domingo, 16 de agosto de 2015

Hermandad Femenina Lemuriana - Kryon - Atlanta (3)

Canalización de Kryon por Lee Carroll,
ante la Hermandad Femenina Lemuriana
en Atlanta, Georgia, el 15 de febrero de 2015

Saludos, señoras, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Nuevamente deseo recordarles un par de cosas. Puede que repita esto cada vez: no hay géneros en el otro lado del velo.  El género es específico de los humanos. La voz que oyen es de varón, proveniente de mi socio.  Yo no tengo género.
Comprendo sus mentes. Comprendo la belleza de la creación, de la procreación. Comprendo cómo es dar a luz. He estado con ustedes todas sus vidas, de alguna manera. Lo que llamaríamos reino angélico, realmente no lo es.  Es el Dios interior, el sin género, el que ha hecho todo el viaje con ustedes.
Se ha dado información sobre la Hermandad.  Se han dicho cosas acerca de Melli-ha.  Esta noche deseamos continuar, y esto será informativo. Puede traerles recuerdos, y esa es la razón real por la que están aquí.
Están aquí para tratar de captar, de reavivar, de comprender, algunas de las cosas con que muchas de ustedes tuvieron que ver en el comienzo.  Repito otra vez:  Las probabilidades de ser mujer en esta época y en el comienzo son más altas que 50 y 50; y sin embargo son mujeres, y les dijimos que lo eran. Mujeres entonces; mujeres ahora.  Así es como es, alma antigua; durante este cambio potencial el Espíritu te hizo venir en ese cuerpo que tienes, para que seas mujer y no sea por primera vez, de modo que estés cómoda.
Cuando cambias de género, hay vidas y vidas para que te acostumbres. Todas ustedes, sentadas aquí, en este género en particular, están acostumbradas a él.  Es con propósito. Sentadas en esas sillas, podrían decir: ¿Cuáles son las probabilidades de que yo fuera parte de la Fuente Creadora cuando comenzó la Hermandad original?  Las probabilidades están asombrosamente en contra, y es por eso que es tan puro: porque lo eran.
"Contra todas las probabilidades" simplemente significa que aquí existe un propósito; fueron parte de la original; son almas antiguas que han venido a esta reunión y ahora lo reavivan porque lo sienten. Su akash resuena con esto, la verdad, la belleza de esto.
Les hemos contado que la Hermandad es única. Tiene que ver con la cultura de Lemuria, pero aún más que eso, con el comienzo, con el posicionamiento de la naturaleza humana en el comienzo, y en algunos indígenas aún hoy.  Hay un reconocimiento de quienes dan a luz, que también serían el centro espiritual. Se trata de dar la vida, que tal vez le da una ventaja a la mujer; no sólo los órganos, no solo el cuerpo, sino la consciencia que tendría la capacidad de producir vida a partir de la vida.
Y así la parte espiritual solía pasar a ustedes, no completamente, pero para describir cómo era en Lemuria, eso es lo que hacían.  Para extender la información dada anteriormente esta noche: las ceremonias que ustedes hacían entonces era muy primitivas y duraban mucho tiempo; eran el comienzo. Esta es una era, esta nueva era, en que les pedimos que reaviven la intención y el propósito, la espiritualidad, la belleza.
El planeta se está volviendo más como una madre; cuida más, hay más compasión; todo el planeta necesita esta intención y anclaje que ustedes están cumpliendo, pero lo están haciendo de una manera nueva-nueva.  Esta hecho a medida, en esta energía por Melli-ha.  Ahora bien, Melli-ha existió durante muchas vidas, y nunca realmente hablamos de esto antes.  Para hacer esto hubo un proceso. Ella enseñó esto durante un tiempo tres veces más largo que lo que la mayoría de ustedes han vivido. Esto se logró por su asociación con la cumbre de la montaña, el Templo de Rejuvenecimiento. Allí es donde se pedía a la elite que viniera, correcto o equivocado, en un sistema que ciertamente era primitivo; socialmente primitivo.  Ella fue una de los que pudieron recibir la enseñanza de la fuente pleyadiana original. Esto le dio la capacidad de ser rejuvenecida, y así fue. Entonces ella fue maestra durante muy largo tiempo, muchas mujeres estuvieron bajo su tutela.  Ella enseñaba lo que era la intención original, no solo las ceremonias, sino la sabiduría.  Había sabiduría en Melli-ha.  Su maestra era totalmente pleyadiana.
Ahora bien, quiero darles información que les permita apreciar lo que sucedía en la Hermandad. Descarten la idea de que ustedes eran un número de mujeres que solo se reunían para un momento ceremonial.  Ellas ayudaban a la tribu, ayudaban a Lemuria. Esto era la vida de ustedes.
No todas las mujeres entraban en la Hermandad.  Correcto o equivocado, había un sistema respecto a quién podía y quién no.  No explicaré eso ahora. Era un círculo de mujeres que sentían de cierta manera, y ustedes llevaban lo que es la búsqueda de cómo proceder con la vida.
Todo el propósito de la Hermandad era que, más tarde en forma reencarnada, ustedes contuvieran esa energía y continuaran pasando esta sabiduría femenina a las otras.  Una sabiduría suave, que afectaría a todos a su alrededor.  La intención era esa, pero con libre albedrío la Tierra podía ir como quisiera. Pero ustedes tenían la capacidad de plantar las semillas en muchas generaciones, y eso hicieron. Diríamos que fueron entrenadas para esto.
¿Cuál es su recuerdo?  ¿Pueden imaginar un grupo de mujeres a nivel del mar, haciendo hermosas, maravillosas ceremonias, con los vientos alisios soplando, el crepúsculo, y la luna asomando? No había noches frías. ¿Qué imaginan? ¿Se dan cuenta de que su piel era oscura y su cabello negro? (se ríe).  Todas ustedes, lemurianas, precursoras de los hawaianos,, podría decirse de los polinesios, lo que se imaginen. Eso es quiénes eran ustedes.
Quiero contarles: va más allá de la ceremonia, la espiritualidad.  Tiene que ver con la vinculación femenina; ustedes apreciarán esto.  Esta Hermandad abarca todo, todo en su vida.   Y las cosas que no les he contado, hermosas más allá de toda comprensión.  Imaginen: la Hermandad estaba allí cuando cada una daba a luz a su primer hijo.  Todas tenían hijos, a menos que fueran estériles.  Esto era simplemente la forma de vivir en una cultura primitiva: todas daban a luz.  Cuando lo hacían, había un protocolo: las Hermanas estaban allí.  A cada niño nacido en la isla, el pequeño continente de Lemuria, las Hermanas lo rodeaban.
Imaginen el despertar de ese bebé, y la consciencia, con todas las mujeres participando. Tocaban las manos o el cuerpo de la que estaba dando a luz, en sus gritos o su sufrimiento, o su dolor, incluso tal vez en su muerte.  Si así era, si había complicaciones, la Hermandad estaba allí.
Cada una de ustedes sabía que tenía ese apoyo, y si había complicaciones, en el caso en que ustedes no salieran adelante y el niño viviera, sería cuidado por aquellas que eran de energía femenina y compasivas y tenían la semilla espiritual, y morían en paz, no en frustración.  Bueno, eso era la excepción. Imaginen dar a luz y la alegría de esto en el dolor, y en lugar de retorcerse las manos, cada una sostenía la mano de otra, en un círculo tomadas de las manos, combinando sus manos con la que estaba dando a luz. Si por alguna razón no era posible sostener su mano, tocaban su cuerpo. Siempre se hacía un círculo, y en el momento del nacimiento el círculo estaba completo.
Y hacían algo insólito. Singular.  Cuando el niño nacía, con el primer llanto, ustedes se soltaban las manos y aplaudían (se ríe).  ¡Bienvenido a la Tierra! (se ríe).  Y ese era el primer sonido que el bebé oía: la Hermandad aplaudiendo.
Cuando una hermana fallecía, y ustedes sabían que era inminente, si era posible y había tiempo, ella se iba de la misma manera que había llegado: sosteniéndola de las manos.  Un evento compasivo, una ceremonia de despedida con la Hermandad. No se trata solo de espiritualidad; es camaradería, vida y muerte, propósito y belleza.
Si pudieran pasar eso al planeta, ¿se imaginan cuán suave sería? Honrar el nacimiento de este modo; honrar la muerte de este modo; que la vida misma sea suave, compasiva y hermosa. Esto es la Hermandad y todo lo que ella abarca, esta es la Hermandad, y yo estaba allí.
En su mente, sientan la brisa, siéntanla soplar en sus negros cabellos, sentadas como antes lo hicieron, recordando cómo era.
Que comience.
Y así es.
Kryon
Desgrabación y traducción: M. Cristina Cáffaro