Canalización
de Kryon por Lee Carroll
en
Madison, Wisconsin, el 26 de Julio de 2014
Desgrabación del audio y traducción: Cristina Cáffaro
La Evolución de la
Creencia
Parte 1 - (mini)
Saludos, queridos, Yo Soy Kryon del Servicio Magnético.
Celebramos la
presencia de los jóvenes en el otro salón y su alegría; no es una distracción; quiero que
concentren su atención en mi voz, y el enfoque estará aquí.
En este salón hay una
“sopa” de consciencia que es preciosa. Preciosa.
Algunos dirían que la confluencia del pensamiento aquí realmente trae la
realidad; en otras palabras: lo que piensas, creas. Y ellos serían adelantados en el tiempo por
su información antigua. ¡Ja! Adelantados en el tiempo por su información
antigua. Al reunirnos por unas pocas
horas, quiero que mi mensaje trate sobre la consciencia, y en esta ocasión
quiero que trate de adónde se dirige esto.
Un poquito diferente de lo que hablé antes, un poco más personal que lo
anterior.
Estos mensajes cortos
que presentamos en un día como éste, a quienes están aquí sentados y a los que
oirán esto después, tienen como objeto introducir el concepto de un hombre en
una silla, que tiene información desde el otro lado del velo y la
presenta. Siempre hay quienes vienen por
primera vez, que nunca lo experimentaron personalmente o tal vez absolutamente
nunca.
Esta noche, dentro de
pocas horas, nos gustaría hablarles de un hecho y cómo los está afectando
ahora. Y algunos dirán, “Bueno, a mí no me afecta.” Verán, yo sé quién está aquí. Cada uno de los que están aquí, queridos,
tiene una alma eterna; a nadie se señala diciendo “Tu alma es más alta o más
baja que otra,” ¡todos ustedes provienen de mi lado del velo! Yo soy su
hermana, su hermano, ustedes son mi familia, y el velo les oculta esto. Algunos
de ustedes lo reconocerán, algunos lo “comprarán” – como dice mi socio –
algunos se soltarán y lo sentirán, algunos lo intuirán, y algunos se sentarán
de brazos cruzados sobre el pecho y dirán, “¡De ningún modo! “¡De ningún modo!”
Quiero decirles algo:
cuando termine el día – y hablo del día de su vida – cuando exhalen su último
aliento y atraviesen ese lugar por el
que han pasado tantas veces antes, y empiecen a oír la música, y a ver la luz,
y las cosas se empiecen a resolver, en tres días terrestres estarán otra vez
conmigo y tendremos una fiesta, ¡y no habrá brazos cruzados sobre el pecho!
Comprensión
completa. ¡No se juzga si creen o no creen! Sólo hay información hermosa y amor impulsado
a través de esta fuente, en esta silla, hacia ustedes, diciéndoles que estoy
aquí y tienen una invitación a recordarlo. A medida que la consciencia cambia
en el planeta, habrá mucha más recordación. La invitación es para que ustedes
lo recuerden, lo autoricen, lo vean, disciernan que es correcto y real, y
participen – o no. ¡O no!
Quisiera decirles a
quienes no creen que esto sea real, ahora mismo, (se ríe), que el amor es tan fuerte para Dios, para ustedes,
cualquiera sea su forma de ver a Dios, si lo ven. No tiene que ser en una reunión como ésta,
¡no necesita ser aquí! Vayan a cualquier lado. Podrían estar dentro de un
armario, solos, o estar con una muchedumbre de mil personas, o cantando canciones
hathor o para algún otro sistema de creencias, y Dios estará allí, ¡y el amor
de Dios es tan precioso para ustedes! ¡No juzgamos lo que ustedes decidan como
correcto o equivocado! ¿Oyeron eso? Es
así para que todos en el salón comprendan que son parte de un colectivo en este
universo, en esta galaxia, que viene directamente de la Fuente Creadora y cada ser
humano en el planeta nace con ese conocimiento intuitivo de que hay algo más
que él mismo.
Más del 80% del
planeta participa en sistemas de creencia que aceptan una existencia después de
esta vida. Reconocimiento, en toda la
humanidad; siete mil millones de personas saben que cuando toman su último
aliento, habrá algo más. Eso debiera decirles
algo. ¿Podrá ser esto real? ¿Ese “algo más” tendrá que ser tan misterioso
que deban aguardar a llegar allí? ¿O
será posible que “algo más” sea algo ahora?
¿Y que haya un plan más grande que cualquier cosa que les hayan dicho
acerca de porqué están en este planeta como almas antiguas?
En este salón hay una
ironía: los que no creen que esto sea real, son a menudo las almas más antiguas
(se ríe). Han estado allí. Ahora están sordas. Y hay una forma, una
consciencia de senilidad espiritual que está decidiendo que esto no es para
ellas. ¡Han estado allí, han hecho
eso! Se interpone en el camino. Ya ven, sé quién está aquí.
Cada uno de los que
están en el salón es valioso. La
consciencia en el salón es valiosa. Si eres uno de los que no creen que esto es
real, ¿puedo pedirte un favor? ¿Podrías
al menos por hoy quitar la barrera y celebrar el amor? ¿Podrías celebrar algo en lo que no
crees? Celebremos algo en lo que sí crees.
¿Qué te trajo a esa silla? ¿Habrá
una posibilidad de que haya algo más?
¿Podrías celebrar que hay algo más sin saber qué es ese algo? Si no encaja en tu paradigma - hablaremos esta noche - si no encaja en tu paradigma de creencia,
¿significa que no es correcto? ¿Podrás adaptarte y relajarte lo suficiente para
ser parte de la familia? Ayudará al
salón, ayudará al que está a tu lado; creo que por eso viniste.
Hay tanto para
transmitirles, queridos; se hará gradualmente. Empezamos a facilitar
información; cosas que tal vez sean diferentes de lo que les enseñaron; cosas
que tal vez tendrán más sentido común que antes. No es importante que creas de cierta manera,
sino que comprendas que hay un plan y que eres parte de la familia. La familia son los que están en el planeta,
que han venido por elección, todos ustedes, para hacer una diferencia – si
quieren - cuando llegan aquí.
La belleza de todo
esto es que depende de la libre opción del ser humano, y eso requiere del
intelecto de la mente, así como de la sinapsis del cerebro y la intuición del
Innato. Todo ello está dentro del ADN
del ser humano, y se adelanta. Pero lo que
empieza a suceder ahora – y con esto termino -
es que esta energía que empieza a abrirse ahora de esta manera empieza a
recurrir a tu registro akáshico. Está
haciéndolo en formas que no esperas, y causa ansiedad donde no debería
haberla. Algunos en el salón saben
exactamente de qué estoy hablando. “¿Porqué estoy tan
ansioso? ¿Qué es lo que va a suceder? ¿Porqué ahora?” Les
digo: Es hora de pararse, o sentarse, o arrodillarse, o rendir culto de la forma
que quieran y celebrar la ocasión.
Porque eso es lo que sienten. Hay aquí más de lo que piensan, y todo se
centra en ustedes. No en el hombre del
escenario, no en los eventos mundiales, no en la guerra que ocurre en Israel;
porque la consciencia es mucho más grande que eso. Si eres parte de la familia y ésa es tu
intención, estás inmediatamente conectado en una confluencia de energía a todos
los otros miembros de la familia como una sola mente, ¡una sola mente
espiritual que puede cambiar todo! Tu
nivel de tolerancia para lo que está sucediendo en el planeta es parte de eso,
y lo que tú le transmites a los jóvenes, que ellos aceptarán, y ya está
empezando; pronto mi socio hablará de eso.
Estos son tiempos de
cambio. Terminamos con el anuncio que hice antes: no hay vuelta atrás; los que
esperan que todo vuelva a la normalidad, van a esperar mucho, porque lo normal
está cambiando; lo normal ya no será estático.
Ustedes dicen normalmente: “Así es como son las cosas.” Y esa caja se
cierra y viven toda su vida “así como son las cosas.” Y les hemos dicho que la caja se va a
desintegrar, y en lugar de “así son las cosas”,
será “así son hoy las cosas” (se
ríe), porque mañana será otro “así son las cosas.” Así sucederá con una Tierra dinámica: una
consciencia que cambia, donde las cajas empiezan a romperse, y ustedes estarán
dispuestos al cambio todos los días, a tal grado que se levantarán en la mañana
y dirán, “Si hoy no cambia, será una desilusión.” Lo verán valioso, verán el cambio como algo
esperado, y eso se volverá lo normal.
Esa es la nueva clase de consciencia, es un cambio en la forma de pensar
de los seres humanos. Eso es lo que
viene.
¿Lo ven? Incluso en el salón de al lado están de
acuerdo (risas).
Y
así es.
Kryon
Desgrabación del audio y traducción: Cristina Cáffaro