta, muchísima, que grita esto? ¡Lo grita! Y ustedes realmente no han pensado mucho en eso. ¿Por qué es eso? ¿Lo han pensado? Si tuvieran que poner en escena una obra de teatro especial, en la escuela o en el trabajo, y necesitaran un grupo de ángeles, ¿cuántos hombres alistarían? La respuesta es: ninguno. Porque todos saben que los ángeles son mujeres (se ríe). ¿De dónde piensan que salió eso? En un mundo de hombres, ¿por qué los ángeles son mujeres? A lo largo de toda la historia que se pueda llamar sagrada, o mitología, la mujer siempre fue el ángel. Oh, hay algunas excepciones, por supuesto, en la jerarquía, pero ¿la mayoría? Mujeres.
Ahora bien; eso no es por accidente. Eso es una impronta. Les contamos que los pleyadianos les dieron mucho, y las Madres de las Estrellas se sentaron frente a ustedes y les enseñaron, cara a cara, algunas diciéndoles, otras dándoles un intercambio de consciencia, y no había nada como eso. Les contamos en mensajes anteriores que ustedes nunca olvidarían eso. Una impronta es un sello consciente; algo que ustedes llevan consigo vida tras vida. Puede que no despierte hasta que esté preparada. Y, damas, está preparada.
Y lo que está preparado es para que ustedes recuerden el rol de sacralidad de las mujeres en este planeta. Es muy interesante que, aun en las iglesias de los hombres, manejadas por hombres, los ángeles son mujeres; ¡pintadas en las paredes! (se ríe) para que las vean. Y nuevamente: eso es una impronta. Está estampada en toda la humanidad, y eso debiera decirles algo: ese es el rol.
Hay un tema que he seguido todo el día, de las cosas que son invisibles. Cosas que ustedes llevan consigo, multidimensionales, que son invisibles. Y dijimos que entre ellas está eso que llevan consigo, esa sacralidad de su alma. Que no nacieron sucias, que todas nacieron magníficas. Oh, pero hay más. ¿Cuántas en este grupo pueden realmente decir, "Yo fui lemuriana; yo estuve allá"? "Estuve allá como mujer, como lo soy hoy, y me relaciono con todo eso". Y sorprendentemente, hay muchas, en este salón, que empezaron a despertar a una realidad que siempre ha sido invisible. Esa realidad es: estuvieron allá.
De modo que quiero que piensen en eso: ¿de dónde ha venido esto? Proviene de ese sello, esa impronta, que ha estado con ustedes una vida tras otra y simplemente permaneció allí. Y no había razón para activarla. Ya ven, al no haber pasado por el Cambio, no habían llegado a un lugar donde se despertaría por alguna razón. Y con la dirección en que iba este planeta, tal vez nunca se habría despertado, pero siempre estuvo allí. Era invisible, estaba allí como impronta,   recordaba cómo sonaba una Madre pleyadiana, recordaba un intercambio de consciencia con una Madre pleyadiana, recordaba una Madre de las Estrellas y cómo era.  Eso ha estado oculto e invisible, en todos aquellos que se llaman a sí mismos lemurianos aquí. Ha quedado allí hasta ahora, y empieza a abrirse. No a activarse; eso es diferente.  Esto es una apertura. Empieza a abrirse como una flor, es lo precioso, es darse cuenta de que las cosas son un poco diferentes, y se vuelve un poco más especial.
Echan una mirada a su sociedad y a lo que está ocurriendo, que pueden señalar, que es notablemente distinto. Y dirían: Esa es la reacción a esa conducta hacia las mujeres (se ríe), ¡aquí viene! Eso no es algo que hayan visto durante su vida, ni lo han visto sus padres ni sus madres. Es una relación directa con una flor que se abre. Una comprensión, no solo con ustedes, de que estuvieron allá, y recibieron la estampa. Con toda un alma humana antigua que está despertando, hay algo especial, y empiezan a verlo. Una reverencia, un paso inusual en esta sociedad, y les diré que es permanente, porque lo que sucede luego no tiene que ver con la igualdad. Lo que sucede luego en la consciencia de este planeta tiene que ver con la comprensión del lugar y el rol y la sacralidad de lo que puede traer una mujer, y lo que ella puede enseñar, debido a la impronta.
Quiero recordarles que en Lemuria los hombres no estaban expuestos a las Madres de las Estrellas y a los pleyadianos como estaban ustedes, porque ustedes estaban entrenándose para hoy en día.
La flor sigue abriéndose, y ustedes van a ver que eventualmente en la civilización habrá un lento regreso a la idea de que le corresponde a la mujer la enseñanza de las cosas sagradas. Porque ella es la que da a luz. Es la que puede calmar a los niños. Y puede hacer varias cosas a la vez, y puede amar incondicionalmente. Y ese es su rol.
Hermanas, despierten, porque muchas flores empiezan a florecer. Son las flores de la impronta de recordación. Y está pasando en todo el planeta - más lentamente que lo que ustedes querrían, pero es por eso que están aquí. Para celebrar ese florecimiento, para darse cuenta de que no es simplemente que las mujeres se unen, como suelen hacerlo, por camaradería, ¡es que las mujeres se reúnen y celebran su sacralidad! Y la apertura de algo muy, muy especial. Es por eso que están sentadas en esas sillas.
Que empiece la ceremonia.
Y así es.
Kryon
Transcripción y traducción: M. Cristina Cáffaro