TUS
CUATRO ROSTROS - Parte 2
Tu cuerpo fue diseñado para
moverse y trabajar. Los cuerpos aman estar activos. A diferencia del Yo
Emocional, se nos permite expresarnos físicamente. Puedes personificar tu Yo
Físico de manera que represente actualmente tu relación con tu cuerpo. ¿Será un
grandote musculoso y fuerte, tal vez hasta molesto por su volumen masivo? ¿Es
pequeño como un pájaro, o grande, fofo y débil? Permite que Philip (tu Yo
Físico) aparezca y actúe como realmente es. El trabajo de Philip es sobrevivir,
y lo hace con pasión. Solo piensa y se concentra en esas cosas que ayudan o
dificultan la supervivencia del sistema. Como el Yo Emocional, Philip no habla, de modo que debe recurrir a expresar
sus necesidades por medio de patrones de conducta, caprichos, sensaciones y
movimiento.
Aquí van
algunos ítems de la descripción de su trabajo:
1. Establecer, patrullar y marcar
el territorio (comprarlo o alquilarlo, poner una cerca, luces de seguridad).
2. Pelear para defender el
territorio (partidos de fútbol, competencias laborales)
3. Cazar y buscar alimento
(compras, investigar, detección de delitos)
4. Guiar de vuelta (volver a casa
después de cazar o con las noticias).
5. Atesorar (coleccionar arte,
monedas, comida, dinero, coches)
6. Uso de mensajes escatológicos
(contar chistes groseros, especialmente relacionados con funciones corporales)
7. Formación de grupos sociales
(tés, almuerzos, reuniones de oficina, comités de la iglesia)
8. Acicalamiento.
9. Cortejo, apareamiento, cría y
cuidado de la prole.
Tu Yo
Físico debe tener permiso para hacer su trabajo con gusto y creatividad, o si
no, estará restringido y desdichado. Si se le limita de algún modo en conservar
el sistema seguro y sano, puede que empuje en contra de los otros yoes, o se
someta débilmente a ellos. En el primer
caso, puede aparecer grandote y bruto, enojado y gritón. Si se ha rendido a las
presiones de los Yoes Emocional y Mental, Philip puede adelgazar o estar fofo y
débil, quieto y pálido. De cualquier forma, Philip está en desequilibrio y no
expresa su sabiduría desde un lugar de alineación. Si tu Yo Físico es ignorado
o abusado lo bastante, los Yoes Mental y Emocional seguramente sufrirán los
efectos. Tal vez sepas de otros que han estado incomunicados con sus cuerpos
por tanto tiempo que ya no lucen ni actúan según su juventud, están amargados
emocionalmente o fatigados mentalmente.
Como el
cuerpo físico es innegablemente real para nuestros cinco sentidos físicos, a
veces le damos más permiso para dirigir los asuntos. Ocasionalmente recibe más
atención mental y emocional que la necesaria. Cuando el cuerpo nos habla, es
fácil saltar a la conclusión de que "algo anda mal", en lugar de
preguntar: "¿Qué estás tratando de decirme sobre mi nivel de equilibrio y
mi estado de ser?" ¿Alguna vez
estuviste trabajando con otros que hablaban de "la estación de frío"
y todos sus dolores y malestares? Cuando estornudas ellos dicen "Ay,
querido, te debes estar contagiando". Ese es un momento muy importante
para ti. Tienes una gran elección. ¿Crees en el acuerdo del grupo sobre los
resfríos y el estado de salud de tu cuerpo? ¿O te ríes, te vas, y eliges estar
bien? Si saltamos a creer que algo anda
mal y enfocamos nuestra atención en eso, ciertamente algo puede andar mal, aun
cuando antes estabas sano y entero.
Hace
varios años Sam empezó a soñar con escribir una novela. A poco de empezar el
proyecto, empezó a experimentar fuertes dolores articulares. Eventualmente
llegó a dolerle la mayor parte del día. Después de tres días de eso, Sam
encontró a su Yo Mental concentrado en "¿Y si esto es artritis o síndrome
de túnel carpiano?" La batalla contra la preocupación se hizo constante.
Sam encontró a su Yo Emocional volviéndose triste, desesperanzado y
desilusionado. También notó dificultades respecto a su capacidad para escribir
y publicar su libro. Con muy poca ayuda, Sam se sentó a comunicarse con su
cuerpo y descubrir qué estaba realmente tratando de decirle.
El padre
de Sam solía escribir cuentos cortos y realmente había publicado unos pocos en
revistas. No tuvo el éxito que le hubiera gustado tener, sin embargo. El papá
no tuvo mucho apoyo ni aliento de la familia. Para él fue bastante desilusión y
frustración. Su genio creativo nunca quedó satisfecho ni se expresó plenamente.
Estaba empantanado creativamente. Nuestros brazos y nuestras manos contienen
nuestros canales creativos. El dolor que Sam estaba sintiendo en su mano estaba
conectado con la creatividad estancada de su papá y la creencia de su mamá de
que era una pérdida de tiempo. Ella había sufrido durante años una dolorosa
artritis reumatoidea. Sam eligió cambiar su patrón de creencia. Simplemente
hizo de cuenta que la Energía de Fuerza de Vida de sus canales frontales estaba
fluyendo plenamente por su brazo izquierdo y salía por sus dedos y su palma.
Sam la imaginó de muchos colores diferentes, solo para divertirse. En unos 15
minutos el dolor cesó y ya no volvió. El cuerpo de Sam estaba sencillamente
diciendo que había una creencia limitante respecto a la escritura y a la
creatividad estancada en el canal de su brazo. Era solo energía. Sam podría
fácilmente haber aceptado la creencia de tener una artritis invalidante y de
estar destinado a sufrir para siempre. Es solo energía.
Además de reconocer a tu Yo
Físico y personificarlo, ¿qué más puedes hacer para ayudarlo a volver al
equilibrio?
1. Permite a tu Yo Físico que se
mueva y se exprese. Que baile, camine, se estire. Al considerar esta actividad,
nota si experimentas resistencia. No es necesario apurarse a inscribirse en un
gimnasio y transpirar hasta que no te puedas mover. Simplemente invita a tu Yo
Físico a una salida. Puede que lo único que quiera tu cuerpo es dar una vuelta
a la manzana.
2. Nota todas las cosas físicas a
tu alrededor. Usa los cinco sentidos: la vista, el sonido, el gusto, el tacto,
el olfato. Experimenta cada uno tan plenamente como puedas. Realmente empuja la nariz dentro de esa flor
hasta que se llene del perfume. Acércate realmente a la corteza de un árbol y
ve todas las minúsculas hendiduras. Escucha los grillos por encima de la
televisión. ¡Chupa un limón!
3. Ama a tu cuerpo. Dile a cada
parte de tu cuerpo que la amas y la aprecias, cuando le pones loción o crema en
la mañana. Tal vez podrías notar también aquí, si aparecen dificultades.
4. Alimenta a tu cuerpo físico
con lo que le gusta. A veces puede ser difícil determinarlo, porque vivimos en
un vórtice programando comidas y cuerpos. Muchas veces nuestra relación con la
comida está entretejida con los Yoes Emocional y Mental. Un método para
restablecer una línea de comunicación clara es jugar con las técnicas de testeo
muscular o de péndulo. Estas herramientas pueden hacer de puente
temporariamente para salvar la falta de comunicación entre tu cuerpo físico y
el resto de ti. A medida que sigues diciéndole "Hola" a tu cuerpo y
haces una pausa para escuchar, tus líneas de comunicación natural se
despejarán.
5. Cuando te sientas
tranquilamente o haciendo correr la energía, visualiza tu cuerpo de pie frente
a ti. Nota los lugares donde está desequilibrado o incómodo. Esto no es un
proceso intelectual. Imagina lo que el cuerpo frente a ti podría estar indicándote.
Podrías sorprenderte con los lugares que se encienden. Agradece al cuerpo y
pregúntale qué necesita para sentirse apreciado.
6. Abre tu Línea de conexión a
tierra y los canales de las piernas un 10% más y dirige Energía de la Tierra
extra por ellos. A veces la resistencia o el dolor que experimentas es por mandar 220 volts por cables capaces de
llevar solo 110 volts (hablando metafóricamente). Simplemente abre un poco más
los canales para que fluya más jugo sin hacer resistencia.
En la
Parte 3: El Yo Mental
Por Jim Self y Roxane Burnett
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Traducción:
M. Cristina Cáffaro